Corre a verlo antes de que lo cierren

Wien XIX!Mecachis!!Otro sitio concurrido de Viena cierra por restauración! Aún no es inminente, pero yo me iría buscando un ratito para visitarlo.

20 de Noviembre.- La primera pista de lo que se albergaba en su interior me la dio mi amigo Javi (los lectores de Viena Directo le conocen, aunque no lo sepan, porque él era la voz profunda que les avisaba cada sábado de que empezaba Zona de Descarga). Me avisó Javi de que, quizá sin ser uno de los museos más espectaculares de Viena sí que era de los más amenos.

Le doy toda la razón: el museo de la ciudad de Viena (Wien Museum) está situado en Karlsplatz y el actual edificio que alberga la colección, sobrio y bastante gris, fue erigido en 1959, siguiendo la línea racionalista que imperaba entonces.

Lo diseñó un arquitecto llamado Haerdtl, autor también, por ejemplo, del aspecto que el café Prückl luce en la actualidad, el cual (el arquitecto, no el café Prückl, claro), después de quedar cuarto en el concurso público celebrado al efecto, fue elegido „dedocráticamente“ para que levantase el edificio. Y lo levantó tan a conciencia que incluso diseñó la decoración interior y los muebles del despacho del director. Era el primer museo (y por muchos años fue el único) que se construía de nueva planta en Viena durante la segunda república. Se inauguró en abril de 1959 y en Agosto, no semos „náiden“, el pobre Haerdtl murió de repente en Viena.

En fin.

Yo he dicho siempre que Karlsplatz es un espacio ciudadano bastante raro que, si bien se mira, es una colección de objetos arquitectónicos inconexos. Está la Iglesia de San Carlos Borromeo, ella a su vez una mezcla de estilos, está el estanque, está el parque y está, en una esquina, arrinconado, el museo. Karlsplatz es como una especie de cuarto trastero del urbanismo vienés y el Museo de la Ciudad también se ha ido contagiando, con los años, un poco de esta tendencia. El edificio original, que estaba pensado para ser un paralelepípedo exento, de líneas elegantes, fue conectado más tarde con un edificio colindante que aloja las oficinas del personal. Luego, se puso un jardincillo bastante pobre que se llenó de diversas esculturas modernas. Y así fue pasando el tiempo hasta que los responsables del municipio vienés se dieron cuenta de que había llegado la hora de ampliar ese museo que es un poco la memoria de todos los vieneses.

Se convocó un concurso al que se presentaron 274 proyectos de todo el mundo y hoy se ha conocido el ganador, que proviene de un estudio de arquitectura de Klagenfurt.

Las condiciones del proyecto eran que tenía que poner en valor el edificio que ya existía y que no se puede tocar porque está protegido y, al mismo tiempo, ampliar el espacio de exposición.

Los arquitectos ganadores propusieron levantar una altura más, en forma de un espacio de hormigón con paredes transparentes que parece estar flotando por encima del edificio original. Entre el edificio antiguo y la nueva parte una terraza que se ilumina de noche y que se convertirá en espacio multiusos (siempre que el tiempo lo permita, se supone). Lo chulo es que esta terraza será un mirador gratuito al que se podrá llegar por un ascensor independiente sin tener que pasar por la taquilla del museo. En el edificio existente actualmente se expondrá la (interesantísima) colección permanente y en la parte nueva se harán las exposiciones temporales.

Para poner en valor el edificio, se ha optado por demoler el pasadizo que lo conecta con las oficinas y por eliminar el jardincillo. Se construirá también una entrada acristalada para que el museo tenga un acceso más amigable que el de hoy.

Las obras (que tienen un coste previsto de 70 millones de laureles que no se sabe de dónde van a salir todavía) empezarán en 2017 y durarán, si todo sale bien, hasta el año 2020, momento en el que la sede de Karlsplatz será reinaugurada con renovado esplendor (digo la sede de Karlsplatz porque del museo de la ciudad cuelgan una serie de dependencias repartidas por todo el casco urbano, como las excavaciones arqueológicas del Höhe Markt o el museo del Prater.

Mientras las obras duran, estará el museo cerrado (para fastidio de los que tan buenos ratos pasamos en él) así que, aunque sin estrés, id a verlo antes de que cierre. No os arrepentiréis.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.