¿Suena a Sabina o no suena a Sabina? Wolfgang Ambros canta, para aliviarnos del rigor de estos veranos centroeuropeos, Blume aus dem Gemeindebau. Lass dich flücken, du Rose aus Stadtlau 😉
17 de Julio.- Cuando anuncias tu decisión de venirte a vivir a Austria, lo primero que te dicen tus conocidos (españoles) es:
-¡Ay, Austria! ¡Qué bonito! Pero ahí hace mucho frío, ¿Verdad?
Cierto: en Austria puede hacer mucho frío, pero, queridas lectrices y queridos lectores, también puede hacer MUCHÍSIMO CALOR. En el momento de escribir estas líneas cae del cielo un chorro de plomo derretido que convierte el poco aire que corre en un espeso río a la temperatura de la cera ardiente.
Además, en Viena, se suda.
Se suda muchísimo más que en Madrid. Por el verdor, que llena de humedad el ambiente, por el río (el río, los canales, los lagos, las fuentecillas de chorritos juguetones) que se evaporan y aumentan el bochorno. Por las tormentas vespertinas, que convierten la noche en un hervidero de mosquitos trompeteros (cuyos aguijones acaban siempre clavándose en mi piel canela, a pesar del Autan y otros mejunjes). En fin, que no es de extrañar que, cuando a los césares se les metía algún romano entre ceja y ceja lo desterraran aquí para que sufriese, unidos a los rigores de la lejanía, los rigores de los cielos.
Los aborígenes conocen a estos días que, parece ser, nos darán tregua mañana, como Hundstage, o días perros.
Precisamente del efecto del calor sobre las criaturas trata una de las primeras películas austriacas que yo vi y que se llama, exactamente, así: Hundstage.
Si yo hubiera sido un poco sensato, nada más verla, hubiera hecho las maletas; pero no: me quedé. Con la boca abierta (cuando se terminó el DVD yo alucinaba). Pero me quedé.
Hundstage es una película de episodios entrelazados con dos nexos comunes: todas las historias ocurren durante estos días y, además, están protagonizadas por gente absolutamente desquiciada.
En Hundstage, por cierto, escuché yo por primera vez el himno nacional austriaco. El cuarteto famoso de Mozart, el de la tierra de las montañas. Ese. Este.
Y también me acuerdo de una pobre desquiciada que hacía listas durante toda la película. Por cierto que la vi en alemán con subtítulos en inglés (no dominaba yo suficientemente la lengua vernácula, por aquellos entonces). Quizá sea el momento de volver a verla.
Hundstage fue dirigida por uno de los cineastas austriacos que más me molan: Ulrich Seidl. Según la Wikipedia, Herr Seidl nació en la Baja Austria, en la localidad de Horn. Aparte de Hundstage, yo he visto de él Good News; que es un pedazo de documental a propósito de uno de los rasgos más reconocibles de las calles vienesas: los vendedores indios de periódicos.
En fin.
Para intentar olvidarme del calor, he empezado a revisar la ingente cantidad de blogs que compiten en el premio 20 Blogs, en el que este también participa. Espero que, cuando renueve la lista de blogs recomendados con mis hallazgos, mis lectores sepan apreciar el sacrificio que he hecho por ellos.
Aunque, por vosotros, lo que sea.
Voy a ver si me doy una ducha fría.
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