Lo que no han conseguido las crisis monetarias, lo que no ha conseguido el putín de Putin, está a punto de conseguirlo Austria casi solita. Mira tú por where.
7 de Marzo.- Yo soy como el personaje que hacía Chus Lampreave en „Mujeres al borde de un ataque de nervios“. O sea, que a mí mi religión me impide mentir. Ya quisiera yo poder mentir, pero oiga, no ser testiga, que decía ella.
Yo siento por Austria un amor que quiere ser maduro y adulto (y desearía que todos los que vienen a vivir aquí tuvieran por este país que me acoge un cariño tan entrañable como el que yo siento) pero una parte fundamental de los cariños adultos es la de reconocer también las „zonas erróneas“ del objeto del amor de uno.
En estos días pasados, Austria está enseñándole al mundo algunas de sus zonas más impresentables y claro, igual que cuento cada día qué bonito es todo (cuando es bonito) cuando la cosa se pone chunga, pues toca ponerse serios.
Como te digo una có, te digo la ó.
Una de las partes de carácter de Austria, como país, que a mí menos me gustan, es ese orgullito, que nos viene de los tiempos de Sisí y su marido Sosó (el emperador Paco Pepe, gracias Marta y Andreu, genial invención) orguillo que se sustancia en eso de contar algo en el mundo y, sobre todo, de contar algo en el mundo si ese contar algo significa pasar por encima de los vecinos de arriba, los alemanes de Teutonia.
Con tal de quedar por encima de Alemania, estos compatriotas míos (que lo son, aunque sea porque yo elegí, por el amor que le tengo, quedarme a vivir en este país) venden a su abuela y matan a su madre.
De esta, entre otras muchas maneras, puede interpretarse la insistencia austriaca en el cierre de la ruta de los Balcanes y maricón el último (Grecia, en este caso) que será quien tenga que apagar la luz.
Hoy, los medios austriacos no cesan de repetir que, en la cumbre en la que Turquía está poniendo ya el cazo para hacerle a esta Unión el trabajo sucio, los 25 países que la forman están „alineándose con la postura austriaca“, siendo dicha postura austriaca (también muy postura muy típica de los austriacos ante los problemas) el hacerle el „habla chucho que no te escucho“ al hecho incontestable de que, en Grecia, arrumbados, abandonados, muriéndose de hambre y de necesidad (aún no literalmente, pero todo llegará) hay varios cientos de miles de personas, que están hechas de la misma pasta que nosotros, cuyo único delito es ser básicamente pobres (dirán algunos, „es que no todos vienen de una guerra“, pero entre la guerra y el que tus hijos te pidan pan y no poder dárselo, hay poca diferencia, en opinión del que escribe esto, hay guerras sin balas también).
Como digo, es muy puñetero este orgullito austriaco del „por fin contamos algo en el mundo“ y es muy puñetera también esa manera austriaca de reaccionar ante los problemas negando tozudamente la existencia del elefante que tenemos encerrado en la habitación; y es muy puñetero también ese hacer la guerra por la cuenta de cada uno y convocar -lo contábamos el otro día- a unos países que ya venían preparados a una cumbre regional a espaldas de la Unión, condenando a los acuerdos tomados en Bruselas a convertirse en papel mojado antes de haberse firmado siquiera (por cierto que también esta crisis es la manifestación de algo de los austriacos que no me gusta un pelo y que es una desconfianza campesina y paleta hacia todo lo que huela a la Unión Europea).
La Unión Europea, lo tengo escrito muchas veces, es como cuando uno aprende a montar en bicicleta (y lo digo con conocimiento de causa, porque de niño fui un ciclista primerizo bastante torpe). Si uno está mirando constantemente a la rueda, y va con miedo de caerse, al final se hostia. Del mismo modo, si los países europeos, en vez de reaccionar a una, en vez de recuperar lo que son (lo que somos en el mundo) que es la avanzadilla de la solidaridad, de otra manera de hacer las cosas -lo llevamos demostrando los ochenta años que hace que no nos matamos los unos a los otros- pronto todo esto se irá a la porra o se convertirá, en el mejor de los casos, en una burocracia muerta.
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