Alisa, sigue tu corazón

Los telespectadores de la ORF debieron quedarse de una pieza al saber las extrañas preocupaciones de sus políticos durante la toma de posesión

9 de Enero.- Después de haber sido investidos, los nuevos ministros y ministras austriacos se sentaron ayer, encabezados por K&K (Kurz&Kogler, parece el nombre de una marca de helados que le hiciera competencia a Hagen Daazs) y, después de posar para los medios, se pusieron a la tarea.

Antes de esto, algunos ministros ya habían tomado sus primeras decisiones ( !Chispas !). Por ejemplo, el nuevo ministro del interior, Sr. Karl Nehammer, nada más tomar posesión de su cargo anuló una medida que había tomado su predecesor, Herbert Kickl. Se trataba de la obligación de la policía austriaca de mencionar la nacionalidad o procedencia de los delincuentes cuando se informara a propósito de un delito. Naturalmente, er auna medida claramente política, destinada a probar que los inmigrantes, supuestamente, somos personas que tenemos una tendencia natural a hacer el mal (supuesta tendencia que las estadísticas no refrendan, lo digo por si acaso). La medida era tan astuta como hábil por parte de Kickl. Naturalmente, si un policía declaraba a los medios que un carterista era austriaco pata negra no llamaba lo mismo la atención que si se explicaba que el pobre que había robado una gallina había nacido en Islamabad.

Desde su forzado retiro (quizá una cueva húmeda y musgosa en donde Herbert Kickl se dedica a acariciar el anillo único con el que aspira a gobernar todos los demás) El exministro ha lamentado que se esté desmontando la obra a la que tantos esfuerzos había dedicado, aduciendo que, de esta manera, los austriacos y las austriacas estarán peor informados de los peligros que conlleva la emigración. Vaya por Dios.

La investidura de los ministros y la tradicional ceremonia presidida por el Jefe del Estado, ha traido también algunas anécdotas divertidas. Como mis lectores quizá sepan, la ORF subtitula estas cosas para personas que tienen dificultades de audición. Estos espectadores debieron de fliparlo mucho mientras veían la retransmisión del acto por la cadena pública austriaca o si lo vieron en diferido a través de internet.

Mientras Sebastian Kurz juraba su cargo impetrando la ayuda divina (« así Dios me ayude », dijo textualmente) los espectadores de la ORF que no podían oirle recibieron la noticia de que decía :

-Ha llegado (es ist schon hier)

A lo que el Bundespresi respondía con un abracadabrante:

-Ayer, aquí casi se ahogó mi hermana (Gestern wäre hier fast meine Schwester ertrunken)

La creatividad en el subtitulado no se restringió a la ceremonia. Según el subtitulado, el presentador que estaba siguiendo la cosa en el estudio, soltó algo así como :

-Me cago en la puta, y ahora, Qué le digo yo a Alisa ? –comentario a todas luces impropio, a no ser que la tal Alisa se la tenga jurada a Sebastian Kurz o a Van der Bellen.

Mientras firmaba el documento que acreditaba su toma de posesión Kurz se preguntaba si las medias le aguantarían ( !!!) ; comentando el hecho, el redactor jefe del servicio de noticias de la tele pública austriaca se lamentaba de que había tenido una joyería, pero que no había sobrevivido (¿El anterior gobierno le había frito a impuestos ?).

La ORF ha explicado que los subtítulos corresponden a un episodio de la telenovela Alisa, sigue tu corazón y que todo se ha debido a un (ejem) lamentable error técnico.

La duda es si habrán conseguido hacer reir a Kickl en su cueva musgosa. Hay que dudarlo.


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