Como todos los años, los vieneses (algunos) han enseñado cacha por una buena causa. Viena Directo, también como todos los años, se hace eco.
17 de Junio.- Hoy, ha empezado para mí un maratón fotográfico que durará hasta el próximo domingo. Me pasaré, Dios y Nikon mediante, los días con la cámara en la mano. Disfrutando, o sea. Porque yo podría pasarme los días, las semanas, los meses, haciendo fotos. Que no solo es mi pasión sino que, además, empieza a ser también mi profesión.
Hoy, ya digo, la primera parada. Como todos los años, la organización Critical Mass, que propugna el uso de la bicicleta en Viena, se ha sumado a la iniciativa World Naked Bike Ride, por la cual los ciclistas, a nivel mundial (suponemos que mayormente en el hemisferio norte, que es donde hace una temperatura como para ir con las bolas „al vent“ sin que nada se te encoja) los ciclistas, decía, reivindican el uso de las bicis en las ciudades.
¿Por qué el desnudo? Pues aparte de para que vean los cristianos que el asunto del pedaleo es bueno para mantener las carnes firmes, también para concienciar a tanto automovilista desaprensivo de que, cuando un ser humano va en su velocípedo, está mucho más desprotegido que cuando un ser humano va metido en esa carcasa que es la carrocería del automóvil.
De todas maneras el lema de la mani es „Bare till you dare“ (o sea, desnúdate todo lo que te atrevas) porque tampoco es cosa de que si al personal no le apetece enseñar cacha, obligarle a que la enseñe.
Hoy, andaba la tarde un poco desapacible -yo me barrunto que les ha debido de caer un buen chaparrón a los ciclistas, porque por mi barrio ha diluviado- así que no ha habido muchos valientes que hayan accedido a subirse al sillín a culo digooo a cuerpo gentil.
De todas maneras, me ha llamado la atención que había este año yo diría que más gente, lo cual siempre es bueno, porque la bici mola y, con ella, todo son ventajas. Había claro, la cuota normal de antiguos jipis y un señor que parecía que acababa de salir de la ducha, que llevaba puesta solamente una toalla alrededor de la cintura y unas chancletas. Ahora, eso sí, debía de tener como sesenta años y yo, firmaba para, a su edad, poder desnudarme con esa alegría y sin ningún motivo para que nadie diga !Ay, fulano, cómo pierdes como persona cuando vas en bolas! Milagros del yoga y de la dieta vegana.
Había también su cuota de moelnos y moelnas (y yo desde aquí lo digo !Señora, qué bueno ha estado siempre el rojerío!). Había veganos y veganas, había ciclistos y ciclistas, había amas de casa y señores que no tenían pinta de que el AMS les fuera a dar un puesto de ejecutivos en una multinacional. La gente en general tenía pinta de ser muy inteligente y, por supuesto, uno se apuesta algo a que pocos, por no decir ninguno, han votado „al otro“ en las últimas elecciones a presidente de EPR.
Reinaba, sobre todo, muy buen rollo, que siempre se agradece.
En fin: mañana, segunda parada del maratón fotográfico !No paramos!
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