La historia de amor de Melinda Esterhazy

EsterhazyHoy, Viena Directo se ocupa de una romántica (y burgenlandesa) historia de amor: la de Melinda Esterhazy

31 de Agosto.- Esta semana pasada, a la edad de 94 años, ha muerto Melinda Esterhazy, la que fue una de las mujeres más ricas de Austria y la protagonista de una triste historia de amor.

En 1942, tras una representación de Romeo y Julieta en la ópera de Budapest, la prima ballerina Melinda Ottrubay recibió un enorme ramo de flores de un admirador. Se trataba del príncipe Peter Esterhazy, el cual pasaba por ser uno de los solteros más deseados de Austria en aquel momento. Nacido en 1901, en el Palacio Esterhazy de Eisenstadt, Esterhazy lo tenía todo en apariencia para hacer feliz a una mujer. Era guapo, aristócrata y estaba forradísimo. Cifras cantan: 130.000 hectareas de propiedades agrícolas en Hungría y 50.000 en Austria. Esterhazy, en sus cuarenta y un años de vida, se había empleado a fondo en hacer feliz al género femenino. Se le conocía una lista inacabable de queridas y amantes pero pronto se vio que su historia con Melinda, nacida en un ambiente culto y burgués, hija de un juez, iba en serio.

Pronto, Esterhazy descubrió que Melinda se había enamorado de él y no de su cuenta corriente y lo hizo de la manera más dolorosa posible.

En 1944, los nazis invaden hungría. Esterhazy era un conocidísimo antinazi, así que los del tito Adolfo expropiaron todas sus tierras. No tuvo mejor suerte cuando terminó la guerra. En 1945, con la victoria aliada, los comunistas tomaron el poder en Hungría y las posesiones austriacas de Esterhazy, situadas en Burgenland, cayeron en manos soviéticas, así que le fueron expropiadas también. A pesar de todo, el 3 de Agosto de 1946, Peter Esterhazy, el soltero impenitente, se casó con Melinda, en Budapest.

Los Esterhazy viven en Budapest en una humildísima vivienda de dos dormitorios –más humilde aún considerando el lujo al que el cabeza de familia estaba acostumbrado- pero aún esa felicidad les dura poco. En 1948, los comunistas húngaros encarcelan a Esterhazy acusándole de estar preparando una “conspiración monárquica”. Melinda Esterhazy permanece fiel a su marido y le espera durante ocho años, durante los cuales el antiguo aristócrata pasa por diferentes cárceles, en donde es torturado física y psicológicamente. Su mujer no puede visitarle, ni recibe información de si está vivo o muerto o de cuál es su estado de salud.

Sin embargo, su paciencia tiene recompensa. En 1956, Esterhazy es liberado y se reencuentra con su esposa. El viento cambia de nuevo y esta vez a su favor. Cuando se firma el tratado fundacional de la República Austriaca, los soviéticos de retiran y a Estherhazy le devuelven sus tierras de Burgenland. De nuevo es un hombre rico. Los Estherhazy aprovechan una corta primavera en el helor comunista para poner pies en polvorosa. Se establecen en Zurich y desde allí el aristócrata administra sus posesiones.

Cuando Peter Estherhazy muere, en 1989, Melinda Estherhazy se translada a vivir a Austria. Sin embargo, la Melinda que vuelve no es ya la pobre mujer que dejó el país, sino que es la mayor propietaria de tierras de Austria, con una fortuna personal valorada en 1,2 millardos de euros. Una de las mujeres más ricas del país.

El matrimonio Estherhazy no tuvo hijos, así que Melinda, como única heredera, constituyó diferentes fundaciones que fueron (y son, supongo) administradas por su sobrino, Steffan Ottrubay.

Peter Estherhazy no volvió a pisar Hungría en vida, y no vivió lo suficiente como para ver la caida del muro de Berlín y la desaparición del telón de acero, pero nunca se curó de la nostalgia que le producía el haber tenido que dejar su país. Cuando murió, pidió que sus cenizas se esparciesen por el lago Neusiedl, de manera que hubiera la posibilidad de que el viento las llevase al país del que se sentía natural.

Rodaje de MI5

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