Hay veces en que los árboles no nos dejan ver el bosque. El día 25 de Noviembre se celebra un día muy importante para las europeas. Pero para los europeos también.
19 de Noviembre.- Yo soy un gran admirador de la generación de mujeres periodistas de la transición (para mis lectores no nacidos en España, que son muchos, gracias a Dios, el periodo que va entre 1975 y 1980, más o menos).
Eran muy pocas, lo tenían todo en contra, pero su trabajo era riguroso y muy valiente (ahí están las hemerotecas y los archivos para demostrarlo).
Una de ellas, Rosa Maria Calaf, dijo hace unos meses una gran verdad : « la gente cree que está informad y lo que está es entretenida ». Hace unos días, decía yo que los « mierdimedios » se diferenciaban del periodismo serio en el uso del condicional, pero hay otra diferencia fundamental : un medio que de verdad se preocupa de que el lector termine cada artículo más informado de lo que estaba al principio trata de contextualizar las noticias, o sea, de contar qué pasó antes, qué es probable qué pase después y, sobre todo, por qué ha pasado lo que ha pasado (siempre que se sepa, claro, y si no se sabe decir « pues no se sabe » que tampoco pasa nada).
Una de las estrategias que los « mierdimedios » utilizan para que el lector no sepa por dónde se anda (o sea, lo contrario de informar) es informar sobre sucesos. Desde el punto de vista de la información, el que, como decía Gila, alguien haya matado a alguien, tiene una importancia muy relativa para la biografía de los que por suerte seguimos vivos.
Es más : si nos ponemos estrictos, lo realmente interesante en la información a propósito de un crimen no es ya el deceso de la persona asesinada (naturalmente, algo muy grave, sobre todo para sus seres queridos), sino las razones de su muerte, porque las razones son las que describen las circunstancias en las que se produjo el asesinato, y esas circunstancias son lo que tiene un valor universal (lo otro, se podría decir que es el tutorial para que el siguiente malhechor perpetre lo mismo).
Los mierdimedios generalmente se concentran poco en las razones de una muerte. Pasan por encima de ellas y prefieren informar sobre datos que produzcan una reacción emocional en el lector, pero que no le ayuden a comprender. Naturalmente, a los mierdimedios no les interesa nuestro cerebro lo mismo que a McDonald´s se la refanfinfla nuestra salud coronaria.
Los mierdimedios informarán profusamente sobre detalles que, al fin y al cabo, no suman nada, como los procedimientos por los que el asesino intentó deshacerse del cadáver, o si confesó después de tantas o cuántas horas de interrogatorio, o si el crío asesinado, cuando fue tirado al rio metido en una maleta, vivía o no.
En resumen : morbo.
De esta manera, y aunque parezca paradójico, los crímenes se despersonalizan, se vacían y, a base de repetición, se crea en el público una inmunidad ante la crueldad que lo inhumaniza (al crimen, y al público). Un crimen, otro crimen, otro crimen, un muerto (una muerta) otra muerta, otra muerta, otro muerto.Y así.
¿Y esto, qué tiene que ver con Austria ? El 25 de Noviembre el día contra la violencia machista.
A estas alturas de 2018, en España, para nuestro horror, más de cuarenta mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o de sus ex parejas. En España (por fortuna), hay una conciencia cada vez mayor de por qué se han producido esas muertes. La razón es al mismo tiempo simple y compleja : el machismo imperante en la sociedad y las miles de maneras en las que todos los días hay desgraciados que hacen que sus mujeres, novias, amigas, hermanas, hijas, vivan en un cautiverio insoportable. Y aunque se suela obviar, hay también muchas mujeres, novias, amigas, hermanas, hijas, que por lo que sea miran hacia otro lado y piensan que el statu quo es así y no se puede cambiar.
Podría pensarse que en Austria está la cosa mejor, pero en lo que va de año, una cifra muy parecida de mujeres han perecido por la misma causa. Sin embargo, debido a que se informa de estas cosas de manera aislada, sin contextualizar, el problema de la violencia machista sale totalmente del radar de la atención pública y de hecho nadie piensa que haya un problema,porque ven los casos puntuales (si los ven) y no la imagen completa. De hecho, siendo Austria una cultura muy machista (comparada con España y sobre todo fuera de Viena, en las partes rurales del país) uno tiene por experiencia que hay pocos austriacos que se den cuenta que determinados hábitos muy enraizados en la vida diaria del país son muy, pero que muy rancios.
Unas veces porque se entierra bajo el genérico « Familien Drama » (drama familiar, que lo mismo vale para alguien que enferma de cáncer que para alguien que se le han pegado los schnitzels) y otras porque se informa solamente de que ha aparecido una mujer muerta y ya está. Y no. No está. Porque detrás de cada crimen hay una historia. Y esa historia hay que contarla. Pero hay que contarla bien. Para que las mujeres que viven maltratadas por sus parejas no tengan que sufrir encima el tener que verlo como una vergüenza o un tabú del que no se habla porque cualquiera sabe qué habrán hecho ellas.
La violencia contra las mujeres (la violencia, en general) es un testimonio de nuestro fracaso colectivo como sociedad y, como obviamente no podemos meternos en la casa de nadie, la única manera de combatirla es promover, sobre todo entre los más jóvenes, la igualdad y la dignidad del ser humano, de la mujer y del hombre. Y no olvidar nunca que los buenos somos más.
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