Spanish Revolution (8): Cuestión de higiene

15-M #acampadasol
Miembros del movimiento 15-M

28 de Mayo.- La edición digital del Standard, uno de los periódicos austriacos más serios y mejor hechos, recoge en lugar prominente el desalojo del campamento de Plaza de Cataluña y el efecto secundario que, es de suponer, más temían los que lo ordenaron: la revitalización de unas acciones de protesta que, por lo menos en Madrid, estaban languideciendo a velocidad constante.

(De hecho, la última vez que yo estuve en Sol fue el jueves y el céntrico campamento, digan lo que digan, había ido a menos de manera considerable).

Es obvio que los políticos españoles no han entendido nada y que pensaban que, una vez muerto el perro de las elecciones, la rabia de las protestas moriría sin remedio. Que la gente consideraría como algo inexorable la granítica realidad de los resultados de los comicios y que volverían, dócilmente, a quejarse en silencio de su hipoteca, o a considerar como algo inamovible los ochocientos o novecientos euros mensuales con los que muchas familias (con suerte) se ven obligadas a vivir.

En la Puertadel Sol permanecían acampados un grupo del que todos los tertulianos hablaban con aire burlón, a los que designaban como “perroflautas” (lo eran, lo son) pero está claro que los perroflautas son el ápice de algo más profundo. Algo así como ese fuego perpetuo que arde frente al monumento al soldado desconocido en muchas capitales del mundo.

Muchas de las personas que vieron las imágenes de las cargas policiales de ayer se sintieron identificadas con ese gentío que, es cierto también, vive tan desconectado de la realidad del mundo como los políticos a los que critican. Dicho lo cual, en cualquier caso, puestos a repartir papeles de buenos y malos, resulta obvio que los de la porra llevaban todas las de perder.

Muy probablemente, sea cierto que el campamento dela Plazade Cataluña (máxime en estos días de calor) se estuviera convirtiendo en un foco potencial de infecciones (a pesar de que los acampados dela Puerta del Sol no hagan más que decir que no cesan de limpiar, este que escribe da fe de que los alegres muchachos el kilómetro cero tienen un concepto muy personal del orden y de la higiene).

Sin embargo, no es menos verdad que el sistema político español necesita también de un fregado radical; que alguien entre dentro, abra los postigos, y pase el cepillo de raíces y el jabón Lagarto por todas las escaleras de la administración (particularmente por las que llevan a los pisos más altos, en donde es sabido que, desde tiempo inmemorial, se acumula más mierda).

La organización institucional española, con unas leyes electorales que fomentan, inevitablemente, el bipartidismo o el “poquipartidismo”, es también un vivero para que crezcan a sus anchas unos monstruos que amenazan, y amenazan muy seriamente, con ahogar la frágil democracia española. La corrupción, el caciquismo, la perpetuación de esas dos Españas que nos han llevado a que el hacerla Guerra Civil se haya convertido en el deporte en el que, realmente, hemos batido récords a nivel mundial.

O sea: que es muy probable que, en Plaza de Cataluña, enla Puerta del Sol, haya varios cientos de jóvenes que no se han cambiado de calzoncillos en diez días pero también es verdad que de los pasillos del poder sale, desde hace demasiado tiempo, un vaho corrompido ante el que mucha gente (y no sólo perroflautas) ha decidido dejar de taparse la nariz. 

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