Viajar a Viena en navidad

ChristkindlmarktHoy abren en Viena los Christkindlmarkt, placer de propios y extraños. Nunca está de más recordar algunas cosas a propósito de viajar a la capital de los valses.

15 de Noviembre.- (¡Ring Ring!)

-Viena Directo, Servicio Público, ¿En qué puedo ayudarle?

-Hola, buenas. Es que quería viajar a Viena estas navidades, y tengo algunas preguntillas…Espero no molestar.

-No molesta usted en absoluto. Dispare.

-Pues nada: allá vamos. Verá usted, lo primero que quiero saber es si Viena es un sitio seguro porque no me haría ninguna gracia que fuera pisar la ciudad y que me atracasen ¿Qué piensa usted?

-Puede usted estar tranquilo. Viena, comparada con casi cualquier capital española, es tan segura como un parvulario. Basta tomar las mínimas precauciones, sobre todo en las zonas más turísticas, como la zona de la Ópera o Mariahilferstrasse. En cualquier caso, si le sirve de alivio, yo llevo viviendo en Viena casi diez años y jamás me han robado ni un euro (es más: el otro día, se me cayó un billete de diez al suelo y una señora, amablemente, me lo indicó). Le diría, eso sí, que si se pasea por las zonas concurridas (los mercados navideños) en momentos en que la ingesta alcohólica le haya dejado sin muchos reflejos, tenga usted cuidado: hay carteristas que se hacen pasar por vendedores de periódicos (tipo La Farola, aquí se llama Augustin) que están a la que salta y le pueden jugar una mala pasada. Son fáciles de detectar porque el periódico que llevan no tiene fecha y no se llama Augustin.

-Bueno, pues menos mal que me avisa. Otra cosa: es un secreto a voces que, en España, en los restaurantes, cuando ven entrar a un turista, se frotan las manos y se crujen los nudillos para sacudirle una cuenta de la que no consigue olvidarse en la vida ¿Pasa igual en Austria?

-A ver: en Viena hay restaurantes caros y baratos, como en todas partes. Pero los precios y las calidades son bastante homogéneos, incluso en las zonas turísticas. Cuente usted con doce o catorce euros por cabeza por un menú normal, más la bebida. Y si le parece caro, siempre le quedará la comida rápida. La socorrida salchicha centroeuropea o la hamburguesa americana. Esas, valen igual en todas partes.

-¿Y si me pongo enfermo?

-Tranquilo: como Austria es miembro de la Unión Europea, puede usted utilizar la tarjeta sanitaria europea y dejar que los ministerios de sanidad respectivos se las compongan.

-Qué alivio, oiga.

-Es un primor, sí.

-Y otra cosa, yo soy persona amantísima de los animales y quisiera viajar con mi perro ¿Puedo? ¿Eh? ¿Puedo?

-Por supuestísimo que sí. La libertad de movimientos de personas y mercancías también alcanza a los animalitos. Eso sí: tiene usted que cumplir con las normas que rigen en España. Esto es: cartilla de vacunaciones actualizada y el chip correspondiente.

-Y ya por último, ni mi novia ni yo hablamos alemán. Pero es que nada, niente, ni una palabra, ni pum. Cero. En inglés, sin embargo, nos defendemos. En Austria, ¿Habla inglés la gente?

-Generalmente, sí. Por supuesto, en las ciudades grandes y en las zonas turísticas, se da por spuesto. La gente por la calle, pongamos de los cuarenta para abajo, practicamente todo el mundo. Pero le voy a dar una noticia que le va a hacer muchísima más ilusión: el español es un idioma que se está poniendo de moda en Austria a pasos agigantados. Por ejemplo, el otro día, yo fui a comprar un libro y la cajera de la librería, al ver que me había comprado dos volúmenes en la lengua de Belén Esteban, me atendió en castellano ¿A que es estupendo?

-Pues mire usted, creo que no se me olvida nada. Si me acuerdo de algo, le vuelvo a llamar,¿Le parece?

-Por supuesto. Para eso estamos. Encantados de servirle.


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