Las Winier Linien lanzan un proyecto pionero para mejorar la experiencia del pasaje. Ole con ole y olá.
3 de Julio.- Hay post que se repiten anualmente, como las cuentas de un collar y que plantean un desafío para la creatividad del bloguero (o sea, para la mía).
Que si el post del Orgullo (gay), que si el post de Eurovisión, que si el post del Concierto de Aäo Nuevo, que si el post del olor a « sobaqueision » en los transportes públicos…Por suerte, existen nuestras bienamadas Wiener Linien.
La empresa de transportes públicos que se encarga de desplazar a los habitantes de EBC (o sea Esta Bonita Capital). En su afán de darle servicio al cliente, han decidido que van también a aligerar la carga de los blogueros que nos dedicamos a informar sobre el pernicioso efecto que las temperaturas veraniegas tienen sobre el alerón humano, y han tenido la idea de perfumar (en principio, a modo de experimento) dos trenes de la línea uno y dos trenes de la línea seis.
Los aromas que aspiran a competir con el del resudor humano llevan nombres sugestivos, sonoros y significativos.
Son los siguientes : Relax, Energize, Fresh White Tea y Happy Enjoy (sí, lo sé : todos tienen nombre como de perfume que anunciase Bustamante y se vendiera en el Carrefour, pero supongo que perfumar los trenes con aromas de Hugo Boss o Hermés debe de costar un güevo de la cara).
Como decía más arriba, ante el fracaso que tradicionalmente han constituido los llamamientos al uso (y disfrute) del agua, del jabón y, en casos de roña contumaz, del estropajo, así como acciones de cursos anteriores (en 2018 se repartieron 14.000 dosis de desodorante) las WL han decidido emprender este experiemento sociológico.
El pasaje podrá, vía internet, pronunciarse a propósito de cuál de los cuatro aromas considera más indicado para camuflar los miasmas emitidos por algunos bípedos implumes. La dirección cibernética para hacerlo es www.wienerlinien.at/duftvoting.
Los vagones perfumados estarán marcados con unas narices en las puertas, para que los viajeros sepan a qué atenerse (no se sabe cómo se van a enterar si huele a Relax, a White Tea o a Muy Mío, de Bustamante, pero conociendo la eficacia de las Wiener Linien, no dudamos en que la empresa de Transportes habrá encontrado una solución a esta cuestión).
Me gustaría terminar este post con un motivo para la reflexión.
Lo mismo que anualmente se repiten los llamamientos a que el personal recupere la amistad con el desodorante también se repiten, en los comentarios a esos posts, los que abundan en ciertas afirmaciones de las que es difícil desprender cierto tufillo racista y xenófobo (tufillo, de olores hablamos). Por ejemplo, que las Wiener Linien adoptan medidas de choque en la línea seis que es la que, se supone, más usan(usamos) los extranjeros. Generalmente, estas cosas las dicen, curiosamente, otros extranjeros, obedeciendo a un estereotipo muy arraigado en la especie humana desde que éramos apenas unos primates venidos a más. O sea, ese de que « los guarros son los otros ».
Afortunadamente, yo tengo unos lectores que, a su impecable higiene unen una inteligencia agudísima, y no creo que caigan en esas cosas. ¿Verdad ?
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