El pasado miércoles, una charla sobre el extremismo político se interrumpió abruptamente. La medida no ha estado exenta de polémica.
11 de Marzo.- Miércoles, 8 de Marzo de 2017. En el Gymnasium (instituto de enseñanza secundaria) de la Honauerstrasse en Linz (Alta Austria), el experto en ideologías extremistas Thomas Rammerstorfer da una charla ante un grupo de setenta alumnos que, este año, harán la Matura (o sea, que tienen dieciocho años).
Desde hace dos, todos los alumnos que escuchan la charla tienen derecho al voto en Austria. Dicho derecho al voto significa que, según el Legislador, tienen ya el conocimiento suficiente para distinguir el bien del mal y para hacerse una idea crítica de los mensajes políticos que reciben (si no es así ¿Por qué si no tendrían derecho al voto?).
En un momento, que lleva por título genérico “Extremistische Herausforderungen in Österreich” (podría traducirse como Retos del extremismo en Austria) , Herr Rammerstorfer proyecta la siguiente diapositiva de Powerpoint (esta foto está extraida de su página web)
La traducción de la diapositiva es la siguiente:
Nacionalistas germánicos Burschenschaften:
*Se ven a sí mismos como portadores de valores germánicos „nacional-liberales“
*Frecuentemente están en contacto con la extrema derecha
*Agrupaciones masculinas
*Fuerte influencia en el FPÖ: casi todas las posiciones directivas (de ese partido) están ocupadas por Burschenschaften.
En el auditorio, uno de los setenta jóvenes, se llama de apellido Haider y es el hijo de Roman Haider, un diputado del FPÖ.
Este chico, al escuchar cómo el conferenciante dice estas cosas (cosas que son lo mínimo que se podría decir de los Burschenchafter y de la relación que tienen con la fuerza ultraderechista austriaca y que, como saben los lectores de Viena Directo y está al alcance de todo aquel que se moleste a informarse sobre el tema, no responden más que a la verdad de los hechos, verdad que incluso está probada por sentencias de tribunales austriacos); agarra el telefonino y le manda a su padre un mensaje diciéndole algo como que en su colegio se estaba llamando extremista al FPÖ.
El padre, hecho una furia, llama al director del colegio que, ante las amenazas que profiere el diputado del FPÖ hacia el profesorado del centro, interrumpe la charla.
El diputado Haider, por cierto, muy lejos de negar esto o de atenuar la contundencia de su intervención, confirma ante los medios que esto es exactamente lo que ocurrió. Según él, incluir al FPÖ, a Alternative für Deutschland, a Donald Trump y a los Burschenchaften en una charla sobre el extremismo es faltar a la verdad y hacerlo delante de unos críos (que hace dos años que tienen derecho a votar) es adoctrinarles.
Asimismo, se queja el dolido padre de que en la charla se prestase atención al peligro que representa „la extrema derecha“ y que no se dijera nada del peligro „de la extrema izquierda“
!Un poco de equilibrio! Clama el progenitor del joven Haider.
Cualquiera que haya leido un poco sobre los Burschenschaften y su relación con el FPÖ habrá podido darse cuenta de que el conferenciante no decía ninguna cosa exagerada o falsa. En la fuerza ultraderechista, todos los mandos principales es verdad que pertenecen a estas organizaciones (Strache, Gudenus, Hofer, todos son Burschenchaften y del lídel del partido existe una amplia documentación periodística y científica que lo relaciona con los ambientes de extrema derecha). Tambiés del dominio público la panoplia ideológica de estas organizaciones, lo mismo que es del dominio público que los Burschenschaften son como el Brandy Veterano (o sea „cosa de hombres“).
Si esto es así ¿Por qué accedió a interrumpir la charla el director del colegio, el cual, por cierto, debería gozar de independencia para decidir qué contenidos se dan en sus aulas y más si estos contenidos están dados de forma tan morigerada?
Dejemos, por cierto, que el conferenciante se explique
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