Bailes en Viena: esas danzas neonazis

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Una pareja en un baile en el Hofburg (A.V.D.)

 

20 de Enero.- El telediario de la ORF de ayer, que había empezado a las siete y media, tuvo un final un poco accidentado.

Los dos presentadores, de ordinario todo lo correctos que se estila en esa Santa Casa, tuvieron serias dificultades para contener la risa al dar una de las últimas noticias.

El incidente sucedió cuando, en off, sobre las imágenes de un camión siniestrado en un viaducto en algún punto de Carinita, uno de los presentadores leía un texto en el que se explicaban las circunstancias del suceso.

La parte trasera del camión se había salido de la calzada, quedando colgada a una altura vertiginosa. Parte de la carga (y aquí vinieron las risas), “arena para gatos”, (de la que se usa en los retretes para animales) había caido al valle. El humilde cargamento organizó, suponemos, ciertos desperfectos en el paradisiaco paisaje carintio.

A partir de ahí, presos de la risa floja, los presentadores tuvieron serias dificultades para contenerse (reirse de acontecimientos tristes, si bien es una defensa natural de nuestra psique, no es una cosa demasiado presentable en un presentador de telediarios).

A trancas y barrancas, sin embargo, consiguieron despedir la emisión.

Mi teoría, sin embargo, es que no se estaban riendo del pobre conductor del camión accidentado, ni de la arena para gatos desparramada por algún ignoto valle carintio, sino de la noticia que habían dado muy poco antes, disimulando a duras penas su alegría: la renuncia de Niko Pelinka a su candidatura de adjunto a la dirección de la ORF.

Pelinka, 25 años, miembro conspícuo del Círculo de Amigos Socialistas, había sido nombrado digitalmente para el puesto por Alexander Wrabbetz, director actual de la Radiotelevisión Pública Austriaca. El muchacho estaba a la espera de su ratificación en el puesto, fortísimamente contestada no sólo desde la pequeña Viena del poder, sino desde la propia ORF.

Durante las últimas semanas, la campaña contra la designación de Pelinka ha sido brutal y ha ido desde un vídeo protagonizado por los redactores de la ORF (entre ellos, nuestros risueños amigos) hasta una venenosa parodia en uno de los latenights más seguidos de la cadena, en la que el pobre Pelinka aparecía como le ve la gente (un niño pijo que está donde está porque su padre tiene buenas aldabas en los círculos del poder).

El afectado hizo público ayer un comunicado en el que, agarrándose al último resto de dignidad que le quedaba, decía marcharse no “porque pensara que no era la persona idónea para el puesto” sino porque la campaña contra “él y su entorno” (o sea, su padre, redactor jefe de la revista News y temible periodista) había rebasado todas las medidas de lo razonable.

Los redactores de la ORF celebran (aún) el abandono de Pelinka Jr. como “una victoria de la independencia y de la libertad de prensa”.

Estrambote: hoy, en el Joite (gran periódico) en el que Pelinka Sr tiene una columna semanal aparece un suelto sin firma titulado “¿Son los redactores de la ORF tan independientes?” en donde se cuenta que, Armin Wolf (presentador de informativos y una de las caras más reconocidas de la cadena) compagina sus tareas en la Corporación Pública austriaca con otras de carácter privado, como presentación de eventos o entrenamientos –coachings-. No hace falta ser un lince para ver en el suelto un pataleo de Pelinka Sr. , o de alguien próximo a su entorno.

En el telediario de ayer también se informó de que la división austriaca de la UNESCO había decidido retirar los bailes vieneses de su lista de eventos propuestos para formar parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La decisión se debía a la controversia desatada por la presencia en la lista del Baile de los Burschenschafter, en el que los miembros de estas organizaciones ultraconservadoras y ultranacionalistas (algunas, no todas, con conexiones en la escena neonazi) se reúnen para bailar valses. Naturalmente, el FPÖ, al que muchos señores de estos pertenecen o con el que simpatizan, ha protestado y ha anunciado su intención de celebrar el próximo baile bajo el lema “por la democracia y los derechos humanos”.

Pero a lo que yo iba: armado de traductor de Google y de una confusa idea de lo que es la sociedad austriaca, un redactor de Público (ver la noticia aquí) ha compuesto este artículo en el que traduce “Bälle” (o sea, “bailes”) por “Danzas”, dejando al perplejo lector con cara de (?) y la siguiente pregunta en “el celebro”: ¿Cómo son las “danzas neonazis”? ¿Como en Top Secret?

 

Comentarios

2 respuestas a «Bailes en Viena: esas danzas neonazis»

  1. Avatar de Luis
    Luis

    ¡Me encanta TopSecret! 🙂 L.

  2. […] de Enero.- ¿Dónde estaba yo ayer? No en el baile de los Burschenschafter (el cual, a pesar de ser conocido por ese nombre, hace años que ya no se llama así, sino […]

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