El español De la Parte gana la vuelta ciclista a Austria

ciclistaLos españoles que vivimos aquí desempeñamos todos los oficios imaginables, incluso el de deportista profesional.

12 de Julio.- Los españoles que trabajamos en Austria lo hacemos desempeñando todas las profesiones posibles. La de deportista profesional no debe de ser de las que cuenten con más efectivos patrios porque el deporte profesional austriaco, como es normal debido a la población del país, es un sector más bien pequeño y cuyas glorias están restringidas, mayoritariamente, al esquí (antaño los austriacos tuvieron notables nadadores también y luego, claro, está el tonto´la cápsula, pero ese no cuenta como deportista). En fin: que hoy, un paisano le ha dado una alegría a sus jefes austriacos, los dueños del equipo ciclista Team Vorarlberg, al ganar la vuelta ciclista a Austria.

Me confieso notablemente pez en estas lides, por eso este artículo, aparte de ser una celebración de Victor de la Parte (Vitoria, 29 años recién cumplidos) va a ser sobre todo una suma de mis perplejidades de neófito.

La primera y principal es que la victoria de Victor de la Parte se ha decidido por muy poquito (o eso me ha parecido). Nuestro paisano ha llegado a la última meta, después de 1740 kilómetros de darle al pedal, solamente minuto y medio antes que los segundos clasificados, el belga Ben Hermans y el checo Jan Hirt.

Al leer ese dato, me he sumido no solo en la perplejidad, sino en una reflexión sobre lo relativo que es el tiempo. Minuto y medio son, por ejemplo, muchos segundos puestos en fila si uno lo está pasando mal (supongamos que le están pisando a uno un pie mientras intenta no escoñarse en las curvas en un vagón de metro atestado de gente) o si uno tiene un orgasmo (¡Un orgasmo de minuto y medio, noventa segundos en la cumbre del Monte del Gozo!) pero claro, si uno piensa en nueve dias que si meta volante por aquí, que si maillot…(¿De qué color será el maillot de la Vuelta ciclista a Austria?) pues minuto y medio es muy poquito tiempo.

Pero el caso es que nuestro hombre lo ha logrado y es presumible que haya subido al podio agotado pero feliz. También lo estaba su entrenador el cual, preguntado por los medios presentes por lo que le parecía que su pupilo hubiera ganado la vuelta a Austria, ha manifestado que, a pesar de haber experimentado algún que otro temorcillo, debido, principalmente, a que tras nueve días y con el calor, su equipo estaba muy cansado siempre le ha parecido que Víctor de la Parte era un ganador nato y nunca había tenido dudas de que el resultado, tratándose de un corredor con ese esprín y esa capacidad de aguante y esa garra y ese dominio de la montaña (y vive Dios que en Austria hay montañas para agotar a cualquiera) sería el mejor de los posibles, como de hecho ha sido.

Nuestro hidalgo de las dos ruedas se ha manifestado también felicísimo de haber ganado en la patria del equipo que le paga las nóminas y ha sonreido radiante a los fotógrafos, flanqueado por los consabidos floreros con forma de muchacha en edad de merecer.

El mejor austriaco ha sido un corredor llamado Stefan Denifl, que ha quedado décimo. Como en el caso de la relatividad del minuto y medio, lo que podría parecer un resultado discreto no lo ha sido para Denifl, que ha demostrado ser un hombre de muy buen conformar. Escuchémosle:

Mi objetivo era estar en el pódium –o sea ser de los tres primeros- pero haberse llevado el maillot de mejor austriaco también está fenomenal.

(El ciclismo, señora, fomenta la concordia y las victorias en la Vuelta austriaca han estado tan repartidas como la pedrea del gordo de navidad).


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