Lady Gaga, hija predilecta de Salzburgo…

Paco en Salzburgo
El autor, gran fan de Sonrisas y Lágrimas, posa junto al invernadero que se utilizó en el film y que hoy está en Salzburgo

…Y otras nueve curiosidades sobre The Sound Of Music, el momentazo austriaco de la gala de los Oscar de ayer.

23 de Febrero.- Teatro Kodak de Los Ángeles. Ayer por la noche. Lo más granado de la industria cinematográfica americana (lo cual es tanto como decir lo más granado de la industria cinematográfica mundial) puso a prueba la resistencia de sus vejigas durante las cuatro horas que dura la ceremonia de entrega de los premios de La Academia. Los nominados contenían, aparte de los impulsos de hacerse pis en el smoking o en el traje de noche, las ganas de morderse las uñas y los demás se dejaban llevar por una gala que tiende a ser un poquito menos aburrida que su equivalente español.

En un momento dado, se produjo un auténtico encuentro de “titanas”. Fue cuando Lady Gaga (jamás, después de lo de anoche, volveré a escribir “la mamarracha de Lady Gaga”, como suelo) interpretó un medley (leer con voz de Boris) ¡ ¡ ¡ De la película más famosa sobre Austria de todos los tiempos!!!! ¡”Momentaso austriaco”, glamour total! (se cierra la voz de Boris).

Me estoy refiriendo, naturalmente, a “Sonrisas y lágrimas” esa peli que, por cierto, pocos austriacos han visto entera (con lo que mola). Helo:

La Gaga cantó con una voz de soprano que, a ratos, parecía la de Julie Andrews y, cuando se acabó el medley, anunció a la auténtica, a la incomparable Dame Julie Andrews, la cual casi con el mismo desparpajo con el que pisoteaba las calles de Salzburgo hace cuarenta años, apareció en el escenario del teatro Kodak y se abrazó a Lady Gaga y luego, le debió de decir, con acento british (no se oía, lo tapaban los aplausos):

-Como has cantao jamía, pero cómo has cantao. Ayyyyy, cómo has cantaooooo ¡Ven pacá, que te como toa!.

Fue el momento austriaco de una noche en la que no había Christoph Waltz ni estaba nominado Haneke, ni nada.

Por eso, he pensado que esta noche voy a contar algunas curiosidades a propósito de Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music).

Primera curiosidad: en español, The Sound of Music tiene un título tan y tan absurdo como en español, pues se llama “Meine Lieder, meine Träume” (probad a decirlo rápido y ya veréis cómo os reís).

Segunda curiosidad: la peli, aunque sepultada bajo toneladas de azúcar, está basada en una historia real. La cual historia real hizo el siguiente recorrido desde Salzburgo hasta Jólibu. En primer lugar, existió una familia Von Trapp, auténtica. Esta familia se marchó de Salzburgo a finales de los años treinta, debido a que no comulgaban mucho con el nazismo. Los Von Trapp emigraron a América, efectivamente, pero no atravesando las montañas, sino tranquilamente en barco (se fueron desde Italia). Después de la guerra mundial, la vigorosa Maria von Trapp, viuda, vendió los derechos de su biografía a la UFA, la cual en los cincuenta hizo una película, no musical, que aquí a veces ponen en el Cine de Barrio. Durante un viaje por Europa, unos amigos de la estrella del musical Mary Martin vieron la película y llamaron a su amiga y le dijeron que ahí había un papel para ella. Mary Martin, por cierto, era la madre de Larry Hagman (Jotaerre Égüin, el que hacía maldades en los ochenta al frente de la Éguin oil compeni). Mary Martin contrató a Oscar Hammerstein II para que compusiera, basándose en música tradicional austriaca, las hermosas canciones de la obra de teatro. La obra de teatro fue un éxito y Hollywood la compró para hacerla en cine.

Tercera: el rodaje se produjo a lo largo de un largo periodo entre 1963 y 1964 (la peli se estrenó hace exactamente cincuenta años). Los interiores se rodaron en California y los exteriores en Salzburgo. Los productores no contaron con que, en Salzburgo, cuando más llueve es en verano y, a pesar de que la lluvia, en cine,no se ve, hay momentos en que Julie Andrews está actuando completamente empapada.

Cuarta: para que los críos no tuvieran que fingir que le tenían miedo, Christopher Plummer no disimulaba que los niños no le gustan nada. En el momento en que se rodó la escena en que él coge la guitarra y canta la famosísima canción del Edelweiss, les hizo unas caricias a los niños para que creyeran que, por fin, se habia reconciliado con ellos. Los pobres (y pánfilos) angelitos lloran de verdad. Luego, volvió a ponerse hecho “un obelisco”.

Quinta: a pesar de que Christopher Plummer canta de verdad y que, de hecho, rodó la película basándose en playbacks con su voz, los productores decidieron doblarle durante las canciones.

Sexta: Julie Andrews, que perdió su hermosa voz por una operación fallida de un nódulo en las cuerdas vocales, es la persona que, cada año, comenta para los norteamericanos el Concierto de Año Nuevo. Para intentar librarse de la fama de angelical que le proporcionó la película, decidió enseñar los pechos en la película S.O.B. de su marido, Blake Edwards. Le dio igual. La gente la siguió viendo como una catequista.

Séptima: los niños no paran de crecer ni por necesidades del guión. Durante el rodaje, los chavales más mayores dieron el típico estirón y el director, Robert Wise, se las vio y se las deseó para que no se notara.

Octava: La película fue un fracaso en Salzburgo. La pusieron en un cine y la quitaron después de una semana (es que los Salzburgueses son muy suyos).

Novena: la villa de los von Trapp fue expropiada por los nazis y fue ocupada nada más y nada menos que por Heinrich Himmler. Hoy, es un monasterio.

Zona de Descarga

Es como una droga, no se puede dejar de escuchar, es un no parar de aprender y de reir y de reir y de aprender. Esta semana, en Zona de Descarga, las fiestas austriacas, la cocina georgiana (presente en Austria) e interesantes pormenores sobre la historia de Viena !No te quedes sin escucharlo!


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