Se ha escrito un crímen

Normalmente, VD es un blog que trata de enseñar divirtiendo, pero también hay días para ponerse serios. Como hoy.

15 de Mayo.- Si usted quiere saber si el medio que utiliza para informarse es de calidad o no lo es, observe cómo se enfrenta a la noticia de un asesinato.

La información sobre los crímenes, esto es, la manera en que se mata, el por qué se mata, el análisis del medio social en el que se produce el crímen, los antecedentes razonados tanto de la víctima como del criminal, puede constituirse en una herramienta potentísima para hacer un corte transversal de una sociedad y de una época.

Por ejemplo, viendo Amantes, película de Vicente Aranda por la que no pasan los años, se aprende más del franquismo que leyendo diez libros (está basada en un crímen real, en el llamado „Crímen de la Canal“).

En nuestros días, cuanto más de calidad sea un medio, más intentará contextualizar el asesinato, hacerlo, si no justificable, porque justificable no es nunca la muerte de una persona, sí inteligible.

El cambio, el medio ínfimo, que es tanto como decir el medio éticamente asqueroso, el que solo busca el beneficio industrial y, como tal, presenta las noticias como productos industriales, dará muchos datos (de hecho, puede ser que la cobertura sea incluso al minuto) pero, a base de dar mucha información, terminará por no explicar nada. Como las industrias alimentarias abusan del azúcar para intensificar el sabor, los medios de comunicación industriales abusarán de aquello que va a las capas más primitivas del cerebro humano, o sea, aquello que ataca al cerebro reptiliano, a la emoción.

En una palabra, al morbo.

Por ejemplo: estos días atrás se encontró el cadáver de una pobre niña de padres chechenos (esto, para aquellas personas que no vivan en Viena, implica que están en las capas más bajas de la sociedad, en lo que podría ser asimilable al proletariado industrial más mísero de principios del siglo pasado).

Un vecino del edificio en el que vivían, una vivienda social de las que la ciudad de Viena cede a las familias con menos recursos a cambio de un alquiler social, encontró a la chiquilla. Un par de días más tarde se ha detenido al presunto asesino, un vecino de la víctima, el cual ha confesado que asesinó a la niña en un acceso de ira irracional „contra el mundo“. El asesino también es de ascendencia chechena. Es un chaval de dieciséis años el cual, a todas luces, es un enfermo mental.

En términos informativos, un crimen así es poco o nada interesante. O tan interesante como pueda serlo un accidente de coche durante la operación salida de Semana Santa.

El asesino es un enfermo mental que eligió a su víctima de manera arbitraria (un poco, quizá lo recuerden mis lectores, como aquellos dos pobres diablos que asesinaron a un pobre señor mientras jugaban a un „juego de rol“ inventado por ellos).

Los medios de calidad no pueden dejar de informar de algo así, pero el tratamiento intenta alejarse en lo posible del morbo puro (el azúcar de la información).

En cambio, la prensa ínfima (por ejemplo ese periódico que empieza por Öster y termina por reich) no regatea en medios para bombardear el cerebro reptiliano de sus consumidores.

Por ejemplo publicando una foto de la madre a toda plana (una mujer muy jovencilla, no tendrá treinta años, vestida con el velo islámico) en la foto está llorando a lágrima viva. En una esquina de la imagen, un carrito de juguete con un par de muñecas, que sin duda pertenecían a la víctima. Solo por incluir en el cuadro ese carrito con las dos muñecas el tipo que ha publicado la foto (el que la ha hecho, al fin y al cabo, es un mandado) merecería que le pusieran en la calle a abrir agujeros con un martillo pilón, en cualquier caso, a realizar cualquier oficio que no implicase contacto con ningún medio de comunicación.

También han publicado la foto (pixelada lo mínimo imprescindible) del asesino, obtenida seguramente en alguna de las redes sociales a las que pertenecía, así como vídeos en los que el pobre padre del matador intenta también asumir lo sucedido.

No contentos con esta explotación inhumana de las vícitmas (tan víctima es la pobre niña muerta y su familia como la familia del asesino, porque nadie tiene la culpa de estar emparentado con alguien así) se han lanzado a elaborar teorías a propósito de los planes futuros del criminal. Que si quería matar a sus hermanitos, que si se ha evitado una masacre, que si tal y que si cual. Ganas de vomitar es poco.

Viena Directo normalmente es un blog que trata de enseñar divirtiendo, pero considero que también hay momentos para ponerse serio. Y este es uno de ellos. Como consumidores de información tenemos una responsabilidad: la de no convertirnos en cómplices de los medios más asquerosos, los que utilizan un concepto distorsionado y torticero del derecho a la información, para hacer justo lo contrario de informar. Como ciudadanos tenemos derecho a una información de calidad, inteligente, humana, éticamente responsable. En una palabra, decente.


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