En estas circunstacias que ya no se pueden pasar por alto, me dirijo a vosotros, conciudadanos, de rodillas y con los brazos en cruz. No echéis en olvido mis palabras.
2 de Agosto.- El mundo está en una fase crítica y no puede dudarse ya por más tiempo.Como decía mi abuela, la pobre, que en paz descanse “las putás y las mariconás que hemos echado a la atmósfera” están haciendo que el clima cambie y que los fenómenos meteorológicos sean cada vez más extremos. A largas fases de sequía, suceden largas fases de lluvias monzónicas, como ha sucedido este año en Austria. La semana pasada, mientras yo estaba viendo La Flauta Mágica, sobre Burgenland el cielo, hecho agua, se desató con aparatosas consecuencias.
Sí, pero ¿Debemos dejar que esta desgraciada circunstancia afecte a nuestra convivencia? ¡No, conciudadanos vieneses! ¡No, y mil veces no! Neguémonos en redondo a que el mundo se convierta en un calvario aún mayor por nuestra culpa culpita.
Naturalmente, en Centroeuropa, las recientes lluvias, seguidas de un calor sofocante, están sacando de los seres humanos lo peor de ellos. Literalmente. Sus aparatos excretores funcionan a toda máquina, de manera que un adulto medio suda un cubo de líquido apestoso al día. Por eso, desde aquí, quiero hacer un llamamiento a toda la población de Viena para que todos podamos sobrellevar estas circunstancias dramáticas de manera que no sean una ofensa constante, un ultraje, un rayo olfativo que no cesa, dirigido certeramente contra la pituitaria ajena.
Repetid conmigo, conciudadanos:
EL DESODORANTE NO SIRVE DE NADA SI NO TE HAS LAVADO ANTES LA SOBAQUINA Y EL NALGATORIO.
Por muy apestoso que sea –y vive Dios que este año se han puesto de moda los desodorantes apestosos-, no hay perfume que enmascare el olor a búfalo que tiene un ser humano después de dos días sin lavarse.
Los fabricantes de geles de baño, de jabones dermoprotectores y antialergénicos tienen niños y esos niños, señora, también tienen que comer.
Conciudadanos, utilizad el jabón, del olor que más os guste, del color que más os pete, pero frotaros las partes íntimas y aquellas que no lo son tanto. Da gustito, ya lo veréis.
Me conformo con eso, los sufrientes NOS conformamos con eso. No os pedimos que renunciéis a desayunar Red Bull –al fin y al cabo es un producto nacional y hacéis muy requetebién ayudando a la economía austriaca a jugar en la “championslí” de las economías del planeta– no os pedimos tampoco que dejéis de comer en los transportes públicos, o en los centros de trabajo, bocadillos de esas mortadelas apestosas con las que os trabajáis a brazo partido la arterioesclerosis. No. No os lo pedimos, porque moralmente no podemos, porque estas guarradas, digo, estas costumbres, representan parte de las señas de identidad austriacas tanto como los lederhosen o el comer schnitzels o el baile de la ópera. Pero la ducha diaria...O, quien dice una, dice dos, las duchas diarias…Eso es un servicio a vuestros conciudadanos, es calidad de vida, es…Es…En fin, no sigo, que lloro de la emoción.
Responder a Paloma Cancelar la respuesta