Viena paga, Madrid protesta

Desconfiado
A.V.D.

11 de Junio.- De este tenor fueron ayer los titulares de los informativos de la televisión austriaca. En concreto, la entradilla con la que los presentadores de los sucesivos telediarios dieron paso a la pieza elaborada sobre el rescate Español fue, textualmente: “primero, el rescate, después las protestas”.

La pieza empezaba con gente abucheando a los bancos y a los banqueros (y recordado presumiblemente la dudosa moral de la madre de los últimos). Una voz en off explicaba mientras tanto en tono desapasionado que los españoles estaban indignados porque el dinero de la Unión Europea había ido a parar a los institutos crediticios y no al pueblo (Das Volk). Acto seguido, este extremo era desmentido por un sesudo economista entrevistado ad hoc por la ORF, el cual afirmaba ante las cámaras de la emisora pública austriaca que los manifestantes se encontraban muy lejos de tener razón ya que si los bancos celtíberos quebraban, al protestón pueblo español le esperaba un holocausto caníbal.

“Así que, venía a decir el economista, menos gritos, milagritos, que os estamos salvando el culo” (el economista lo decía de manera más “fisna” pero el sentido estaba claro).

Tras la intervención del doctor en las ciencias de la pasta, la ORF sacaba al presidente del Gobierno españo, Sr. D. Mariano –“sólo la puntita, que no duele”– Rajoy, en trance de dar la rueda de prensa en la que se declaraba ferviente admirador del proyecto europeo y de la moneda común. Los medios austriacos obviaban, eso sí, la cerrada defensa que el premier español hacía de su gestión ante los prestamistas continentales, cuando afirmaba haber evitado in extremis un rescate a la griega con troika, intervención, contenedores quemados y quién sabe qué más. (Hoy se ha sabido que este último extremo era una mentirijilla piadosa del agobiado Don Mariano, pero bueno).

O sea, que Herr Rajoy afirmaba que, por lo menos en este partido,  Madrid 1- Bruselas 1 (gracias).

Más o menos como en el mundial. En el palco, animando a las mesnadas hispánicas, pudo verse a Don Felipe y a Doña Letizia. Esta presencia ha levantado no poca controversia en mi Feisbul. Una controversia que, en mi opinión, responde al desconocimiento del auténtico papel que los Royals tienen en este siglo tuentiguán. Porque a ver: si una empresa va mal ¿Se espera de su departamento de mercadotecnia que suspenda toda acción comercial en señal de luto? Antes al contrario: los departamentos de relaciones públicas deben ser como el búnker de la cancillería de Berlín. O sea: antes morir que perder la vida.

El hio pequeño de los reyes y su señora tienen la misión de apoyar la marca España en todas las formas posibles  y en cualquier envase. Porque incluso ahora,  con la rescatación, para muchos hombres españa es la Roja y para muchas mujeres (sobre todo en Francia), España es Letizia d´Espagne. Ambos “objetos” no solo producen beneficios intangibles en forma de notoriedad positiva –de la que tanto y tanto está necesitado el país- sino también una corriente monetaria tangible en forma de licencias y regalías generadas por derechos de imagen y merchandaising variado.

Ahora que estamos pobres, ningún dinerete viene mal.

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