¿Son los austriacos deportistas?

DeportistasHoy en Viena, como todos los años, se ha celebrado el día de los deportes. Aprovechamos para ver qué tal se llevan los austriacos con la práctica deportiva.

20 de Septiembre.- Hoy, como todos los años, se ha celebrado en Viena el día del Deporte. Por eso, vamos a aprovechar para explicar un poco la relación que los austriacos tienen con la práctica deportiva.

En esto, como demuestra el revuelo formado por los dos posts anteriores de Viena Directo, una cosa es la verdad y otra cómo nos vemos. Así pues, si se le pregunta a los austriacos si sus paisanos son “esportivos”, dirán probablemente que no, que ellos mismos sí, que andan y tal, pero que hay cada vago por ahí que Dios tiembla.

¿Es esto cierto? No, según las encuestas.

De lo vivo a lo pintado

Según los últimos estudios de los organismos de salud austriacos, por lo menos un setenta por ciento de los habitantes de EPR afirman practicar algún deporte por lo menos un día por semana (“¡Un día!” Dirán aquellos de mis lectores a los que más les guste mover el esqueleto “¡Pues vaya cosa!” Pues no, señora: en España el porcentaje de práctica deportiva es menor).

Sucede, eso sí, que la práctica deportiva está muy desigualmente repartida por la ciudadanía. Los parámetros son dos: la edad y el nivel socio-cultural.

Los mayores hacen menos deporte que los jóvenes y también lo hacen por otras razones y en otras modalidades.

Los jóvenes austriacos procuran hacer deporte para sentirse bien consigo mismos y para explorar sus límites como seres humanos; en tanto que los mayores, a los que ya se les ha pasado el arroz del ligue, hacen deporte para permanecer activos y para tomar el aire. Los jóvenes se inclinan por la natación, el jogging y la escalada; en tanto que los mayores se dedican sobre todo al senderismo y al nordic walking (o sea, a ese deporte que consiste en caminar con dos bastones, deporte, por cierto, que dicen que es fatal para el equilibrio, porque el cuerpo se acostumbra a contar con cuatro puntos de apoyo y luego las criaturas “se esmorran”).

Hombre rico, hombre pobre

Por lo que respecta al nivel sociocultural, con el deporte pasa un poco como con la comida. Los pobres comen mal y hacen deporte poco. Y comen mal porque comen básicamente cosas que no son saludables pero que son baratas. Por ejemplo, la carne, que es baratísima en comparación con la fruta. Y comida rápida. Y no solo porque sea barata, sino también porque los programas de televisión que apuntan a ese segmento de la población (pongan aquí mis lectores cualquier mierda protagonizada por Charlie Sheen) hacen que esa comida resulte atractiva, “molona” para esa gente.

Como en el resto del mundo occidental, además, las autoridades sanitarias austriacas se enfrentan con el problema de que los niños no se mueven tanto como en otras épocas de la historia de la Humanidad. Naturalmente, si no se hace algo, Austria no solo se enfrentará a un futuro ejército de “niños sin cuello” que se transformarán en un sufriente ejército de “adultos sin cuello”, sino también a un ejército de diabéticos, de obesos, de personas con enfermedades cardiovasculares, etcétera. Por eso, un día como hoy que, de verdad, ir hoy a la Heldenplatz era cansarse nada más que de verles, es importante porque, como dijo aquel, las palabras convencen, pero el argumento arrastra.

PS: No, no se me ha olvidado. Hoy tocaba Zona de Descarga. Por un ligero problema técnico no ha podido ser. En cuanto se pueda arreglarlo (me imagino que durante la semana) colgaré el podcast correspondiente.


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