Desde niños

Hoy se ha publicado un estudio preliminar sobre un tema muy conflictivo y muy delicado que afecta a la ciudad de Viena.

26 de Febrero.- Hace años, charlaba yo con mi amigo T., sagaz escritor, y recuerdo que me contó una explicación de por qué, tras un meteórico comienzo, la franquicia española Pans&Company había estancado su crecimiento. Escuchémosle:

-Claro, Paco, las hamburgueserías se aseguran de que se puedan celebrar los cumpleaños de los niños en ellas; cuando esos niños llegan a adultos, no les cuesta nada seguir con la costumbre.

Todas las instituciones, para mantenerse, saben que aquello que se aprende de niño queda en nosotros como una base a la que volver, porque se aprende desde la irracionalidad y se convierte en una especie de instinto. Por eso, por ejemplo, lo primero de lo que se aseguró la Iglesia Católica cuando empezó a verle las orejas al lobo de la Ilustración fue de agarrarse con uñas y dientes a la educación y, si era posible, tener colegios para que los hijos de las élites se educaran en ellos y asegurarse de que no cuestionaran el statu quo.

Naturalmente, en este mundo en donde la religión está viviendo (desgraciadamente, para muchas cosas) un revival, la católica no es la única que trata de utilizar la falta de visión crítica de los niños para mantenerse en un lugar destacado de una vida pública cada vez más laica.

Hoy, se ha publicado un informe, elaborado por encargo de la ciudad de Viena por un pedagogo musulmán, sobre las guarderías islámicas que hay en Viena (aquellos de mis lectores que quieran echarle un vistazo, pueden hacerlo si pinchan en este link). No sobre todas, porque este es un proyecto piloto.

El estudio ha sido financiado desde la secretaría de Estado para la integración, negociado que, como todos sabemos, dirige el Ministro de Exteriores austriaco -y secretario de Integración al mismo tiempo- Sebastian Kurz. Y las conclusiones son que muchos, de los Kindergarten estudiados están dirigidos por salafistas y políticos islamistas (politische islamisten) y que, naturalmente, estas de personas de convicciones tan arraigadas no se puede esperar que las dejen aparte en su trabajo con los infantes.

El informe llamado Informe Aslan, por el pedagogo que lo firma, dice que los salafistas utilizan métodos pedagógicos anticuados para „intimidar“ (erschuchten) a los niños, que se les bombardea con una enseñanza religiosa constante y que incluso se llama a los padres de los chiquillos si los pedagogos estiman que su evolución en el conocimiento religioso no es satisfactoria, al tiempo que se trata de aislar a los niños de la influencia de la moral mayoritaria imperante en la sociedad adoctrinándoles por ejemplo sobre el papel de las mujeres o la licitud de la poligamia.

En su informe también dice Aslan que en las guarderías islámicas se impide a los niños musulmanes tomar parte en las fiestas cristianas, con lo cual se les coarta y se les impide ejercer su derecho (natural) a tener curiosidad por „lo otro“; en tanto que no se pone ningún impedimiento a que los niños cristianos participen en las fiestas musulmanas si quieren, y que todo ello, como en el caso de las hamburgueserías que mencionaba al principio, se utiliza con un espíritu misionero indisimulado.

Merece la pena echarle un vistazo al resumen general que Aslan hace de la educación en las guarderías islámicas. Resumen que, aceptémoslo, podría también ajustarse a la realidad de algunas insituciones educativas religiosas. Veámoslo:

„Los impulsos hacia la pluralidad son a menudo demasiado cortos. La educación religiosa está marcada por imágenes tradicionales. Se trabaja, por ejemplo, con imágenes de un Dios castigador y recompensador. De esta manera los niños son intimidados por una noción anticuada de pecado y la religión propia -se refiere a la islámica- descrita como la religión superior sobre todas las demás y la visión del mundo vista como la visión del mundo superior a todas las demás“.

El Informe Aslan se trata de un estudio previo y en 2017 está previsto que se publique un estudio sobre todas las guarderías islámicas existentes en Viena. Se estudiará no solo los valores que se difunden, o el modo en el que se da la educación religiosa, sino también el idioma que se utiliza -en este estudio, Aslan dice que en muchas guarderías apenas se habla el alemán-. La ciudad de Viena, a través de su Gobierno, ha expresado su voluntad de remediar todas las deficiencias que se encuentren. Amén, que dijo el otro.