El político más popular de Austria

En estos días, el trono de político más popular de Austria ha cambiado de manos. Sepa usted quién es el nuevo afortunado.

13 de Julio.- A principios de los ochenta, España era un país que acababa de salir de una dictadura de cuatro décadas que, para más inri, había sido ferozmente católica.

En 1982, los socialistas llegaron al poder dispuestos a modernizar el país y, naturalmente, se encontraron con la fuerte oposición de un cierto sector del país que no quería para nada que le modernizaran. En estas condiciones, Francisco Fernandez Ordoñez, el cual tenía un currículum que había empezado en ese vivero de gente poderosa que era y es el colegio del Pilar de Madrid y había terminado en Harvard (él, por supuesto, no decía « járvar », como usted y yo acabamos de decir) fue nombrado Ministro de Justicia.

Uno de sus encargos fue que España contara con algo que hoy es tan indiscutible como una ley del divorcio.

Como primera medida, FFO llamó a Ana Diosdado y le engargó una serie que aún hoy se puede ver (Anillos de Oro) para dar a conocer a los celtíberos que el divorcio era un gran invento. Después, llevó la ley al Parlamento. España tuvo su ley del divorcio, a pesar de la Iglesia católica, que proclamaba (como siempre) el final de la familia unida que jamás será vencida. Durante un tiempo, FFO fue la persona más odiada del país. Las viejecitas hacían novenas porque semejante pecador –of the prairie– tuviera fracturas múltiples de la tibia y del peroné y los obispos en los púlpitos (después de haber comido pulpitos) alzaban al cielo su dedo acusador profetizándole el infierno con Pedro Botero y sus boys.

Pero hete aquí que, quizá para pagarle el favor, Felipe González cambió a FFO de cartera. De Justicia, a Asuntos Exteriores, y ahí tuvo un encargo peliagudo (quizá porque era el único miembro del Gobierno que no decía « járvar » como usted y como yo) el cual encargo fue dirigir la entrada de España en la Unión Europea (entonces, creo, aún, Comunidad Económica Europea). Objetivo que se cumplió mucho antes de que lo hiciera, por ejemplo, Austria.

Tras su paso por la cartera de Exteriores, FFO estuvo a punto de ser elevado a los altares.

En estos días se está produciendo un caso similar. El Ministro de Sanidad, Anschober, merced a la solvencia (y a la humildad) con la que nos informa de todo y merced a la sensación que todos tenemos de que su vida está en nuestras manos, no cesa de ser más y más popular entre la gente que habita este bonito país. Tanto, que ha desbancado a Sebastian Kurz, el cual llevaba en ese puesto, el de político más popular de EPR, desde hace muchísimo tiempo.

Todo a pesar de que, como decíamos ayer en La Tarde en Directo, cada vez haya más instancias que digan que las normas que evitaron que Austria cayera en las garras del virus malandrín son, jurídicamente hablando, una chapuza. Esta semana, también lo decíamos ayer, está previsto que el Tribunal Constitucional austriaco se pronuncie a propósito de este tema peliagudo. Entretanto, la oposición está pidiendo la amnistía para los infractores.

Es poco probable que todas estas cosas le hagan ningún raspón a la popularidad e Anschober, lo cual da mucho que pensar.


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