El español como supermán

Superman¿Eres español? ¿Llevas una doble vida? No eres el único. Para ti, que también eres un superhéroe, este artículo.

29 de Mayo.- Viena. Zona céntrica poblada de moelnos y moelnas. El bloguero hace un alto en su semana y se toma una cervecilla con unos amigos españoles.

Se habla de las elecciones recientes, hay diversidad de opiniones. Reina el contento general por el hecho de que, tras los últimos comicios, la calse polítia española, que en cuarenta años ha salido una aventajadísima alumna de la italiana, vaya a renovarse un poco. El contento, sin embargo, queda algo mitigado por la ligera sospecha de que, quienes vienen a renovar, dentro de unos meses pueden llegar a ser iguales que los que ahora se despegan la poltrona del porompompero.

Mas, como dijo aquel, para morir nacemos.

A juicio del bloguero, que gusta de escuchar a sus amigos más que de hablar él mismo, se argumenta con notable conocimiento de pausa. Salen en la conversación citas, nombres, autores. Cae en la cuenta el bloguero, que permanece callado mientras todo esto sucede, en que se encuentra en una especie de reunión de superhéroes. O sea: los reunidos tienen todos una vida que, a ojos de los austriacos, podría parecer (y de hecho lo es) normalísima. Salvo uno de los congregados, que es un mando medio de una empresa, los demás desempeñan trabajos administrativos tirando hacia el color marengo.

Sin embargo, fuera de sus trabajos, los cuatro llevan una doble vida ¿Quién diría que ese hombre que, en horas de oficina, lidia con mastuerzos desagradables y a veces cerriles, escribe artículos en inglés en prestigiosas publicaciones científicas? ¿Quién podría afirmar, viendole en la oficina, que este otro es una autoridad en la Historia de Viena y que sabe más de lo que ya quisieran todos los austriacos? ¿Quién, viendo al otro, podría pensar que se mueve en los niveles más altos impulsando proyectos transnacionales?

Supergirls

Cae en la cuenta el bloguero de que los amigos que se sientan a la misma mesa que él no son una excepción y que, como si los límites al desarrollo profesional que, casi forzosamente, impone la emigración, sirvieran de estímulo irrefrenable, no son pocos los españoles que, cuando se quitan el uniforme de la vida austriaca que les da de comer, desempeñan por gusto, por el mero placer de hacer cosas con su vida, otras labores que, si bien no les hacen ricos, sí que les hacen sentirse mejor de cara a sí mismos. Cargos en asociaciones, actores de teatro, políticos activos y, por qué no, blogueros que miran y escriben, que cuentan con una parroquia nutridísima –gracias a Dios- de seguidores, etcétera etcétera.

El bloguero, mientras posa los ojos distraidamente en los cuerpos jóvenes y hambrientos de verano que se ven pasar, se acuerda del Supermán de su infancia, de aquel Christopher Reeve que, cuando Lois Lane estaba en peligro, dejaba todo lo que estuviera haciendo, se metía en una cabina de teléfonos y ¡Pimba! Salía hecho un figurín con su esquijama.

Y sonríe con los ojillos entrecerrados.


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Comentarios

Una respuesta a «El español como supermán»

  1. […] una vida austriaca y, al márgen una vida „española“ mucho más interesante (!Ah, el viejo tema del inmigrante como Supermán!). Y de ahí he pasado a pensar que, como Supermán, los inmigrantes tenemos unos superpoderes […]

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