Anticuento de navidad en Viena

Jovenes austriacos
Los jóvenes vieneses, los viejos del futuro (Archivo VD)

 

23 de diciembre.- Según refleja el diario vienés Standard en su página web, la semana pasada, el Secretario para Asuntos de la tercera edad del Partido Popular Austriaco (ÖVP), Sr. Andreas Kohl, dijo lo siguiente:

“Wer die Jungen hat, hat die Zukunft, wer die Alten hat, hat die Mehrheit“, lo cual, traducido, quiere decir: „Quien tiene a los jóvenes, tiene el futuro, quien tiene a los viejos, tiene la mayoría”.

Dado que los jóvenes de hoy serán, si Dios quiere y los aztecas fallan, los viejos del futuro, parece sensato echarle un vistazo a los valores de los jóvenes vieneses.

Para hacerlo, el Instituto para la Cultura de los Jóvenes (Institut für Jugendkulturforschung) efectuó en los últimos meses una encuesta onláin en el transcurso de la cual la dinámica juventú vienesa (a través de una muestra representativa de 400 especímenes) expresó sus filias y sus fobias.

Los resultados ponen los pelos de punta.

En primer lugar, se comprueba que ha habido un cambio total de valores con respecto a los que defendieron los padres de la actual muchachada. Si durante mediados de los ochenta y principios de los noventa lo que se llevaba era ser abierto, progresista, irreverente y alternativo, lo que mola a principios de este siglo son los ideales más o menos conservadores o neoliberales (despojados de cualquier elemento religioso, de ahí los macilentos resultados que el Partido Conservador Austriaco, de fuerte raigambre católica, arroja en las encuestas).

Da miedito pensar que nada menos que el 43,6 por ciento de los votantes vieneses entre 16 y 19 años piensa que hay demasiados turcos en Austria; nada menos que el 18,2 (o sea, dieciocho más las corvas del decimonoveno) piensan que los judíos tienen aún demasiada influencia en la economía mundial; y, lo que es peor, un 11,2 (once y el decimosegundo cortado por la rodilla) piensa que Hitler también hizo cosas buenas por la Humanidad.

(Hace poco escuché yo defender la figura del tipo del bigotillo diciendo que había hecho muchas autopistas, amárrame esos pavos).

Estos son los porcentajes medios, pero los partidarios de estas ideas rupestres crecen notablemente en aquellos segmentos de la muestra con el currículum académico más menesteroso (esperanza, caladero privilegiado y feudo de la ultraderecha). Son estos los que temen por su futuro y los que sienten que la inmigración “les quita puestos de trabajo”.

Por otro lado, sin embargo, los jóvenes austriacos piensan que la igualdad social mola y un sesenta por ciento está a favor de que “todas las personas que vivan en Austria tengan las mismas oportunidades”. Asimismo, más de un sesenta por ciento piensa que, a igual trabajo, las mujeres deben cobrar lo mismo que los hombres.

Asimismo, quien piense que los jóvenes vieneses son idealistas y generosos va de culo, contra el viento y sin motor. Sólo un veinte por ciento de los jóvenes piensa que las desigualdades son “producto de la sociedad en que vivimos” y un aplastante 36 por ciento está convencido de que los pobres lo son por su propia culpa y porque son unos vagos que no trabajan.

A los jóvenes vieneses, por lo general, los partidos políticos se la refanfinflan (natural, por otra parte) y se sienten más integrados en otros movimientos sociales. Los que más éxito tienen son, por este orden, el Fitness (38 por ciento), el fúmbol (25.2 por ciento) y el Hip hop (23.5).

Y ahora, vayan, vayan a compar los regalos de última hora y no se preocupen. Que todo está preparado para el futuro.

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