2 de Diciembre.- Hoy, se ha dado el pistoletazo oficial al deporte austriaco por excelencia: la navidad. Como no podía ser menos, yo también he celebrado el primer domingo de adviento tomándome un ponche y un vino caliente (no hay que abusar porque, aparte del alcohol, las dos bebidas son auténticas bombas de glucosa).
Me los he tomado en un bonito (y poco conocido) mercado de una localidad de las afueras, Mauerbach, famosa por una cartuja barroca que tiene, como mis lectores saben, hasta su fantasma y todo. De vuelta en Viena, hemos inaugurado la temporada en el mercado navideño de Karlsplatz y !Oh sorpresa! Hasta ha nevado. Si mis lectores quieren ver fotos de los dos sitios, no tienen más que pinchar aquí.
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