Una vista inusual del Museo vienés de Historia Natural y de la Heldenplatz, desde los apartements del Hoffbug
Con permiso de mis lectores el post de hoy está dedicado a mi tocayo P.C. que ha empezado 2010 un poquitín perjudicado por una molesta afección. Desde la ciudad de la cual fue vecino durante unos meses, se le desea una pronta recuperación y que siga conservando el mismo sentido del humor del que hace gala en el último correo que he recibido de él.
10 de Enero.- Lo que tiene la nieve, el invierno en general, es que, cuando el frío se pone crudo, hay que buscarse planes que sean bajo techado. Así que hoy hemos estado en uno de esos sitios que uno no se decide a visitar porque siempre están ahí: la exposición sobre Sissi y Franz Joseph en los apartements del Hoffburg; lugar en donde se desarrollaba su vida diaria cuando estaban en Viena. Lugar en donde el emperador trabajaba como un burro, con jornadas que empezaban a las cinco de la madrugada; y lugar en donde la emperatriz fue la primera mujer, quizá desde la Roma antigua, en tener un retrete.
Lamentablemente, si mis lectores quieren ver esto y otras cosas tendrán que darse un garbeo por la ciudad de los valses, dado que en estos lugares está prohibido hacer fotos y uno es un turista muy obediente.
Otra de las cosas que tiene Viena, y más nevada, es que, a nada que te descuidas, te proporciona estampas que parecen sacadas de otro tiempo. Como esta parada de Fiakers en Heldenplatz, en la que cocheros y caballos sufren las inclemencias propias de la estación como en el siglo XIX.
Los apartamentos imperiales dan a esta plaza del Hoffburg. Las ventanas de la parte derecha corresponden a las habitaciones de Franz Joseph y las del fondo, detrás de la estatua, a las que fueron de la emperatriz Elisabeth. El conjunto merece una visita.
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