Los seres extraños

pumaIntentar organizar la información a propósito de los refugiados de una manera coherente no resulta fácil, pero hoy vamos a empezar a intentarlo.

La primera parte de este artículo puede leerse aquí.

8 de Diciembre.- Quien haya vivido durante el último año y medio en Austria no ha tenido más remedio que escuchar o leer noticias sobre los desplazados que han llegado hasta aquí procedentes de Oriente medio.

En este contexto, habrá leido diferentes términos que, casi siempre, se utilizan indistintamente y de forma intercambiable y, por lo tanto, casi siempre se utilizan mal. „Flüchling“, „AsylbewerberIn“, „AsylantIn“, „MigrantIn“ (Desplazadx, solicitante de asilo, refugiadx, migrante…) son utilizados por los medios en la mayoría de los casos, de forma completamente indiscriminada.

A veces, por falta de tiempo o de espacio para entrar en unas explicaciones que, como pasa aquí y pasa en todas las demás partes del planeta, los periodistas piensan que la señora Gertrude de Sankt Pöllten no entendería; y a veces porque los profesionales de la información (y sus jefes, y las personas que pagan a sus jefes) son perfectamente conscientes de que, en determinados contextos, utilizar una palabra u otra no es asunto baladí y está claro por qué: la noticia de un suceso cualquiera protagonizado por un extranjero que se encuentre en Austria cobra más morbo e interés si en vez de decir que „un hombre ha salvado a una anciana de morir abrasada en un incendio“ se dice que „un refugiado ha salvado a una anciana de morir abrasada en un incendio“.

Se hubiera podido decir también que el principio de mi propia investigación ha estado también extrañamente marcada por las palabras.

La cosa empezó así: hace algo más de un mes, en el curso de una velada agradable en casa de un familiar, trabé conocimiento por casualidad con una persona que trabaja en el BFA (Bundesamt für Fremdenwesen und Asyl o, lo que es lo mismo, Oficina Federal para la Extranjería y el Asilo).

Hasta ese momento, yo no había visto la palabra „Fremdenwesen“ escrita en ninguna parte y, claro, al decirla, siempre me comía la n central, de manera que, sin quererlo, provocaba una situación cómica ante los austriacos, porque si uno le quita a Fremdenwesen la n del centro, queda „Fremde Wesen“, o sea „seres extraños“ que vale tanto como decir extraterrestres.

Un extraño símbolo ¿Verdad?

En fin: nada más conocer a mi fuente, me bastó un minuto para, periodísticamente hablando, „oler la sangre“ y, naturalmente,empezaron a bullirme preguntas en la cabeza. Principalmente una de la que luego surgieron todas las demás: ¿Por qué trámites tiene que pasar una persona si quiere ser refugiado en Austria? A las que luego, naturalmente, se añadieron otras cuestiones ¿Cuánto dura todo el proceso? ¿Cómo es el estado actual de las cosas?

De manera amabilísima, esta persona accedió a quedar conmigo y a responder pormenorizadamente a mis cuestiones.

La Oficina Federal para los „seres extraños“ (con perdón del chascarrillo) se encuentra en el distrito 3 y allí concertamos una cita que, por razones que pronto resultarán obvias para mis lectores, tuvo que prolongarse necesariamente en otras dos, porque los trámites del asilo, como todo lo que tiene que ver de cerca o de lejos con la burocracia, son muy tortuosos y están llenos de zonas grises y de meandros.

Mi primera intención al quedar con esta persona fue la de hincarle el diente, de alguna manera, a la selva terminológica a la que me refería al principio de este artículo. Un punto de partida tan bueno como cualquier otro, pero que se me antojó bastante útil en este caso.

Para abordar la tarea, nada fácil, mi fuente y yo decidimos reconstruir la historia de un solicitante de asilo tipo y acompañarle a través de todos los trámites.

Nuestro hombre, porque es un hombre, se llama Abdulrahman y tiene alrededor de treinta años. Salió de Aleppo a pie.

Abdulrahman tardó algo más de un mes en llegar andando desde Kabul a la isla griega de Lesbos. Para hacerlo, tuvo que atravesar a pie Siria y Turquía.

Allí, después de pagar una suma de más o menos cuatromil dólares a una red de tráfico de personas, la cual le facilitó un sitio en una precaria embarcación abarrotada de hombres como él puso pie, después de un viaje lleno de penalidades, en la isla griega de Lesbos. Territorio de la Unión Europea.

Antes de la guerra, Abdulrahman, como un alto porcentaje de los desplazados, pertenecía a una familia de clase media acomodada. De otro modo, no hubiera podido huir de Siria ni, por supuesto, sobrevivir enfrentándose a las mil y una peripecias de su viaje. Y ello por dos razones: en primer lugar, si su famila no hubiera dispuesto de un mínimo colchón financiero, no le hubieran podido enviar a él a Europa en busca de ayuda; un viaje así cuesta muchísimo dinero; hay que sobornar a funcionarios poco escrupulosos y, como decía más arriba, hay que pagar a los capos de las mafias de tráfico de personas; por otro lado tenía cultura, habla idiomas (inglés) una herramienta insustituible a la hora de afrontar la dura carrera por la supervivencia.

Allí, automáticamente, serían aplicables a su caso los acuerdos de Dublin. En concreto, el reglamento que desarrolla la convención de Dublín llamado Dublín III.

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8/24 y, por supuesto, 2016 ha sido el año de Julieta. Llegó en Verano y fue tan buena como se auguraba. Una sólida película europea de cuyo estreno en Viena, naturalmente, dimos cuenta en Viena Directo.


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Comentarios

2 respuestas a «Los seres extraños»

  1. Avatar de Dubuke
    Dubuke

    Una familia de clase media de Aleppo sólo quiere salvar, enviando a Austria, a un joven varón de 30 años. Para lo que pagan lo que sea a una mafia para que llegue hasta el centro de Europa.

    ¿En esa familia no hay mujeres u otros niños que salvar? ¿Turquía no era un país seguro? ¿Sólo quieren mandar a un enganche para después reagrupar a toda la tribu en Viena? ¿Da Austria más alpiste que otro país?

    1. Avatar de Paco Bernal
      Paco Bernal

      Como de costumbre, se me está usted adelantando. Para averiguar la respuesta a todas estas preguntas tendrá usted que seguir leyendo. Un saludo

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