Surfing Österreich

Desde antes de ayer se puede practicar, en el mismo centro de Viena, un deporte reservado para la playa. Chulo de verdad.

11 de Junio.- La vida del fotógrafo es chula porque está llena de contrastes. Ayer, como ya pudieron leer aquellos de mis lectores que gustan de estar más informados que nadie, estuve haciendo fotos para la Sociedad Austro-Española, durante una charla muy morigerada a la que asistió incluso el embajador del Reino de España en Austria, Sr. Carnero.

Hacía en Viena ayer uno de esos días en que el verano empieza a llamar a la puerta y, la verdad, con americana, hacía calor.

Cuando terminé el encargo en la escuela diplomática, como tenía que marcharme fuera de Viena, decidí pasarme por casa para ponerme un poco más cómodo (más que nada, para dejar la chaqueta y coger el ordenador que estoy utilizando en este momento) pero antes, ya que llevaba las cámaras y las lentes conmigo, decidí pasar a curiosear la que yo creo que va a ser la atracción de este verano en Viena y es que, desde antes de ayer, se puede hacer surf en medio de la ciudad.

En la Schwarzembergplatz (la misma que se llamó, durante los diez años de la ocupación, Stalinpltatz, la misma en la que acaba el acueducto que trae el agua clara a Viena desde los Alpes y la misma que está rematada por un monumento al soldado soviético que solo sigue ahí porque la constitución austriaca prohibe derribarlo) en la Schwarzembergplatz, digo, se ha instalado una piscina en la que, aquellos que lo deseen pueden coger la tabla y, a cambio de la correspondiente tarifa, pueden cabalgar sobre una ola que, de media, tiene 1,4 metros.

Alrededor de la piscina, no muy grande, pero suficiente, hay unos cuantos chiringuitos y un graderío en donde moelnos y moelnas (véanse las imágenes) pueden disfrutar de la visión de los surfistas y, por qué no, del frescor del agua corriente, que ayer se agradecía mucho.

Nada menos que un millón de litros de agua son bombeados de la piscina que ocupa la planta de abajo del asunto hasta la piscina en donde los esforzados de las tablas luchan por mantener el equilibrio enfundados en sus trajes de neopreno.

La cosa no se ha inventado en Viena, por cierto, sino que ya desde hace algunos años funciona en Munich con gran éxito.

Claro, como cantaban The Refrescos, aquí, en Centroeuropa, no hay playa, así que en algo habrá que entretenerse.

Hice algunas fotos para captar el ambiente y, corriendo corriendo, me fui a casa, me cambié, me refresqué un poco y me fui camino de la Estación Central a coger mi tren.

Como a mí el fútbol más bien ni fú ni fá, la verdad es que se me había olvidado completamente que ayer se inauguraba el campeonato europeo. Supongo que, para Viena Directo (y para los austriacos en general) el campeonato de Europa empezará a cobrar más interés (o sea, un interés más masivo) si se dan dos supuestos. Empezando por el más improbable:

–Que la selección nacional austriaca „haga algo“. Porque es que, hay que ver, con lo malillos que son mis paisanos de adopción, lo en serio que se toman esto del fúrgol (claro, que cuando los españoles tampoco nos comíamos un colín, también nos tomábamos las cosas estas muy a pecho, pero bueno).

-Que la selección española, que aquí tiene mucho predicamento gracias al Madrid (aquí llamado „Real“) y al Barcelona, también se luzca, con lo cual de pronto empezarán a surgir „españolistas“ de toda la vida y, como decía un chiste que corre por la red, ocho millones de expertos en políticas de asilo se transformen en ocho millones de seleccionadores nacionales de fútbol.

Esto siempre me hace recordar que, cuando yo trabajaba en la tele, había un señor muy sabio que decía siempre que hay tres trabajos que cualquier español puede hacer perfectamente:

-Presidente del Gobierno

-Director general de Televisión Española (de cualquier televisión en general)

y

-Seleccionador nacional de fúrgol.

En fin: yo creo que se podría aplicar a cualquier austriaco poniendo canciller, ORF y…Eso.

Por cierto, habrán notado mis lectores más avispados que la cabecera de Viena Directo, como los tranvías de Viena ostenta ya desde hoy y hasta el próximo sábado, la bandera orgullosa y es que hoy han empezado en Viena las fiestas del pueblo elegido. Son fiestas, pero son jornadas de reivindicación: en contra de la discriminación, por que todos los modelos de familia sean reconocidos en la legislación en igualdad de condiciones y por que los prejuicios no interfieran en lo que es de justicia y a favor de la tolerancia !Feliz orgullo!