Paco no es el único en Austria que tiene gripe

FuegoLa drástica caída en los precios del crudo está cobrándose sus primeras víctimas en la economía austriaca. Y parece que las vacas flacas irán para largo.

29 de Enero.- Antes de empezar con el post de hoy, me gustaría decir que lo más chulo de hacer Viena Directo es, sin duda, saber que, detrás de cada clic (y son muchos cada día) hay una persona. Tengo muchísimos lectores no solo fieles y atentos, sino también de una calidad humana fenomenal y eso, señoras y señores, es un gustazo impagable. No tengo palabras para agradecer los muchos mensajes, privados y públicos, que he recibido desde que se publicó el post de ayer. Afortunadamente, acogido como estoy a la cofradía del paracetamol, la fiebre me ha bajado y puedo agradecer la atención recibida como mejor sé: esto es, volviendo a mi cita diaria. Aunque, además hoy, para compensar, he dejado una sorpresita al final de este post. Espero que os guste.

La caída del precio del petróleo: el bandido doblemente armado

En fin: como digo en el titular de hoy, yo no soy el único en Austria que tiene la gripe. Y es que, lo que, en principio, podría parecer una cosa beneficiosa, esto es, la caída del precio del petróleo, está produciendo grandes estragos en los balances de, por lo menos, dos grandes empresas austriacas. Intentaré en este post explicar las causas.

Como saben mis lectores, de un tiempo a esta parte el petróleo está muy barato (tan barato como que el precio se ha reducido a la mitad en un plazo de seis meses).

Los mecanismos de fijación de precio del barril de crudo son muy complicados y, al mismo tiempo, muy simples. Tan simples, como esto. Los países productores y exportadores de petróleo, la famosa OPEP que tiene su sede en Viena, precisamente, forman lo que, en economía (y en el mundo de la droga) se llama un “cartel” (con acento en la a). Esto es: como controlan la fuente de un determinado recurso en régimen de oligopolio, tienen también la posibilidad de ponerse de acuerdo para fijar el precio de ese recurso más o menos como les pete. Lo que un castizo denominaría, con toda la razón, tener la sartén por el mango.

Los países de la OPEP estudian las previsiones de la demanda y siguiendo confusos arcanos, entre los que están no solo las previsiones de futuro sino también intereses geopolíticos no siempre muy presentables, deciden la oferta de crudo que van a poner en el mercado y, con ello, terminan fijando el precio.

Debido a los conflictos de intereses que generan necesariamente estos tejemanejes, los criterios de los países de la OPEP no siempre están de acuerdo y, de hecho, la mayoría de los países productores se ha aliado esta vez para, indirectamente, hacerle la puñeta a tres miembros de la Organización que las están pasando canutas (y aquí empezamos a entrar en materia): Venezuela (que estos días pasados rompió el tono triunfalista oficial para admitir que pasa por graves apuros económicos), Irán y, el más importante para Austria, Rusia.

Cuando Rusia estornuda, Austria pilla una bronquitis de no te menees

Como todo el que haya estudiado un poquito la economía austriaca sabe, desde que cayó el muro, las empresas de esta pequeña –pero salada- república han aprovechado su privilegiada posición estratégica en el corazón de Europa y se han expandido hacia el este. En los últimos veinticinco años, esto ha sido una enorme fuente de riqueza para el país pero desde que empezó la crisis en 2008, también ha hecho que a más de uno y a más de dos se les esté poniendo el pelo blanco.

Uno de los grandes bancos austriacos es el Reiffeisen una de cuyas divisiones, RBI (o sea Reiffeisen Bank International) tiene una fuerte presencia en Rusia. Un banco no es ni más ni menos que una tienda de dinero o, mejor, un establecimiento de alquiler de dinero. El banco se dedica a captar fondos que luego te deja usar para tus cosas y tú, a cambio, le pagas por el alquiler del dinero que te ha dejado (el “alquiler” es lo que nosotros llamamos “los intereses”).

Pues bien: uno de los pilares del negocio del RBI era dar crédito a empresas y particulares rusos, los cuales, como todo el entramado económico de Rusia, dependen fuertemente de los ingresos generados por el oro negro. La ecuación es fácil: si el precio del crudo baja, no entra dinero en la caja de los rusos y no pueden pagarle al Reiffeisen por el alquiler del dinero que les presta a cuenta de ganancias futuras. Ante las negrísimas perspectivas que suponen que el precio del petróleo siga bajo, el Reiffeisen se ha visto obligado estos días a poner pies en polvorosa y a encoger drásticamente en Rusia. En estos momentos, están vendiendo los créditos concedidos y que no saben sin van a cobrar a otros bancos que quieran arriesgarse.

Otra empresa austriaca que lo está pasando mal es la ÖMV (Austria, aunque a una escala entrañable, también produce petróleo y ÖMV es el consorcio que gestiona no solo la producción austriaca, sino el refino de crudo procedente de otros países así como diferentes proyectos energéticos relacionados con el gas). El recorte dramático de los ingresos va a obligar a la ÖMV a cancelar o volver a enfocar determinados proyectos, así como a reconsiderar decisiones estratégicas de gran calado. Esto, a escala tuya y mía, se va a traducir en la pérdida de miles de puestos de trabajo no solo en Austria, sino también, por ejemplo, en Rumanía y en Turquía, en donde la ÖMV tiene intereses. Y solo estamos hablando de empleos directos. Naturalmente, alrededor de la ÖMV hay un entramado de otras sociedades más pequeñas, por ejemplo, de prospección, que también se van a ver “tocadas”.

Y ahora, la sorpresa

Y ahora, la sorpresa: muchas veces he explicado aquí la añoranza que sentía por mis tiempos de actor. Pues bien, el otro día Elena Cisneros y Lucas González, cineastas y residentes en Viena, me dieron la oportunidad de volver a ponerme delante de una cámara. Fue una experiencia gratísima, que espero que se repita. El resultado fue este. Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros disfrutamos haciéndolo. El corto, por cierto, se ve en un plisplás, porque dura solamente noventa y nueve intensos segundos.

#IWISH for 99FFA 2015 from Empanadilla de Atún on Vimeo.


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Comentarios

2 respuestas a «Paco no es el único en Austria que tiene gripe»

  1. Avatar de isabel
    isabel

    Felicidades me ha gustado mucho, un beso

  2. Avatar de Uno que comparte vocación
    Uno que comparte vocación

    And the Oscar goes to…Paco Bernal! Jajajaja. Gracias, amigo, disfruté mucho. Cuídate.

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