Viajar o no viajar. Segunda ola o calma. Los científicos del CSH Vienna han desarrollado una herramienta útil para tomar decisiones.
30 de Junio.- Quizá recuerden mis lectores que, al principio de las medidas que, paso a paso, nos han llevado a la nueva normalidad (o sea, la antigua, pero con menos roces) tomaron cierto protagonismo los científcos del Complexity Science Hub (CSH) Vienna, a ellos se les preguntaba lo que a todos nos preocupaba en aquellos momentos. O sea, cómo iba a evolucionar la pandemia en Austria.
Estos científicos, especializados en el tratamiento de grandes volúmenes de datos (Big Data) fueron prediciendo casi exactamente el número de pachuchos, de fallecidos y de curados. Ahora, han desarrollado una herramienta muy visual, muy intuitiva, para apoyar nuestra toma de decisiones, por ejemplo a la hora de pensarnos bien si queremos pasar nuestras vacaciones en un país o región determinados.
Una herramienta visual
Se trata de un semáforo que va marcando la evolución de los casos por cada diezmil habitantes en los últimos quince días. Por debajo de un caso por cada diezmil habitantes el semáforo marca en verde. Cuando alcanza el uno, estamos en amarillo. El rojo se reserva para regiones que tienen un número de casos lo que viene siendo salvaje (por ejemplo Suecia !15,2 !). O sea, de más de diez casos por cada diezmil habitantes.
Stefan Thurner, en declaraciones a la agencia de noticias APA es concluyente : en algunos países (de cerca de Austria, además) « ya ha llegado la segunda ola ».
La situación actual en Austria
Austria está, en general, en verde (tasa de reproducción 0,7), pero los expertos de CSH advierten que hay desigualdades regionales, que podrían indicar que nos encontramos al inicio de « mini » segundas olas en lugares muy específicos. Por ejemplo Viena o los alrededores de Linz.
La idea detrás de este semáforo es servir de ayuda a la decisión en estas épocas de viaje. Thurner ha dicho que se puede viajar (con precauciones) pero sin problemas a los países en verde. Con los países en amarillo hay que pensárselo muho (España, por ejemplo, que está exactamente a un caso por cada diezmil habitantes). En la frontera de los países en rojo, habría que poner un cartel que pusiera « Ni hablar de peluquín ».
Aquellos de mis lectores que quieran saber a qué atenerse, pueden ver en este link el mapa con sus semáforos.
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