La segunda invasión alemana

Archivo VD

5 de Agosto.- Sophie B. estudia medicina en la Universidad de Bratislava (Eslovaquia) en inglés –aunque ha tenido que aprender eslovaco para poder hablar con sus pacientes- y en medio de un colorido grupo internacional de compañeros procedentes de lugares tan distantes como Grecia o Arabia Saudí.

A pesar de ser austriaca y de residir en el estado de Burgenland, se vio obligada a elegir esta opción porque no encontró plaza en ninguna universidad de su país.

Su caso no es el único, particularmente en carreras con mucha demanda. Muchos estudiantes austriacos se han visto obligados a estudiar en otras universidades de la Unión huyendo de unos centros que, en los últimos años se han ido masificando sin que, desde el Ministerio de Educación Austriaco, se haya encontrado una solución eficaz para evitarlo.

Los causantes de que Sophie y otros compañeros suyos hayan tenido que buscar cobijo en aulas de otros países son, fundamentalmente, otros desalojados de sus universidades de origen.

En este caso, alemanes; los cuales, debido a un efecto colateral de la legislación comunitaria que impulsa el libre movimiento de personas por los países de la Unión, pueden solicitar plaza sin ninguna traba en las universidades austriacas.

En ellas, a diferencia de lo que ocurre en las universidades teutonas, no existe el llamado Numerus Clausus (esto es, el sistema que también regula la demanda en las universidades españolas) y los estudiantes alemanes se encuentran en igualdad de condiciones que los austriacos.

Juega pues su carta el factor demográfico y los alemanes que, asimismo, cuentan con la ventaja del idioma común, copan los puestos disponibles, expulsando así a los estudiantes aborígenes. Filtrar a los aspirantes por su nacionalidad, implicaría una discriminación que iría en contra de las leyes comunitarias por lo cual la situación, en los últimos años, ha ido agravándose hasta el punto de que, según publica hoy el periódico Standard en su edición on-line, este año, en la región de Salzburgo, se han presentado más aspirantes alemanes que austriacos a una plaza en la Universidad de la capital alpina.

La avalancha es de tal magnitud que, según el Centro para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria (CHE por sus siglas en alemán) se espera un incremento del treinta por ciento de alumnos alemanes en las aulas austriacas.

En algunas carreras, como psicología, la situación ya es sangrante. De las 200 plazas que se ofertan en Salzburgo para esta titulación 77 están ocupadas por felices estudiantes piefkes.

Por cierto que, según informa también el Standard, el interés es unilateral. En la universidad alemana de Münich, el porcentaje de estudiantes austriacos matriculados es de un uno por ciento.

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