Canciones para aprender alemán: nombres de mujer

Hoy, en nuestra sección „aprenda alemán cantando“, canciones germanocantadas con nombre de mujer.

8 de Julio.- La letra, con notas entra. Hoy vamos a hacer otra selección de canciones para aprender alemán, esta vez, con nombres de mujer.

Empezamos con la que quizá es la mujer ficticia más conocida en el mundo que „germanoparla“. La novia del soldado, la fantasía del hombre que, en las trincheras, se acuerda de la chica que ha dejado atrás y por la que lucha (todo muy germánico, como se ve). Lili Marleen nació en 1915 durante la primera guerra mundial (la escribió el que luego fue un gran letrista de canciones de la Alemania nazi, Hans Leip) pero hasta 1939 no se hizo famosa en la versión de Lale Andersen. Tras la segunda guerra mundial, y como quizá estaba predestinado, otra Marlén (los alemanes la llaman pronunciando todas las letras, Marlene) Dietrich en este caso, la cantó con una hondura que podía ponerle la carne de gallina a un bonito del Cantábrico. La letra, aquí.

El año pasado, en Mallorca, falleció Constantinos Cordalis, conocido por sus fans como Costa Cordalis. Cordalis vivía desde los 16 en Frankfurt, en donde aprendió alemán y, al mismo tiempo, descubrió que su pelo ensortijado y sus „jechuras“ mediterráneas ponían de los nervios a la población germánica (como siempre, a las germanas y, por lo menos, al diez por ciento de los germanos). En 1976, en el zenith de su tirón, triunfó como los Chichos con una canción con nombre de mujer que no puede faltar en ninguna fiesta austriaca o alemana. Se recomienda ponerla cuando el público ya haya trasegado un par de copas. Nuestro siguiente invitada es Anita. La letra, aquí.

Cuando a Falco le contaron que había llegado al número uno con Amadeus en Estados Unidos le dieron un disgustazo ¿Por qué lloras, hombre? Le decían sus amigos. Y él contestaba que, después de aquello, solo podía ir la cosa cuesta abajo. Bueno, durante unos años no le fue tan mal. Para intentar repetir el pelotazo transatlántico, empezó a meter partes en inglés en sus canciones. Así nació esta Jeannie, con un video entrañablemente viejuno. A los vieneses nos gusta porque salen las alcantarillas del tercer hombre. La letra, aquí.

Karel Gott, el de la voz de oro, fue tan incontestablemente famoso, que su melodiosa manera de cantar y su exótico acento extranjero transpasaron el telón de acero (perdón por el pareado). Un producto comunista exportable, fue una especie de Julio Iglesias eslavo (también tuvo notable éxito con las señoras, y hay quien dice que su apetito en este aspecto era insaciable). Para los aborígenes, Gott es famoso gracias a otro nombre de chica que, esta vez, lleva la abeja más famosa de todos los tiempos. La sensta y pizpireta abeja Maya (Maja, en alemán). La letra, aquí.

Para un español, Lola no hay más que una (bueno, dos: Lola Flores y su hija Lolita). Sin embargo, entre el público aborígen la única Lola es una que en vez de corazón tenía un despertador de la marca Casio y que cantaba en un cabaré que hizo historia del Cine nada más se abrió: me estoy refiriendo, naturalmente, al Ángel Azul. Marlene Dietrich era una chica tirando a rellenita a la que Josef von Sternberg contrató para hacer la primera película sonora del cine alemán. Cuando el público descubrió a „la guapa Lola“ (de Fesche Lola) enloqueció. Y hoy, pronto hará un siglo, seguimos igual de enloquecidos (nosotros y, naturalmente, la legión de travestis que, a la que pueden disfrutan poniéndose el ligero y el sombrero de copa). La divertidísima letra, aquí.

Nuestra siguiente invitada es ni más ni menos que una reina de España, Isabel de Castilla (Isabella). Los Comedian Harmonists pasan por ser la primera boy band de la historia y sus canciones siguen siendo tan chulas como siempre y tan buenas como siempre para aprender alemán. Hay, por cierto, una excelente película con la desgraciada vida de estos pobres a los que el nazismo les truncó la carrera (tres de ellos eran judíos). Aquí, la letra.

En mi primer post de canciones, también le traje aquí. Y es que no hay nada como Peter Alexander para aprender alemán. Esa dicción fuera de este mundo. Aquí, canta una que también es tradicional y tiene, como todas las de este post, nombre de mujer. Rosamunde. Le pide que le haga caso (otra para ir bien entonadillo). La letra, aquí.

En estos tiempos del coronavirus, no hay nada mejor que tener a unos médicos cerca, por lo que pueda pasar. Estos, die Artzte, le cantan a una Gwendolyne, que no tiene nada que ver (sospecho) con la de Julio Iglesias. La letra, aquí.

Y terminamos esta pequeña playlist con muy buen rollo. El que nos trae Bata Illic, serbocroata, hijo de un funcionario de hacienda. A pesar de que sus canciones no son lo que se dice un libro de Kierkegaard, Illic estudió filología inglesa e italiana, pero desde el principio supo que a él, lo que le tiraba, era lo mismo que a la Agrado, el personaje de Almodóvar, o sea, el hacer feliz a la gente. Lo logró en los setenta cantándole a Michaela. Y con él me despido hoy. La letra, aquí.


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