Cómo ser feliz en Austria

El otro día me tomé un café con un amigo mío. Esto es lo que todos podemos aprender de él.

2 de Marzo.- Di que el otro día iba yo para el gimnasio, cuando sonó el telefonino. Era un amigo, que si nos tomábamos un café.

Dado que los dos somos personas atareadísimas –ambos estamos planteándonos muy seriamente quitarnos de dormir- estaba claro que era entonces o de nuevo en quince días así que, aprovechando que estábamos en el mismo sitio de la ciudad, quedamos y nos tomamos uno peripatético –o sea, que nos compramos un café para llevar y, entre risas, fuimos paseando un rato, que falta nos hacían las dos cosas: reírnos y pasear-.

Yo soy de la opinión de que la amistad, como el amor de pareja, son sentimientos que nacen (o deben tener un gran componente) de admiración. Sin excepciones, yo admiro muchísimo a mis amigos, presumo de ellos siempre que puedo (tengo razones de sobra) y me siento muy afortunado de haberles conocido y de tenerles cerca aunque solo sea por el sentimiento egoísta de que, teniéndoles cerca, no solo aprendo muchas cosas que yo no sabía (y los lectores de Viena Directo saben que mi curiosidad es un pozo sin fondo) sino que hacen mi vida mejor.

Este amigo con el que me tomé el café, por ejemplo, no solo es listísimo (mucho más que yo), sino que además tiene una capacidad de trabajo que ya quisiera yo para mí y, lo mejor de todo, es una persona de esas que cuanto más los conoces, más les quieres.

Pero mi admiración por él se basa, además, en que, desde que nos conocimos, hace ya un año y medio, cuando él acababa de llegar a Austria, este amigo mío se ha esforzado mucho en ser un buen inmigrante (con unos resultados brillantes, además). Lo pensaba yo el otro día, y por eso escribo hoy un post con los que yo creo que deben de ser los 10 mandamientos del buen inmigrante (que mi amigo ha hecho suyos).

Si ves a una cebraPrimer mandamiento: permanece curioso y atento, que tu capacidad de sorpresa no se muera por nada del mundo, que todo te haga gracia, te produzca interés, te guste. Tu felicidad depende de ello.

Segundo mandamiento: derivado de lo anterior: aprende a amar las mil cosas amables del lugar al que la vida te haya traído.

Wachau (Spitz)

Tercer mandamiento: aprende alemán, aprende alemán, aprende alemán y, si te queda todavía un ratito, aprende alemán.

Cuarto mandamiento: no pierdas nunca la fe en ti mismo y en lo que vales. En esta vida, el que está preparado, siempre sale a flote. O sea, que no dejes nunca de formarte y de prepararte.

Refugees WelcomeQuinto mandamiento: siéntete el mejor embajador de tu país y de los inmigrantes en general. A ti te tendrán en mucha estima, pero los que vengan detrás de ti, te lo agradecerán.

Sexto mandamiento: antes de criticar a nadie, acuérdate de cuando viniste tú aquí y no eras nadie. Si de algo sirve todo esto, es para aprender humildad.

Séptimo mandamiento: si puedes hacerle un favor a alguien, aunque no revierta en tu propio beneficio, no lo dudes y házselo. Aunque solo sea porque la vida da muchas vueltas y, el día menos pensado, puedes estar tú al otro lado.

Octavo mandamiento: sé consciente de que el techo de cristal existe, pero actúa como si no existiese.

Dos amigos

Noveno mandamiento: si no quieres que nadie sea xenófobo contigo, no seas tú xenófobo con nadie.

Décimo y en este se resumen todos: cuida tu entorno, es más: mímalo y no hagas distinciones entre españoles y austriacos. El que siembra, recoge. El que invierte, obtiene beneficios.


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Una respuesta a «Cómo ser feliz en Austria»

  1. Avatar de Tania Barberena
    Tania Barberena

    Teneis razon pero te lo digo yi, cuando has pasado por todo en la vida y tienes que comenzar de cero no es facil y menos con una bebe que necesita atencion que no se siente comoda con nada desconocido y por lo cual no te permite mucho tiempi para estudiar, por otra ser el mejor migrante seas español, O latino, asiatuco etc, eso es tan facil como decir qur aqui a la gente no se disgusta con las diferencia. Pero en fin con buen animo y fe todo se puede.

Responder a Tania Barberena Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.