Pero qué bonito y sabroso van a la urna las austriacas

mujerLas españolas pueden votar desde el 1 de Octubre de 1931 ¿Y las austriacas? En este artículo te encontrarás alguna que otra sorpresa.

2 de Octubre.- Ayer, primero de mes, se cumplieron 85 años de un hito muy importante en la Historia de España: el 1 de Octubre de 1931, el parlamento de la segunda República Española aprobó el derecho al voto de las mujeres. Fue un hito pero, a la postre, una decisión que tuvo un daño colateral: las mujeres españolas y la influencia ideológica que la Iglesia católica tenía sobre ellas, fue una de las causas del viraje a la derecha de la República y del principio del llamado „Bienio negro“.

Sin embargo, esto se sale un poquito del principal objetivo de este blog, que es el de rememorar los asuntos austriacos. Aprovechando que el Danubio pasa por Viena, me he hecho esta pregunta ¿Cuándo obtuvieron las mujeres austriacas el derecho al voto? Y eso es lo que me he encontrado.

En 1918, como todo el mundo sabe, terminó esa carnicería que llamamos primera guerra mundial. En Austria, fue un trauma gordísimo. Cayó una monarquía cuasi milenaria, la de los Habsburgo (esos seres prognáticos) y se estableció, no sin angustias, la frágil primera república austriaca y, con ella, se creó un Gobierno provisional que empezó a gestionar los asuntos del país.

La primera guerra mundial supuso el fin del mundo de la Belle Epoque y, con él, unos cambios sociales profundísimos.

En primer lugar, las mujeres empezaron a tener que trabajar. Durante la guerra, la Monarquía movilizó unos ocho millones de soldados. Eso significó, que la mayoría de los hombres en edad de trabajar fueron enviados al frente y, desgraciadamente, muchos o no volvieron o volvieron con graves desperfectos. Para mantener funcionando la máquina económica del Imperio las mujeres tuvieron que hacer lo que antes hacían los hombres. Desde trabajar en las fábricas de armamento hasta conducir tranvías.

Naturalmente, cuando terminó la contienda, el patriarcado pensaba que las mujeres volverían, obedientes, al redil decimonónico y que se conformarían con ser el ángel del hogar, la madre nutricia de la prole y que, por supuesto, volverían a sujetarse a la guardia, la tutela y las limitaciones a las que los hombres las habían sometido antes de la guerra.

Sin embargo, cuando tú le das a alguien libertad, es difícil quitársela y las mujeres, que habían dado el cayo como los tíos más bragados mientras estaban sonando los tiros, cuando terminaron las balas pidieron lo que era suyo. Ya no tenía sentido negarles la participación en los asuntos públicos y el sufragio activo y pasivo.

Las austriacas lo obtuvieron en Noviembre de 1918, concretamente el día 12 noviembre. El derecho a voto de las mujeres austriacas se coló en una ley general en la que el Gobierno provisional regulaba, entre otras cosas, el derecho de reunión y de manifestación (cosa importantísima en aquellos meses agitados). De esta manera las austriacas estuvieron entre las mujeres más avanzadas del planeta y fueron de las que primero obtuvieron el derecho al voto.

Se opusieron, aunque no pudieron, como siempre, parar el curso de la Historia, los partidos más conservadores: o sea, los nacionalistas alemanes, que propugnaban el pangermanismo y los social cristianos que hubieran querido que el derecho a voto de las mujeres estuviera unido al deber de votar. Tenían miedo de que las mujeres afines a la ideología cristiano-social se movilizaran menos para votarles que las mujeres afines al partido socialista, muchísimo más comprometidas y, por lo general, también menos influenciadas por la opinión de los varones.

Dos curiosidades a este respecto: durante la Primera República austriaca hombres y mujeres utilizaban para votar sobres de diferentes colores y, aunque todas las mujeres podían votar, estaban excluidas aquellas que ejercían la prostitución.

El diferente color de los sobres fue abolido después de la guerra mundial y las obreras del amor pudieron votar como todas las demás mujeres en edad de hacerlo.

Las austriacas se estrenaron en esto de las urnas en Febrero de 1919. Votó un porcentaje ligeramente inferior a los hombres (ellas, un 82%, ellos un 86) aún así, el paisaje político austriaco, como hoy, siguió siendo cosa de hombres. En aquellas primeras elecciones fueron elegidas 8 diputadas, de las cuales seis eran socialistas y las otras dos cristiano sociales. En total, un 5 por ciento de la cámara. Después de la guerra, las mujeres siguieron estando igual de infrarrepresentadas y la marca del 10% de diputadas no se logró hasta 1986. Actualmente, exactamente un tercio de los diputados austriacos son mujeres (un 33,33%, según la web del Parlamento de EPR).


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