Los españoles conquistamos la tele alemana

FratríaY además por la puerta grande. Aprovechamos este hecho para echarle un ojo a las últimas tendencias en la industria de la televisión.

24 de Enero.- Una de las cosas que se estudian en la carrera de Empresariales es el ciclo de vida de los productos. Suele dividirse en cuatro etapas: introducción, crecimiento, madurez y declive.

Lo explicaré con un ejemplito.

Lo que va de Ana a Patricia

A finales de los noventa del siglo pasado, Tele 5 importó de América ese formato en el que hay una presentadora que trae invitados anónimos a un programa y les pregunta, por orden, sobre un tema determinado. El formato era más antiguo que mear con capa y había hecho la fortuna, por ejemplo, de Oprah Winfrey. En España, la encargada de enseñarnos a esperar con ansiedad lo que tuviera que decir el siguiente invitado fue Ana García, ex regidora de Emilio Aragón y, a la sazón, sobrina de Manolo Escobar.

El Programa de Ana eran modosito y los temas tratados “de interés general” (gobernaba Aznar entonces). Ana García era una muchacha que preguntaba con sentido común, sin morbo y aquello, a ratos, hasta parecía un programa de la 2. Durante la fase de crecimiento, al programa de Ana le salieron competidores en todas las cadenas. El formato se fue consolidando, y llegó Patricia Gaztañaga con “El diario de Patricia”. Al principio, Patricia también era muy modosa, pero ya estaba presente ese “componente humano” a cuya persecución se entregaban los redactores del programa, resaltando aspectos de las historias y ocultando otros (ay, si los que hemos trabajado en una tele habláramos alguna vez). El Diario llegó cuando el formato ya estaba maduro. Chachi. La audiencia estaba acostumbrada, se sabía la mecánica y “sintocinaba” con la salita de estar de Patricia todas las tardes. Solo una pega. Los temas, claro estaba, se iban agotando. A los temas normales me refiero. Los redactores de Patricia necesitaban por lo menos un impacto emocional por programa ¿Qué hicieron? acudieron a las sorpresas en todas sus variedades (con famoso, sin famoso, de viajes, con niño, sin niño, con perro, con orca asesina…en fin ¿Usted qué hubiera hecho señora, si sus niños le hubieran pedido pan y salchichas Oscar Mayer?Pues eso).

Agotado el filón de las sorpresas, llegó el sexo. Salados miembros de la tercera edad confesaban ante la audiencia que tenían un jardín en su casa que era la mar de rebonito, que no tenían quién se lo regase y que estaba muy sequito, y había candidatos a manguerista que llamaban desde los cuatro puntos cardinales de la patria.

El factual

Al final, en la fase de declive, los temas eran cada vez más salvajes (“mamá, soy legionaria de Cristo de día y estríper de noche”) y las preguntas más morbosas (“¿Agustina, qué se siente cuando te van a desahuciar, se tiene un cáncer terminal y se sabe que a uno le quedan dos semanas de vida?”).

El formato “diario” fue superado por la telerrealidad que ahora ve su declive (Gran Hermano en sus diferentes escenarios, con famosos f****aban entre ellos, con anónimos que f****aban entre ellos, con chinches, con pulgas amaestradas, en la selva, en la playa, en la montaña, etc) y ahora lo que priva es el factual.

Después de una fase de introducción que duró todo el año 2011 más o menos, se puede decir que el formato está maduro.

El factual no es ni más ni menos que el falso documental.

Tiene diferentes escuelas: está la bakalo-gentuzo-mastuerza (MTV, Gandia Shore, por ejemplo), la sentimental-maruja (Granjero busca esposa,Quién quiere casarse con mi engendro, digo, con mi hijo, un príncipe para Corina, etc) y, en Centroeuropa, la variante práctica (hay un factual de compra-venta y alquiler de pisos, te lo juro por Pocoyó).

Ante un factual, el espectador adulto que busca ficción al uso no ve más que mierda y el espectador adulto que busca un documental como los de Discovery ve más mierda todavía, porque el factual-tipo está confeccionado para un tipo de espectador muy determinado: nativo digital, joven, bajo nivel adquisitivo y con una fuerte alergia a la letra impresa.

Los buenos juegan a esa ambigüedad entre la realidad y la ficción, los malos (la mayoría) confían el aumento de la audiencia con la cacha que enseñen los protagonistas.

España entra en la tele alemana por la puerta grande

En Centroeuropa, la reina del Factual (de hecho, la inventora de los formatos que se ven en España) es RTL. Los guiones están basados en aquellas directrices que, en La Flor de Mi Secreto, le daban a Amanda Gris para que escribiera sus novelas (nada de política, sexo sugerente y solo sugerido, etc). O sea, en ellos, mucho músculo de clembuterol y mucha ceja depilada; en ellas, mucho ombligo al aire, mucha cacha, lorza con piercing, mucho tinte azabache y mucha ceja depilada también. Mucho bronceado artificial por las dos partes. Enredos sentimentales en donde la gente grita y gesticula mucho.

Los factuales están buscando siempre tres cosas: sexo calentorro, exotismo y una dosis mínima de la realidad del espectador, al objeto de conectar con él para llevarle a un nivel “superior” de glamour choni que él no alcanzará nunca.

En el episodio de ayer de uno de estos factuales emitido en RTL aparecía un apartamento presuntamente juvenil (la gente llevaba el cuerpo muy taladrado y muy tatuado y cantidad de acero quirúrgico repartido por su anatomía) y ¡Tachán! Había un personaje “español”. En el transcurso de la velada aparecía otra “española”. Venía de la calle la bella racial, equipada con un escote a través del cual se le veía prácticamente la línea -vertical- de la concepción. Los dos españoles, después de tener la reacción euforia que tenemos todos cuando nos encontramos con otros compatriotas (o la que los guionistas del programa piensan que tenemos) empezaban a hablar con un maravilloso acento sudamericano (nada que objetar, que en España hace ya mucho que no se habla como en Valladolid). Se preguntaban de qué parte de España eran. Los personajes decían que de Mallorca y mencionaban tres veces tres la palabra “paella” (decían “paela”, de lo cual se infería que no habían visto la sobrasada ni en pintura). En esto, el personaje “alemán” de pata negra, le decía al que ponía la música que, rápidamente, pinchara algo muy español y el otro, triunfante, le daba a “La Camisa Negra” de Juanes.

Definitivamente: España ha entrado en el olimpo.


Publicado

en

por

Comentarios

Una respuesta a «Los españoles conquistamos la tele alemana»

  1. Avatar de Javi
    Javi

    Un par de aclaraciones:

    1. En España todavia se habla como en Valladolid. Ejemplos? Valladolid (lo digo con conocimiento de causa y que yo sepa todavia no han elaborado pasaportes pucelanos y desde luego no tengo conocimiento de la presencia de la embajada pucelana en Viena).
    2. Lo joio es que anteriormente solo los americanos eran famosos por localizar Spain a la esquinita derecha de Veracruz. Hoy con esto de la renacionalizacion de la UE, el neoombliguismo como politica con futuro, y el lo mio mio y lo de todos tambien, vemos que hasta los alemanes, simbolos anteriormente de lo que no eran los americanos (cultos, etc..) nos colocan ya directos entre la costa de los Mosquitos y la isla Tortuga…
    Y como tu bien dices, hace tiempo que somos multilculturales, que esta muy bien y que es lo contrario de ser a-culturales, como parecen serlo en estos mocumentales..

Responder a Javi Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.