Canción del pirata

Desde que el mundo es mundo fotógrafos, pintores y demás hemos tenido una relación „creativa“ con la verdad. Un caso práctico.

10 de Febrero.- Desde que el ser humano estuvo en condiciones de perpetuar su imagen para que el futuro pudiera juzgarla, o para que la vanidad se solazase con ella, los pintores primero y los fotógrafos después hemos tendido siempre a „mejorar“ la realidad por una amplia gama de motivos. Naturalmente, los primeros son los deseos del retratado o de quien encarga la foto. Lo que podríamos llamar un interés comercial (al fin y al cabo todos queremos tener contentos a nuestros clientes) y después, naturalmente, los deseos del propio fotógrafo y su deseo de distinguirse, de darle a la foto un determinado tono artístico.

Con la generalización de la fotografía digital, se ha seguido haciendo lo de siempre, pero de manera, primero, mucho más barata y, después, mucho más cómoda. Ya no hace falta retocar las arrugas en el negativo, con un lápiz de cera. Todo se puede hacer ahora con un lápiz óptico o con el ratón.

Yo tengo que confesar que soy algo reacio a utilizar el Photoshop a troche y moche, y creo que, si debe ser algo, debe ser como el maquillaje en las mujeres que lo usan con sabiduría. O sea, tiene que realzar, tiene que disimular, pero tiene que desaparecer en lo posible. Una mujer a la que se le nota mucho que va maquillada no está bien maquillada, porque el maquillaje le quita protagonismo a su cara. Una foto demasiado „photoshopeada“ no es una buena foto.

A veces, sin embargo, el cliente te pide que hagas algo „distinto“ y ahí el Photoshop es muy útil. Como en este caso.

El modelo es un actor vienés de ascendencia griega, Marc Dekos. Contactó conmigo, como muchos de mis modelos, porque le gustaron mis montajes creativos, que vio en la red.

El punto de partida para el que enseñamos hoy es este retrato que le hice contra un fondo neutro.

El siguiente paso fue aislarle a él del fondo neutro, cosa que es bastante fácil de hacer con un poco de buen pulso y la tecnología de Adobe. En esto se tarda, más o menos, diez minutos (dependiendo del pulso del retocador, en mi caso, por ejemplo, y gracias a Dios, un pulso buenísimo).

Después, viene cuando la matan: o sea, decidir qué hacer con la foto. En este caso, la vestimenta del modelo me recordó, no sé por qué, a Hugh Grant en Remando al Viento, así que busqué un cielo tormentoso (encontré una fotografía de stock de un cielo nublado y la pegué de fondo).

¿Dónde está este hombre? Pensé en un barco. Encontré una foto, también de stock de una cubierta e un barco. Eliminé el cielo que se veía entre las jarcias y !Voilá! Nuestro hombre ya estaba en la cubierta del barco en un día de tormena (entre pitos y flautas, otro cuarto de hora).

El resto, fue más rápido: naturalmente, para que el montaje quede realista y el ojo no note „las costuras“ hay que unificar la luz. De noche, la luz es azul, así que, luz azul.

Luego, la añadimos los dos relámpagos detrás, reflejos azules en el pelo y los últimos toques (otro cuarto de hora).

En tiempo de trabajo y dependiendo lo complicado que sea el montaje, la confección de un retrato creativo viene a durar una hora más o menos. Pero el resultado es fenomenal ¿A que sí?

Mark Dekos

Más fotos en www.fotobernalvienna.com y en Instagram, todos los días en @fotobernalvienna

Si quieres que te haga fotos a ti o a tus seres queridos, no tienes más que escribirme un mensajito a vienadirecto (arroba) gmail.com


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