El penúltimo post del año está dedicado a sabrosas anécdotas y cotilleos con un denominador común: la cama de los personajes históricos.
30 de Diciembre.- El otro día, mientras veía la primera de las pelis de Sissi, caí en una cosa a la que nunca había prestado atención (vamos: la sabía, pero nunca me había dado cuenta del asunto) y es que Sissi y el emperador Paco Pepe eran primos carnales y sus madres, por lo tanto, hermanas. Una monstruosidad, claro.
Hoy, penúltimo día del año y, por lo mismo, penúltimo post, he decidido hacer una cosa ligerita, de manera que vamos a darle una vuelta a relaciones familiares „raras“ de la Historia de Austria.
Como decíamos, Paco Pepe y la loca de su señora eran primos carnales, y sus madres, consuegras y hermanas, por lo tanto. El ánimo de no dividir las herencias y las complicadas alianzas familiares hicieron que el árbol genealógico de los Habsburgo fuera no solo complicado, sino bastante aberrante.
Por ejemplo, la que fue la última reina española nacida en Austria hasta que Maria Cristina se casó en el siglo XIX con Alfonso XII, fue Mariana de Austria. La monarca, nacida en Wiener Neustadt, estaba prometida con su primo, el infante Baltasar Carlos (al que retrató Velázquez, que era el guasap de los Habsburgo). Pues bien, cuando Baltasar Carlos murió a los diecisiete años, la política familiar de los Habsburgo y la necesidad de mantener la alianza entre las cortes de Viena y de Madrid hicieron que la pobre Mariana fuera prometida a su tío, Felipe IV. En el momento de la boda, la pobre muchacha tenía diecisiete años y el novio tenía cuarenta y seis (aunque como estaba hecho polvo debido a los excesos, parecía mayor).
Este año se han cumplido doscientos años del „estreno“ del villancico Noche de Paz (noche de amor, etc). La música la compuso un tocayo, Franz Xaver Gruber, y la letra es del párroco de Oberndorf, una aldea de Salzburgo. Pues bien: este señor, que se llamaba Josef Mohr, también tuvo una historia familiar complicadilla. El señor párroco era hijo ilegítimo de un granjero de Lungau. Su madre era una prostituta de Salzburgo y su padrino de bautismo fue el último verdugo de Salzburgo, que se llamaba Josef Franz Wolhmuth.
En el capítulo hijos ilegítimos, el compositor austriaco Alban Berg estuvo casado con Helene Berg (nacida Nahowski).
Helene pasaba oficialmente por ser hija de un hombre acaudalado, Franz Nahowski. En realidad era hija del mismísimo emperador Francisco José. La madre de Helene, Anna, conoció al emperador en 1875, de manera casual, durante un paseo por los jardines de Schönbrunn. Tenía entonces quince años y el emperador cuarenta y cinco. La muchacha estaba ya casada, por cierto, con un tipo bastante despreciable, un industrial textil que se llamaba Johann Heuduck, que era alcohólico y ludopata. El emperador Paco Pepe era un hombre de digestiones lentas y de una timidez legendaria. La relación no se consumó hasta tres años después y cristalizó en un noviazgo que duró unos diez años y que se superpuso con la relación que el emperador mantuvo con Katharina Schratt, su auténtica alma gemela (con su legítima no se entendió nunca).
El emperador dejó de frecuentar a la suegra de Alban Berg cuando su hijo, el príncipe Rudolf, se pegó un tiro en compañía de su amante, Mary Vetsera.
Por cierto, en el capítulo rumores hay que archivar el supuesto romance que, mientras tanto, la legítima de Francisco José mantuvo presuntamente con el famoso conde Andrassy, un aristócrata húngaro, de mirada llameante. Según parece -aunque nunca se ha probado- la hija pequeña de Sissi, Marie Valerie, no era hija de Francisco José, sino de Andrassy.
Otra familia atípica la formó la única hija de Sigmund Freud, Anna Freud. Una adelantada a su época que se puso el mundo por montera y mantuvo una relación con una miembro de la familia de millonarios americanos Tiffany, Dorothy Burlingham. Alquilaron una casa en el Wienerwald y allí Anna Freud crió a los dos hijos de su pareja.
Responder a victoria Cancelar la respuesta