La población de Graz ha votado hoy a sus nuevos gobernantes municipales. Veremos qué es lo que el pueblo ha dicho.
5 de Febrero.- Los domingos, al contrario de lo que decía el título de la obra de Fernando Fernán-Gómez, no son día de bacanal sino, por lo menos en Europa, de elecciones.
Hoy, la bonita ciudad de Graz, patria de „Arnaldo Negronegro“ (Arnold Schwarzenegger), en donde está un museo dedicado a su trayectoria en el que se puede contemplar (expuesta) la taza de wáter genuina en donde Conan hacía popó cuando era niño (es verídico) y el tanque que condujo cuando hacía la mili, esa ciudad en la que estuvo un estadio dedicado al culturista (se le quitó el nombre cuando firmó sus primeras sentencias de muerte siendo gobernador de Califonnia), en fin: labonita capital univesitaria de Austria, ha votado a su nuevo Gobierno municipal.
Los resultados han sido los que se esperaban (más o menos).
Ha ganado el Partido Popular Austriaco (si bien con un porcentaje que no le da la mayoría suficiente para gobernar cosa que, como luego veremos, le va a causar algún que otro problema), el partido comunista (KPÖ, una rareza en el panorama político austriaco) ha mantenido el tipo bastante bien, e incluso ha subido moderadamente (medio puntillo); algo más ha subido la ultraderecha (si bien se ha quedado muy distante del partido comunista) y eso que su candidato ha hecho una campaña muy agresiva, cargando contra todo lo posible (incluso hubo una polémica porque el FPÖ compró para su propaganda una fotografía en la que se veía a un montón de personas musulmanas sonriendo y la transformó para convertir todas las sonrisas en rostros hoscos y agresivos para así reivindicar que ningún extranjero tuviera acceso a las viviendas de protección oficial).
Sin embargo, parece que el FPÖ tiene poco que hacer en Graz la cual, por lo que yo sé, es una ciudad en la que la edad media de la población es algo más baja que, por ejemplo, en Viena (por el tema universitario) y, por supuesto, llena de universitarios y ya se sabe que, donde hay libros y letra impresa, el FPÖ, generalmente naufraga.
Los perdedores de las elecciones municipales de Graz, los pupas, han sido los del partido socialista.
Los rogelios (pobres) han perdido casi un tercio de los votos que tuvieron en las últimas elecciones. El trompazo no solo es un problema para ellos, sino para los del Partido Popular.
Los conservadores querían haber gobernado con los socialistas y ahora van a tener que ponerse a hacer números porque la cosa solo da o bien para una coalición con el partido comunista o para una inestable alianza a tres (socialistas y verdes o algo así) así que, quién sabe, quizá terminemos viendo cómo los del Partido Popular, por mor de la gobernabilidad, terminan sacrificándose y asociándose con los del Partido Comunista, sus antípodas políticas.
En cualquier caso, no parece que vaya a ser la cosa factible.
Los comunistas han puesto, como condición para coaligarse con el ÖVP, que se realice una consulta popular sobre una central eléctrica que se va a construir en Graz-Puntigam.
El ÖVP, a través del alcalde electo, Sr. Nagl, ha dicho que por ahí no va a pasar y que con él no cuenten para eso.
De cualquier manera, al ser Graz una rareza en el panorama político austriaco general, no pueden interpretarse los resultados de estas elecciones a escala nacional. A partir de hoy, Graz seguirá siendo, a la sombra de su Uhrturm, una isla, movidita, pero una isla.
En fin: son estos los tiras y aflojas, en este caso un poco como los de Don Camilo con el honorable Peppone, los que le dan su sal a la vida municipal.
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