Viena a las tres: el nombre de Dios y el káiser transformador

VienaHoy, desvelamos todos los significados ocultos de la Narrenturm, o Torre de los Locos.

En la antigüedad, padecer una enfermedad mental no era ninguna bicoca. Bien es verdad que se podían hacer pocas cosas para ayudar a las víctimas, así que la táctica para luchar contra los fantasmas de la mente era encerrar al afectado y atarle bien, para que no se escapara.

En Viena, en los terrenos del antiguo Hospital General, está la llamada “Torre de los Locos” hoy dedicada a Museo, un manicomio construido por José II, el sucesor de Maria Theresia, en 1784 y del que se puede decir que es la magia hecha piedra.

La Torre de los Locos tiene 5 pisos, y en cada piso hay 28 celdas. El hecho de que sean 28 llevó a los arquitectos a romperse la cabeza (hubiera sido más fácil dividir cada planta circular en treinta partes) ¿Por qué 28, entonces? Pues porque el 28 es un número cargado de simbología. 28 días dura el ciclo lunar (se pensaba que las almas de los locos iban a la Luna, de ahí también nuestro entrañable calificativo de “lunático”) y, no solo eso, también hace referencia al llamado Gran Ciclo solar (cada 28 años los días caen en el mismo día de la semana). Se pretendía influir en el alma de los perturbados a través de estas armonías universales.

Asimismo, José II, mandó construir para él una casita octogonal (hoy desaparecida) que estaba situada encima de la Torre de los Locos, la cual sería la cumbre de una “Máquina Transformadora”. El emperador, comunicándose con los cielos a través del complejo mundo de símbolos que habitaba en el edificio. A los vieneses les escamaba bastante que su emperador se pasase largas horas en el manicomio y, señalando el edificio, decían “Aquí, es José II el primero” (de los locos, se entiende).

Más números: el código principal de la torre es 8-66. Ocho, por el octógono en donde José II se sentaba a transformar el alma de sus súbditos y 66 por las brazas que mide el contorno de la torre. Este número es el del ángel Metatron, uno de los ángeles principales de la mitología cristiana y judía y que era uno de los mensajeros principales entre el hombre y Dios. El nombre de Dios también está incluido en la Narrenturm a través del número 26 (ese número se obtiene al sumar las letras hebreas de JHVH, Jehová, 10+5+6+5). Hay 26 filas de ladrillos hay en la cara interir de la torre, en total 2574 (99×26). La 100 hubiera sido el aliento divino: esto es, el rayo.

 


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