Distensión, alivio, risas, chascarrillos…El optimismo se ha adueñado de las más altas magistraturas de Esta Pequeña República.
25 de Mayo.- Al mal tiempo buena cara. Ese es el mensaje y a ello se están poniendo los más altos funcionarios de este país.
Empezamos por el presidente electo.
Los medios extranjeros están interesadísimos por lo que VdB pueda decirles y claro, le entrevistan y le hacen preguntas para sacarle un total que llevarse a los titulares y VdB , que lo sabe, se los da.
De modo que, ayer, la tele alemana le preguntó a nuestro buen amigo VdB si, en el caso de que la ultraderecha resultase la fuerza más votada en las próximas elecciones él, haciendo uso de las facultades que le concede la constitución austriaca en tanto que Jefe del Estado, le encargaría a Strache que formase un Gobierno.
VdB, naturalmente, dijo que llegado ese caso no lo haría por una cuestión de principios, y esa cuestión de principios es que él piensa que no sería lo mejor para el país. Austria -dijo- es un país pequeño que vive, sobre todo, de las exportaciones (tiene, el futuro Bundespresi, más razón que un heiliger en este punto) y, por lo tanto, no le convendría nada desincardinarse de la Unión Europea.
De cualquier manera (no se sabe si en un ejercicio de optimismo, de ingenuidad o de „wishful drinking“) dijo VdB que él no creía que se fuera a dar el caso, porque esto del auge de la ultraderecha y la „renacionalistización“ de Europa no era más que una moda y que, como el largo de las faldas en la femenina, con esto del ultranacionalismo y la xenofobia, pues una temporada se lleva y, a la siguiente, se deja de llevar. Y que él pensaba que el asunto este, como si fuera una epidemia de gripe, ya había alcanzado su techo y que tatatá, que en un par de meses, con lo que se había tranquilizado la cosa en los últimos tiempos, volvería la cosa a la normalidad y Strache a ladrar con ladrido de perro desdentado.
Hombre, estamos de acuerdo en que el lenguaje es una potencia creadora de realidad de primer orden y uno, en cierta forma, está de acuerdo en que, cada vez que se da como segura la victoria de la ultraderecha en las próximas elecciones, se avanza un poquitín más en que esa victoria se haga realidad pero de ahí a pensar que esto es como una gripe, que el país entero se toma un Calmanticoll (Tip también lo tomaba) y campana y se acabó, creo que va un abismo.
Por cierto, Strache, en el Zeit im Bild, puso al nuevo Bundespresi del color que tienen las hojas del perejil, acusándole de no ir a respetar la voluntad de la nación expresada democráticamente en las urnas, etcétera, etcétera.
Pero bueno, el Bundespresi electo no ha sido el único que se ha mostrado hoy distendido ante las cámaras.
El nuevo canciller (al que teníamos muy abandonado con el ajetreo electoral) el Sr. Kern, ha querido hoy escenificar que EPR ha entrado en un tiempo nuevo concediendo una entrevista (con público) al alimón con el vicecanciller, Sr. Mitxelena, en la Casa de la Radio austriaca (uno de los pocos edificios de mérito, por cierto, que dejó el nazismo en esta capital).
Mitxelena y Kern se han mostrado sorprendentemente de acuerdo en multitud de temas (vamos, como de la noche al día en comparación con la tensión que reinaba entre Mitxelena y Faymann, digna de la que sentía Marco el día de la madre) e incluso se han echado unas risas a cuenta de esas escaramucillas que se tienen cuando se trabaja juntos (gajes del oficio, escenas de matrimonio, ya se sabe).
La sintonía que reina entre estos dos hombres se ha manifestado incluso en los estilismos. Mitxelena llevaba una corbata roja y Kern una corbata negra (colores, por si alguien no se ha percatado, del partido del contrario).
Uno se los imagina, hablando de despacho a despacho, las respectivas secretarias de por medio:
-Christian, tío ¿Hacemos la de las corbatas?
-Venga, va. Yo te presto la mía y tú me prestas la tuya.
-Pero la mía no te va a servir.
-¿Y eso?
-!Porque yo la tengo más larga que tú! -risotada de Mitxelena.
En fin: esas bromillas típicamente masculinas que se dan lo mismo en todos los vestuarios de equipos de fúrgol de segunda que en las más altas instancias de las Repúblicas (!Ay, lo que una amiga mía llamaba „la solidaridad de la gallina joven“ qué sentimiento más poco estudiado por los científicos del mundo!).
El tercero que ha dado una lección de que pelillos a la mar y tal y cual ha sido el Budespresi saliente, señor Fischer (al que todo indica que echaremos de menos, porque mira que nos ha salido bueno, casi tan bueno, en Bundespresi, como el papa Paquirri es en papa).
Pues Fischer ha recibido hoy en el Hofburg a Hofer, al otro, al otro, que a nada tiene derecho porque no tiene un anillo con una fecha por dentro. Ha sido un poco como cuando yo era pequeño y Torrebruno se acercaba al jefe del equipo de los tigres o de los leones (según el que hubiera perdido ese sábado) y le decía que lo importante no era ganar, que era participar, y tú, niño, pensabas (ya, que te has creido tú eso: lo que mola es ganar, pero nadie decía nada y todo el mundo ponía cara de venga, va, Torrebruno, tú dí lo que quieras que yo ya haré lo que a mí me salga de las plastidecor). Pues una cosa así.
Fischer le ha dicho a Hofer que „cuando se acaban las elecciones hay que intentar volver a la normalidad democrática“ y Hofer…Pues eso, Hofer a puesto cara como de que sí. Como cuando Torrebruno.
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