Algunas curiosidades sobre los nombres de las calles de Viena

Con sólo una mirada
A.V.D.

¿Sabes por qué en Viena hay una calle de la Ballena? ¿Y el nombre que llevó la Rathausplatz? En el callejero de una ciudad están reflejados los vaivenes de la historia, las filias y las fobias de sus habitantes. Viena, no es una excepción.

3 de Febrero.- Si en algún sitio reside el alma de una ciudad o, mejor dicho, la relación que tienen sus habitantes con la ciudad misma y con su historia, ese sitio es su callejero.

Viena, por ejemplo, tiene más de trescientas calles dedicadas a nombres de músicos (vieneses, residentes en Viena o populares en la ciudad) lo cual da idea de la importancia que la música tiene en este país, en el que un alto porcentaje de la población toca un instrumento (musical). Otras trescientas vías, sobre poco más o menos, están dedicadas a las guerras por las que la ciudad ha tenido que pasar.

Naturalmente, cuanto más recientes, más huellas han dejado en el callejero. La Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, constituyó un verdadero vendabal en lo que respecta a nombres de calles. Entre 1938 y 1945, por ejemplo, la Rathausplatz se llamó Adolf-Hitler-Platz. Después de la guerra, la Schwarzemberg Platz se llamó Stalin-Platz, por aquello de honrar al bigotudo padre de los soviets. Tras el final de la contienda, volvieron los antiguos nombres a las placas de señalización urbana, pero se incorporaron otros que eran reflejo de los terribles sucesos que habían acaecido.

Testigos de estos cambios fueron, por ejemplo, la Jägerstätterstrasse, en el distrito 14, que se llama así por el Franz que llevó este apellido y que vivió entre 1907 y 1943. Jägerstätter, que era agricultor y sacristán, se negó a servir en la  Wehrmacht por sus convicciones católicas y, por ello, fue condenado a muerte y ejecutado en Berlín. O la Käthe-Leichter-Gasse, en el distrito 13. La doctora Leichter fue socialdemócrata, pacifista, colaboradora del Dr. Otto Bauer y fue asesinada por los nazis en 1942.

Como en todas partes cuecen habas, con este proceso de cambio de nombres sucedió un poco lo mismo que con la aplicación de la controvertida Ley de Memoria Histórica en España. Y es que, nunca se cambian los nombres a los accidentes de la topografía urbana a gusto de todos. El año pasado, por ejemplo, el tramo de la Ringstrasse que pasa por la universidad pasó de llamarse Dr-Karl-Lueger-Ring a Universitätsring. Si bien Karl Lueger no fue un nazi en el estricto sentido del término (murió antes de tiempo, en 1910) lo cierto es que fue el político al que Adolf Hitler admiró más durante su etapa vienesa (y con eso, creo, queda claro la clase de pieza que estaba hecho el caballero en cuestión).  Cuando se cambió por fin el nombre de la calle (que no supuso, sin embargo, la eliminación de otras huellas que Lueger dejó en Viena) hubo sus más y sus menos, y voces que recordaron la decisiva contribución de Lueger al hecho de que, en su época, Viena alcanzara la estatura de una gran capital europea a nivel de París.

Y luego están las calles de nombres tradicionales cuyo origen se hunde en la noche de los tiempos. La mayoría de estas calles, como es lógico, están en el primer distrito, la parte más antigua de la ciudad. La Walfischgasse (calle de la ballena), mencionada por primera vez en 1700 en relación con una taberna que llevaba el nombre de “Jonás y la Ballena” (sin duda porque el bueno de Jonás, en sus días de encierro en el vientre del cetáceo, se tuvo que entretener en algo y quizá, quién sabe, jugó a los naipes y se bebió unos litrillos). La Blutgasse, o Calle de la Sangre, cerca de la catedral. La leyenda dice que se llama así porque los templarios de Viena fueron asesinados en ese punto y la sangre derramada en la escabechina dejó la calle en un estado memorable.

Por último, también hay calles con nombres chuscos. Por ejemplo, la Julius-Ficker-Strasse. El señor Ficker (en alemán vulgar “follador”) no es que fuera un campeón sexual (bueno,no se sabe, pero lo cierto es que no pasó a la historia por ello) sino porque, como historiador, mejoró el proceso de crítica de documentos históricos. De todas maneras, sobre el curioso nombre del historiador, hay un tupido silencio. Para saber las razones, pincha aquí.

En cualquier caso, si vives en Viena y te apetece saber el origen del nombre de tu calle, no tienes más que pinchar aquí.

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Comentarios

Una respuesta a «Algunas curiosidades sobre los nombres de las calles de Viena»

  1. Avatar de Antonio Alemán Curià
    Antonio Alemán Curià

    Muy bueno, muy interesante y me detendré más, si cabe, en los nombres de las calles

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