15-M: un año después

15-M: Acampada Sol
Un asistente a las asambleas del 15-M, en Mayo del 2011 (A.V.D.)

12 de Mayo.- Hay un momento en Todo Sobre Mi Madre en que La Agrado, el personaje interpretado por Antonia San Juan, recibe un ramo de flores de manos de un fornido mensajero. El chaval le tiende un cuaderno para que le fime el recibo. La Agrado, lo coge , echa el autógrafo y, mirando elocuentemente al mensajero, dice:

-A mí me llaman La Agrado porque me gusta hacerle la vida agradable a la gente ¿Sabes?

El mensajero la mira de arriba a abajo, hay un medidísimo silencio (en detalles como ese se ve la maestría de Almodóvar dirigiendo actores) y el tipo coge el cuaderno que le tiende La Agrado y luego dice:

-Chachi.

Se da la vuelta y se va dejando a la otra con un palmo de narices y, a nosotros, con una carcajada en las mandíbulas.

Creo que, si hubiera que hacer un balance, un año después, de lo que ha significado el movimiento 15-M sería exactamente esa escena de película. La sociedad española era La Agrado, que le dijo a los políticos: señores,esto no puede seguir así, hagan ustedes algo. Los políticos, miraron a la sociedad, tan emputecida, pero tan digna como el personaje de Antonia San Juan. Se hizo un largo silencio (la Acampada de Sol, paradójicamente cargada de palabras) y luego los políticos dijeron “Ah, vale, chachi”, se dieron la vuelta y se pusieron a su bola.

Incluso para aquellos que creían con una fe inquebrantable (y quizá digna de mejor causa) que el 15-M transformaría las estructuras de la sociedad, resulta claro que “el movimiento” ha perdido toda su fuerza y se ha pronunciado en él ese punto entrañable y cutrecillo que lo emparentaba con aquellos personajes de La Movida que todos sabíamos que habían nacido para perder.

Todo, eso sí, resultó muy fotogénico. Todo, como la realidad debería ser si la vida fuera justa y Dios tuviera un paraiso para los perros callejeros; pero ni el 15-M cambió nada (salvo que los políticos se volvieron un poquitín más cuidadosos con lo que decían, pero sólo un poquitín) ni la asistencia a aquellas asambleas eternas en las que hervían a partes iguales el espíritu infantil y cierta nobleza romántica que todos dejamos atrás en la adolescencia, sirvió para que los “quince-emeistas” establecieran en algún momento su residencia en la tierra y abandonasen sus lisérgicos viajes por mundos hechos de trapos, palos y recortes del Mundo Obrero.

El 15-M ha sido la última flor que se nos ha muerto entre las manos y el mundo ha seguido andando. La vida avanza como un carnaval y a nosotros nos ha dejado, como siempre, melancólicos en medio de la calle silenciosa, llena de restos de todo, empedrada de los trozos sucios de miles de inocencias imposibles ya de reconstruir.

 

Comentarios

2 respuestas a «15-M: un año después»

  1. Avatar de Edgar Pineda

    Querido Paco, muy lograda la metáfora de La Agrado. Me imagino a la Espe cumpliendo perfectamente ese papel.

    Pero disiento plenamente, por una vez, de la idea final de este post. El 15M., por lo menos en Barcelona, ha servido de mucho. Entre otras cosas sirvió de espacio para que gente de orientación política “moderada” o incluso de derechas discutieran sobre política con esos que dices que se abandonan a viajes lisérgicos. Sirvió para descubrir que detrás de cada perroflauta (sí, esa es la imagen maniquea que vendieron los medios) hay cientos de universitarios con una cultura política y una capacidad de debate insospechada. Sirvió para constituir decenas de asambleas de barrios que todavía funcionan. Sirvió para que la gente se movilizara y se impidieran decenas de desahucios a familias que ya no podían pagar la hipoteca (todavía se están impidiendo, con piquetes). Sirvió para sacar a mas de 100mil personas en Barcelona el 15 de Junio, de nuevo. Sirvió para crear una televisión independiente: latele.cat. Sirvió para que medio mundo descubriera la capacidad de movilización social que hay en España, aunque por desgracia, como dices, no se ha terminado traduciendo en efectos políticos reales, de momento. Sirvió para conectarnos con la primavera árabe, con otras ciudades europeas. Sirvió para estimular el Occupy Wall Street.
    No sé si has visto el telediario de hoy o has leído prensa española, pero sirvió para que se esté repitiendo otro 15M, que además empieza el 12, y aunque no los dejen acampar porque ahora hay un gobierno más represivo, por lo menos durará más días.
    Sirvió para avanzar en nuestra cultura política. Justamente lo contrario de esa infantilización a la que te refieres. En el 15M había adolescentes, sí, y también grandes intelectuales que participaron en un proceso de maduración política conjunta. Sirvió para que todavía hoy se hable de eso. ¿Te parece poco? Sirvió para que los políticos entrante le tengan miedo al 15M y estén empleando estrategias, como la delación ciudadana, con no se veían de tiempos de franco (miráte por favor lo que ha hecho Felip Puig). Sirvió para que en las elecciones autonómicas hubiera en España un total de votos nulos mayor que los votos totales de CIU, aunque claro, por estar dispersados no se contabilizaron.

    Y lo mejor de todo es que, para lo que realmente sirvió el 15M, aún no lo sabemos.
    Pero ahí están. Enciende la tele y los verás.

    Saludos, aun indignados,

    E. P.

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Hola Edgar:

      Muchísimas gracias por traer un poco de optimismo a mi blog.

      Como yo soy un hombre muy pesimista, te voy a explicar lo que yo siento con respecto a las multitudes del 15-M con un ejemplo. Con el Gobierno anterior, la Iglesia católica colapsó el centro de Madrid varias veces con manifestaciones en que se reivindicaba lo más rancio de la doctrina católica ¿Crees tú, sinceramente, que los españoles, como sostenía la Iglesia, están mayoritariamente de acuerdo con esas posiciones ideológicas porque haya un millón de ellos que lo estén y lo digan por la calle? Con esto quiero decir que la gente sale a las plazas para gritar una cosa y la contraria (a veces, hasta las mismas personas) y eso, por suerte o por desgracia, significa poco para la gente ajena al fenómeno.

      Por otra parte: viviendo en Austria yo he aprendido una cosa sobre los españoles: hablamos demasiado. Se nos va la fuerza en rajar y rajar. Yo estuve en un par de asambleas en Sol -quizá en Cataluña fue distinto, no te lo discuto- pero lo que tú llamas “capacidad de debate” era una cosa ante la cual cualquier persona práctica sentía tentaciones de cortarse las venas con la Minipímer. Por ejemplo, la exigencia de tomar tooooooooooooooooooooooooooodas las decisiones por unanimidad. Desde si salir o no en la tele hasta si comprar media docena de rollos de papel higiénico. Yo creo que no son formas. O son formas de un amateurismo brutal. O lo son, pero para quien no tenga otra cosa que hacer en el mundo que discutir (no suele ser el caso), y el que no tiene otra cosa que hacer que debatir, pierde rapidamente el contacto con la realidad. Debatir y debatir y debatir y más debatir es bonito, no te lo discuto, pero conduce a poco. Es como una bicicleta que rodara mucho pero no tuviera cadena.

      Hablando de los éxitos del 15-M, sin quitarles valor, por supuesto, no quisiera ser cínico, pero no han sido precisamente una legión los banqueros y los brokers de Wall Street que han sufrido una conversión súbita, se han dado cuenta de que no pueden seguir así, se han arrancado las corbatas de Armani y se han unido a las masas oprimidas (ejem). Y en Cataluña, muchas personas salieron a la calle, pero dentro de poco van a cobrar hasta por respirar. En fin, que se ve a la legua que los políticos han tomado nota.

      En una palabra: estoy de acuerdo en que, gracias a Dios, se ha evitado que mucha gente se quede sin techo, y se han iniciado una serie de cosas que, algún día, esperemos, conviertan este mundo en un sitio mejor. Pero creo que, como sucede siempre, para que así sea, el 15-M se tiene que convertir en una cosa cuantificable en votos, en escaños (que desde los votos y los escaños se hacen las leyes y se cambian las estructuras de la sociedad). Tiene que convertirse en un instrumento de acción. Como decía Emilio Aragón en un programa fenomenal que tuvo (que lo tuvo): “Menos samba y mais travalhar”.

      En fin: espero que mis opiniones no te hayan parecido demasiado radicales. De nuevo, gracias por tu comentario.

      Un saludo 🙂

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