Austria donde menos se la espera

Film CasinoEn donde el curioso lector podrá aprender toda una serie de pequeños frikismos que enlazan Austria con España de manera insospechada.

29 de Diciembre.- El post de hoy tiene una historia algo tortuosa.

Verán mis lectores: hoy, mientras estaba limpiando mi casa, me he puesto el podcast de mi programa favorito de radio: se trata, como ya todo el mundo sabe, de Documentos Radio Nacional, espacio que ilustra y entretiene de manera muy agradable. He estado escuchando el programa que los chicos de DRNE le dedicaron a la gran cantante española Concha Piquer, con motivo del vigésimo quinto aniversario de su muerte. O sea, este

Concha Piquer, la plenitud de la copla

Como la conexión de internet en mi casa es un poco desastre, la cosa tardaba en cargar, así que me he puesto Youtube, que siempre funciona bien y, mientras limpiaba el baño y fregaba los cacharros, he pinchado canciones de Doña Concha hasta que, ya que estaba, musicalmente hablando, en la posguerra española, me he acordado de una canción muy hermosa pero desgraciadamente algo olvidada. Se trata de „Yo te diré“ de la película „Los últimos de Filipinas“.

Como aficionado a la música que soy, me gusta saber quién compuso las canciones que me gustan. No solo por curiosidad, sino porque, a veces, también se entera uno de historias curiosas (por ejemplo, el otro día, me enteré de que la letra de Merci, Cherie, el jitazo de Udo Jürgens con el cual le arrebató el premio de Eurovisión a nuestro Raphael fue compuesta por Tommy Hörbiger, hijo de Attila Hörbiger; Tommy Hörbiger fue uno de los actores más malos de la historia de la cinematografía mundial pero, una vez dejó las tablas, fue un fecundo compositor de éxitos del pop).

Volviendo a „Yo te diré“, resulta que me he metido en Google y he buscado quién la compuso.

La letra fue del no menos prolífico Enrique Llovet y la música de „Yo te diré“ fue de un tal Jorge Halpern.

Al leer el apellido Halpern he pensado „este tío no era de Torrelodones“ y me he apresurado a comprobarlo tirando del siempre socorrido Gúguel.

Como sabemos todos los que nos interesamos por estas cosas, el operador de cámara de „Los últimos de Filipinas“ era un austriaco: Heinrich Gärtner (ya le dediqué un post) el cual españolizó su nombre para convertirlo en „Enrique Guerner“ ¿Podría ser -me he dicho- que Halpern fuera también austriaco?

Dicho y hecho, Google me ha dado la respuesta: efectivamente, Jorge Halpern no nació así, sino que se llamaba en realidad Georg Halpern y era paisano del operador de cámara de la película. Poco más ha llegado hasta nosotros, salvo que, aparte de „Yo te diré“ y de la música filipina que se puede escuchar en „Los últimos de Filipinas“ compuso muchas canciones ligeras de la época. No se sabe cuándo murió tampoco, pero en 1984, a cuenta del programa „La noche del cine español“, su hija Beatriz escribió al periódico El País para reivindicar la memoria de su padre, así que es probable que, para esa fecha, ya hubiera fallecido. También tuvo, por lo que parece, un hijo, Federico.

En los Ecos de Sociedad del ABC -!Qué fantásticas las hemerotecas digitales!- dedicados a la boda de esta señora, que fue en 1972, se da como nombre del padrino el de su hermano Federico y, como testigos, un montón de personas con apellidos húngaros residentes en el Madrid franquista -cosa nada difícil, por otra parte, porque la colonia de austriacos rebotados de centroeuropa a la España de la dictadura fue mucho mayor de lo que hubiera podido parecer, entre ellos el padre del periodista español Hermann Tersch-.

Por el camino, me he enterado de que Halpern es un apellido relativamente corriente y que muchos Halpern fueron víctimas de la barbarie nazi en Austria en general y en Viena en particular.

Por ejemplo, una ilustre musicóloga, Ida Halpern, viva hasta el último tercio del siglo pasado, figura en el libro de la Universidad de Viena dedicado a conmemorar a las víctimas del nacionalsocialismo. Tuvo que exiliarse y desarrolló una brillante carrera en Canadá.

También un niño, llamado Georg Halpern como nuestro compositor fue, primero deportado a Francia y, después, llevado a Auschwitz, en donde fue asesinado. Sus padres. Julius y Serafine, vivieron hasta 1989 y nunca abandonaron la búsqueda de los restos de ese hijo que les robaron los nacionalsocialistas. Hasta el final, conservaron la última carta que les escribió el niño, escrita el 28 de Febrero de 1944.

El niño vivió solamente hasta abril de ese año y su destino, laboriosamente, fue reconstruido por Serge y Beate Klarsfeld, a base de bucear, apasionadamente, como yo, en los archivos.


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Comentarios

2 respuestas a «Austria donde menos se la espera»

  1. Avatar de Javier
    Javier

    “Periodista” Hermann Tertsch. Porque vaya personaje.

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