13 de Enero.- Hoy, vamos a hablar de una de las numerosas riquezas naturales de Austria: se trata de las cascadas de Myrafälle, que se encuentran en el término municipal de Muggendorf, en Baja Austria.
Normalmente, las cascadas de Myrafälle se visitan en primavera y en verano, pero las nieves y las temperaturas me han animado a acercarme y, dicho sea de paso, a jugarme, si no la vida, sí la integridad de la tibia y del peroné haciendo las fotos que mis lectores podrán ver si pinchan aquí.
Las cascadas de Myrafälle, en su forma actual, son el resultado del desmantelamiento de una concesión para la producción de electricidad que la ciudad de Wiener Neustadt concedió a un tal Oskar Edler von Rosthorn, y que estuvo en servicio hasta 1974.
La garganta que contiene Myrafälle tiene una longitud de 600 metros y alcanza, en total, una altura de 70 metros, a través de un paisaje protegido, constituido por majestuosos peñascos de piedra caliza que, como no podría ser de otra manera, es un espacio natural protegido. A través de la garganta discurre el arroyo Myra, de ahí el nombre de todo el conjunto. Los diecinueve puentes y ocho escaleras que cruzan el monumento y permiten disfrutar de él, fueron erigidos por el Club Turístico austriaco en 1885 y, desde entonces, se encuentran en servicio.
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