Acción y reacción en Viena: demostración práctica

Los supermercados Spar se han visto obligados a retirar un determinado artículo de su surtido. Para explicar el por qué, lo están pasando regular.

3 de Diciembre.- Todos los días hojeo el Österreich, que es uno de los dos periódicos gratuitos que se reparten en el metro de Viena.

Algunas personas, sin duda con más cultura y mejor gusto que yo, podrían pensar que el Österreich es el tipo de papel infecto del que hay que mantenerse alejado por lo menos dos kilómetros. O, siendo un poquito más celíaco (de Camilo José Cela, nada que ver con el gluten) se podría decir de este papel que no hace falta limpiarse con él el trastévere para que huela a mierda (con perdón).

A pesar de todo lo cual, es indudable que el Österreich enseña mucho al curioso de lo que está en el inconsciente colectivo de una parte de las masas de Esta Pequeña (pero salada) República y, gracias a la lectura atenta, a lo que podríamos llamar „comentario de texto“ de este periódico, uno puede aprender mucho de esas zonas erróneas del carácter de algunos austriacos que, decíamos ayer, no hay que perder de vista, pero ante las que hay que actuar como si no existieran.

Por ejemplo: hoy informa la otra prensa local (la que es un poco menos seria) de que el Österreich ha sido condenado en primera instancia (cabe recurso) a publicar una rectificación a toda página y a pagar una indemnización al periódico Kurier, por haber publicado una entrevista con el padre de un presunto Jihadista musulmán. Dicha entrevista no tuvo lugar en ningún momento (la indemnización al periódico Kurier la tienen que pagar porque los del Kurier SÍ que publicaron una entrevista, de la cual el Österreich dijo -mintió- que estaba pagada cosa que, como hubiera dicho Belén Esteban, se ha demostrado „totalmente incierta“).

La cosa fue like this: el periodista del Österreich(le llamo periodista por llamarle de alguna manera) llamó a la casa de la familia del tipo en cuestión el cuál, además, como si quisiera hacer honor a todos los tópicos, se llama encima Mohamed. Expresó su deseo el plumillas de entrevistar al padre del hombre este y dicho padre declinó la invitación por persona interpuesta: un hermano de Mohamed le dijo al reportero del Kurier que su padre no tenía el chichi para muchos ruidos en aquellos momentos.

El periodista „guanabí“ que decía aquel, no aceptó un no por respuesta y, con las mismas, se remangó, se escupió las manoplas y raca raca, escribió una entrevista de cabo a rabo totalmente inventada. Después buscó un título suficientemente racista y que promoviera el miedo y hale, otro artículo del Österreich.

(El Österreich, por cierto, tiene una emisora de radio la cual yo, sin duda en castigo por mis numerosos pecados, tenía yo hoy encendida mientras hacía mis abluciones matinales. En esto que, entre „rísmo de astualidá“ y „rismo de astualidad“ el locutor de la emisora ha dado la noticia del desgraciadísimo tiroteo que se ha producido en los Estados Unidos en un centro para discapacitados y no se le ha ocurrido otra manera de decir que no se creía que hubiera conexiones con el terrorismo diciendo que los asesinos eran unos „americanos normales o sea, cristianos“ (sic). Yo casi me corto la yugular mientras me afeitaba)

Naturalmente, esta manera de hablar de las personas de fe musulmana o de identificar la religión musulmana con determinadas personas (olvidándose deliberadamente de que, en el mundo, hay muchísimos millones de musulmanes que trabajan como usted y como yo cada día y no llevan metralleta ni cinturones de explosivos), va creando un poso en el inconsciente colectivo (sobre todo si, como sucede con los simpatizantes de determinadas opciones políticas que ya se imagina el lector, se tienen tres neuronas y dos te funcionan medianamente regular).

Por ejemplo: la cadena de supermercados Spar tenía entre su oferta carne de reses muertas de acuerdo con los ritos musulmanes (se llama „Halal“) pues bien: debido a los constantes insultos que recibían los vendedores (!!!) y a una campaña de acoso en internet, proveniente no solo de los de las tres neuronas sino también de, según Spar, eso que ahora se llama „animalistas“, la cadena de supermercados ha tenido que dejar de vender esta carne (que, por otra parte, se comen muchos de los mastuerzos que han propiciado la campaña cuando, por ejemplo, se comen un kebap). En Spar están pasando el mal trago de que los acusen de haber cedido al chantaje como van pudiendo, diciendo, por ejemplo, que la carne Halal no da dinero. No parecen demasiado convencidos, pero bueno.

No me cansaré nunca de decir que todos los que escribimos para el público tenemos una responsabilidad ineludible y es la de no perder nunca de vista las consecuencias que tienen las palabras y el daño que podemos hacer con ellas. Es así y todo y, muchas veces, no puede uno evitar molestar conque si se es como el Österreich…No te digo nada.


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