#Metwo

Una declaración del futbolista Mesut Ötzil ha suscitado un eco importante. También en Austria ¿Sabes lo que es #Metwo?

5 de Agosto.- Mis lectores me pedirán en vano que les informe a propósito de la actividad profesional del futbolista alemán, aunque de ascendencia turca Mesut Özil.

Sólo sé que debe de ser bueno, porque hasta hace nada jugaba en la selección nacional alemana. En cambio, en este tórrido verano del 2018, Her Özil ha saltado a los titulares de la prensa centroeuropea (y creo que española también) a propósito de una declaración -en inglés- que ha publicado en la red social favorita de Donald Trump, en la que explicaba por qué se dejó fotografiar con Erdogan -cosa que le han afeado muchos de sus compatriotas alemanes, dada la reputación de Erdogan, principalmente, y lo violentamente nacionalista que es su política– y también el hecho de que, diariamente, y desde siempre, se había tenido que enfrentar a una cierta dosis de racismo cotidiano.

Las declaraciones de Özil han tenido una considerable repercusión y han generado incluso un hashtag #Metwo, en donde muchas personas se han lanzado a contar sus experiencias con esto que, a falta de mejor término que lo describa, podríamos llamar racismo o xenofobia de baja intensidad.

Antes de seguir, a mí me gustaría aclarar que yo, personalmente, he tenido cero problemas en ese aspecto, aunque también tengo que reconocer que a mí se me nota poco que soy austriaco hasta que abro la boca. Pero a pesar de eso, alguna que otra vez (la última vez, esta semana pasada) me he topado con algún que otro modorro. Generalmente, la gente racista o xenófoba suele pertenecer a esa parte de la población que no es demasiado inteligente. En general, mi recomendación es llevar la cosa con paciencia y, siempre que sea posible, reirse del racista. Es la prueba infalible: mis lectores comprobarán que los tontos, como es sabido, carecen del más mínimo sentido del humor; esta evidencia obra milagros en la propia autoestima y, generalmente, suele dejar al racista o al xenófobo en el lugar que le corresponde (o sea, en su troglodítica cueva).

En fin: las personas que más identificadas se han sentido con Özil han sido aquellos que han nacido aquí pero cuyos padres provienen de una cultura diferente.

La verdad es que entre lo que cuentan hay de todo (cosas más comprensibles y cosas menos) les molestan, por ejemplo, los comentarios bienintencionados, pero indudablemente paternalistas, que surgen siempre cuando, por ejemplo, sale a relucir un apellido que no suena austriaco pata negra o su aspecto (en el caso, por ejemplo, de que sea muy evidente por este que sus padres no nacieron aquí).

Es ese tipo de cosas como que “qué bien hablas alemán” (nací aquí, señora, cómo no voy a hablar bien) o lo de preguntarles de dónde son.

Es lo que yo explicaba el otro día de esa xenofobia sutil que consiste en atribuir a los habitantes de un país una serie de características prototípicas.

Adscribiéndose al hashtag también ha habido personas que han denunciado manifestaciones denigrantes en su presencia, acoso por parte de compañeros de colegio, o de los profesores, o insultos.

Los españoles, en este aspecto, yo creo que tenemos en general bastante suerte, pero sí que es verdad que yo he visto a personas que me han escuchado hablar por teléfono en español y he visto cómo torcían el gesto.

Aunque suele utilizarse indistintamente racismo y xenofobia para hablar de estas cosas, yo creo que en general suele tratarse de lo segundo. O sea, de personas que no terminan de acostumbrarse a que, en un mundo globalizado, tiene que haber por lógica más diversidad de todos los tipos. Religiosa, de aspecto, cultural, etcétera.

A mí, personalmente, me parece muchísimo más interesante que sea así. De hecho, procuro contribuir a esa diversidad explicándole a todo el que me encuentro las cosas de mi cultura, lo mismo que yo intento aprender la de ellos. Uno siempre aprende ¿A que sí? Pues eso.


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Comentarios

Una respuesta a «#Metwo»

  1. Avatar de Sara
    Sara

    Yo iba una vez en el tranvía hablando distendidamente y un poco alto (comparado con los austríacos, mea culpa) con 2 amigas mexicanas.
    Así que una señora mayor nos preguntó amablemente de dónde éramos…
    Yo soy española… ay que bonito España fulanito y menganito van siempre de vacaciones.
    Y nosotras mexicanas… la señora torció el gesto que yo quise decir tierra trágame. ????
    A mis amigas les pareció hasta normal, pero yo me sentí fatal.

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