Trabajadores de primera, trabajadores de segunda

El Gobierno austriaco ha anunciado una medida que, de facto, crea dos tipos de trabajadores en austria: los de primera, y los de segunda clase.

21 de Febrero.- En El Abanico de Lady Windermere, Oscar Wilde hacía decir a un personaje lo siguiente al hablar de un joven al que se le vaticinaba un gran porvenir:

-Tiene todo lo que hace falta para triunfar en la política: habla como un liberal pero luego actúa como un conservador.

Es inevitable pensar en esta cita a la hora de examinar la figura del canciller Kern.

Conforme pasan los meses desde que sustituyó al incoloro Werner Faymann, se va revelando cada vez más una estrategia centrada en que Strache, de ninguna de las maneras, llegue a ser canciller de EPR, librando así a Austria del chapapote del populismo de ultraderecha cuyas consecuencias ya estamos viendo en los Estados Unidos (y quizá veremos en Francia, si Dior no lo remedia).

Esta estrategia se centra, fundamentalmente, en arrebatar la iniciativa a la ultraderecha en lo referente a su contacto con las capas más bajas de la clase media y a lanzar mensajes hacia ese sector de empleados con menos cualificación. Como Kern es sumamente listo, sabe que a la ultraderecha no se la puede combatir con las armas que la ultraderecha usa (esto es, tratando de ser más xenófobo que ella, si cabe) porque una regla fundamental del mercado es que, si uno puede comprar el original (los vociferios de Strache, la perniciosa estrechez mental de Gudenus) ni se molesta en ojear la copia, porque la copia, por muy perfecta que sea, siempre es un poquito peor que el original.

Así pues, enfundado en sus apurados trajes Slimfit, de corte siempre impecable, Kern está aplicando, con total frialdad y sin decirlo, versiones más elegantes, más sibilinas, de ideas-fuerza de los del lado oscuro y parece que la estrategia está dando resultado y que puede estar en el buen camino si de lo que se trata es de comerle la merienda a Strache.

Aunque no haya que despreciar lo que Trump y su catástrofe cotidiana están haciendo en este sentido, en las últimas encuestas publicadas, Kern no solo es el político más popular de Austria junto con el Ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, sino que ha acortado la distancia que le separa del FPÖ hasta dejarla en unos cómodos 2 puntos (siguen ganando los malos, pero también le ganaban a VdB y el jueves va a ser él el que vaya al Opernball).

Hasta aquí, bien.

El problema es que, naturalmente, esta estrategia está cobrándose sus víctimas (y más que va a cobrarse). Muertos que el canciller Kern se va a dejar por el camino, y esos muertos, señores, podemos ser usted y yo. Pero al canciller Kern le damos igual, porque por mucho daño que nos haga, no podemos votarle ni votar a la competencia.

Me explico: ayer, el Gobierno de EPR, del cual es jefe el Sr. Kern, presentó las medidas, que desarrollan el llamado Plan A, para favorecer la creación de empleo en Austria. Se trata de ver cómo se van a gastar los dos millardos de Euros que el Gobierno ha apartado para conseguir animar a las empresas a que contraten a parados, particularmente a parados de larga duración que lastran las cuentas del Servicio Público de Empleo (AMS). Y va a ser así: el Gobierno de Austria bonificará a aquellas empresas que contraten a parados, procedentes de las listas del AMS con la mitad de los costes sociales de estos nuevos contratados durante tres años (el objetivo es que no pase como en España, en donde estas bonificaciones han sido el caldo de cultivo para aumentar la precariedad y el crecimiento exponencial de trabajos de mierda, con perdón, que rebajan la estadística pero que no crean riqueza). Para poder ser objeto de esta bonificación, las empresas tienen que emplear a parados austriacos del AMS, o a los que cambien de trabajo, o a los que procedan de una institución educativa austriaca o que posean la rot-weiss-rot karte para trabajadores de alta cualificación. El asunto es que el Gobierno pretende que, siguiendo una de las ideas-fuerza de la ultraderecha, aunque sin decirlo, claro (la vieja estrategia de Oscar Wilde) sean unicamente los trabajadores austriacos quienes se beneficien de los incentivos.

En la ley no se puede poner, como hacen los ultraderechistas húngaros (y pretende la ultraderecha austriaca) que, en el caso de que concurran dos trabajadores a un puesto, uno aborigen y otro no, se dé preferencia por sistema al aborigen, especialmente si el no aborigen es un ciudadano de la Unión. Una medida así rompería, de hecho, la unidad de mercado de trabajo que rige en toda la Unión Europea y que es una de las bases de su existencia.

El Gobierno austriaco está buscando, desde ya, soluciones alternativas para que, de facto, haya en Austria trabajadores de primera (los austriacos) y trabajadores de segunda, los ciudadanos comunitarios. Las palabras de Kern a este respecto son claras: “no podemos frenar la entrada de extranjeros (Ausländerbremse) así que tenemos que encontrar soluciones creativas”. Veremos lo que piensan en Estrasburgo del tema. El mensaje, en cualquier caso, está mandado.

O sea, que Austria First, vamos a ver quién (o quiénes) somos los second.


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Comentarios

2 respuestas a «Trabajadores de primera, trabajadores de segunda»

  1. Avatar de Elede
    Elede

    Un “placer” leerte siempre. En esta ocasión lo entrecomillo. Vielen Dank Herrn Kern!

  2. Avatar de Manuel Kielmannsegge
    Manuel Kielmannsegge

    Esperemos que un dia se haga eso en Espana.porque los espanoles somos los mas perjudicados en la situacion economica actual en Espana y los que tenemos mas de 50 y buscamos trabajo podamos trabajar y no malvivir como es lo que nos esta pasando. Porque ya es hora de que se nos valore a muchos con esa edad y que tenemos una una formacion profesional muy buena. Parece que es un autentico pecado y grave tener 50 anios.
    Parece que Austria se esta convirtiendo en un modelo a seguir.

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