Últimas cifras – resumen de lo que está permitido y lo que no – Boris Johnson sigue dando ejemplo a sus conciudadanos – Las Wiener Linien
7 de Abril.- Muy buenos días y bienvenidos, un día más, a la primera edición de Viena Directo, con todas las noticias en español a propósito del coronavirus en Austria.
Como siempre, antes de empezar el repaso por la actualidad, vamos a hincarle el diente a las cifras.
Según el Gobierno austriaco, hoy 7 de Abril, festividad de, entre otros, San Caliopio, San Hegesipo, San Jorge de Lesbos (esa isla), San Pelusio y San Juan Bautista de la Salle, había en Austria 12.332 positivos confirmados.
(Felicidades, por cierto, a todos los Caliopios, Hegesipos, Jorges –de Lesbos, los otros, claro, abstenerse-, Pelusios, etc).
Por Bundesländer, el reparto queda así: Burgenland, 232, Carintia: 329, Baja Austria: 2043, Alta Austria: 1974, Salzburgo: 1085, Estiria: 1352, Tirol: 2786, Vorarlberg: 760, Viena: 1771.
Todo ello sobre un número de tests de 111.296 (estado de ayer a las nueve y media).
-Ayer por la noche el canciller Kurz compareció en el Zeit Im Bild (el telediario de la cadena pública) para explicar el plan que había expuesto en su comparecencia de las once ante los periodistas (dicebamus hesterna die) a propósito de cómo iba a ser la vuelta a una relativa normalidad, una normalidad entre muchísimas comillas, a partir del martes que viene, día catorce.
Enfrentado con el hecho incontestable de que, en estos momentos, rigen en Austria muchas normas y ordenanzas motivadas por el coronavirus las cuales, debido sobre todo a que se han implementado sobre la marcha, resultan a veces no solo contradictorias, sino sumamente ambíguas, respondió el canciller, algo picado, que
-Jopelines, yo estoy aquí metido en la salvación del mundo hasta los pabellones auditivos –con perdón- y la gente no hace más que ponerle defectos a lo que hago. A muchos listos quisiera yo verles aquí.
Por supuesto, no dijo esto literalmente, pero ese era el espíritu. Lo que sí dijo de verdad es que él comprendía que hubiera juristas buscándole tres pies al gato, pero que en los momentos de crisis, había que dejarse de escrúpulos y pequeñeces y estar a lo que tocaba, o sea, a sobrellevar la crisis como mejor se pueda y a superarla.
Por eso, ahora que vamos despacio, vamos a hacer un pequeño resumen de lo que se puede y no se puede hacer en Austria durante estos días.
Por ejemplo :
Cuándo está permitido salir de casa ?
En principio, en cuatro supuestos : para comprar comida y/o medicinas, para ayudar a personas que no se puedan valer por sí mismas, para cumplir con deberes laborables inaplazables y para estirar las piernas y tomar el aire (el supuesto « coladero », las cosas como son).
A lo largo de estos 23 días que llevamos de « servicios mínimos » han ido sumándose excepciones toleradas, ya que no están en estos supuestos. Por ejemplo, bodas, bautizos y sepelios (con menos de cinco personas y distancia de seguridad) recoger comida preparada de bares y restaurantes, ir al médico, o «darle una vuelta » a la segunda residencia. Entre otras.
(Naturalmente, hasta ayer había cuarentena estricta en algunas partes de Austria, y ahí estas cosas estaban prohibidas).
–Puede uno celebrar la pascua y encontrarse con amigos ?
Según el Gobierno, no, debido a que no está ni en los cuatro supuestos, ni en las excepciones que hemos enumerado antes. Sin embargo, según los juristas, lo que diga el Gobierno, con tener su peso, no es suficiente para establecer una prohibición terminante. O sea, que si a mí se me ocurre salir a pasear e ir a visitar a mi abuelita para llevarle una cestita con tisanas y miel, siempre que, cuando yo llegue a mi objetivo, guarde con mi abuela la correspondiente distancia de metro y medio o dos en el exterior de su casa, ya puede venir el lobo feroz, que no estaré haciendo nada ilegal.
Otra cosa es que sea muy pero que muy irresponsable, naturalmente. Pero ilegal, lo que se dice ilegal, no.
Ni ahora ni antes, la policía tiene permitido entrar en los domicilios particulares, aunque a mí se me ocurra celebrar la pascua en mi casa e invitar a mi tía Hanelore y a sus doce hijos. La inviolabilidad del domicilio es un derecho fundamental que está por encima de la ordenanza del coronavirus y, por lo tanto está blindado por la constitución austriaca. La policía solo puede entrar en una casa con orden de registro firmada por un juez o en supuestos tasadísimos, por ejemplo la perturbación del orden público o del silencio nocturno.
Naturalmente, y como en el caso anterior, digamos que no son momentos de invitar a mi tía y a sus seis pares de gemelos a mi casa. Más que nada porque, en este intento de conseguir la inmunidad de rebaño, nos puede pasar como a Boris Johnson (the little angel) y vayamos a hacer un pan como las proverbiales hostias.
Ni ahora ni antes hubiera podido haber una prohibición terminante porque hubiera sido inconstitucional. Es por esta razón que los juristas piensan que el Gobierno ha escogido redacciones ambiguas para no tener que enfrentarse a que alguien sancionado, por ejemplo, le casque una demanda que terminaría ganando.
–Capítulo mascarillas, cubrebocas, tapabocas o barbijos (el castellano tiene un caudal inagotable de sinónimos para esta prenda que estamos descubriendo estos días) : a partir de esta semana es obligatorio ir a comprar como si uno se hubiera apuntado a una banda de atracadores. Por la salud de todos, recomiendo a mis lectores que así lo hagan.
La duda es si podría haber alguna excepción. Sí que podría, de hecho. Las tiendas tienen obligación de tener cubrebocas para el público (algunas de gratis, otras de pago) pero si no hubiera suficientes o no hubiera podría entrar al local y nadie me podría por ejemplo, echar de la tienda o sancionarme de algún modo. Se está arbitrando el correspondiente marco legal para tapar este agujero, por cierto.
De cualquier manera, los juristas son excépticos también en este punto. La obligación de llevar mascarillas, de hecho es, según las opiniones autorizadas, prácticamente imposible de imponer por ley y depende del sentido común de la gente (bitte, bitte, bitte). De hecho, lo único que el Gobierno ha podido hacer ha sido una ordenanza administrativa para la higiene en los comercios, obligándoles a poner mascarillas a disposición del público. Para que se vea la fuerza de esa ordenanza, el Gobierno dice en ella que tienen que ser gratis pero se ha tenido que tragar que una parte de la gran distribución cobre por ellas. Si un ciudadano decide por su cuenta y riesgo comprar sin mascarilla, con la ley en la mano, el Gobierno no le puede hacer nada (otra cosa es, de nuevo, que la cosa sea aconsejable que parece que no lo es).
-Puedo ver a mi novio/a (en todas las variantes y acepciones de esta palabra) si no compartimos la misma residencia ?
Absolutamente sí. De nuevo, mantener una relación amorosa entra dentro del ámbito de las libertades individuales y los derechos fundamentales. Además, podría catalogarse dentro del capítulo « necesidades básicas ». Y si alguien le pregunta a usted como de fundamental es, puede citar a una autoridad en la materia, la flamenca Conchita Piquer, que aquilataba la cuestión en una famosa copla, « te quiero más que a mis ojos, te quiero más que a mi vida, más que al aire que respiro y más que a la mare mía ». Si eso no es una necesidad básica,que venga Dios.
-Pasando a otro tipo de cosas, el primer ministro británico, Boris Johnson, sigue en la carrera de predicar con el ejemplo y hacerse inmune al coronavirus a base de pasarlo. Ayer por la noche ingresó en cuidados intensivos en un hospital de la antigua localidad romana de Londinium y, aunque no tiene ventilación asistida, sí que le están poniendo oxígeno. De todas partes del mundo están llegando a Londres buenos deseos (también desde la Unión Europea lo cual demuestran que los ciudadanos de la Unión no « semos » rencorosos).
Las tarea de liarla parda que, hasta este momento, Johnson acometía con tanto entusiasmo, será acometida por su Ministro de Exteriores (amárrame esos pavos).
-Las Wiener Linien han anunciado que, a partir del 14 de Abril, y coincidiendo con la decisión del Gobierno de ir haciendo que el país vaya recuperando una cierta normalidad, van a ir también incrementando las frecuencias, también para que la gente tenga más sitio y se pueda mantener la distancia de seguridad. Asimismo, las WL van a iniciar una « ofensiva informativa » en forma de pictogramas y mensajes para recordarle a la población la obligación de ir con mascarilla en los transportes públicos.
Y con esto, este post tan completito llega a su fin. Espero ver de nuevo a mis lectores en la segunda edición de Viena Directo, que se publicará, como todos los días, alrededor de las ocho de la tarde.
Hasta entonces a ser buenos y a portarse con sentido común. Saludos cordiales.
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