La típica „picarejca“ española – El semáforo – buenas noticias para la economía austriaca.
7 de Agosto.- Ayer por la tarde, a las mismas horas en las que estoy escribiendo este artículo, „estalló la bomba informativa“.
Los tests y “la picarejca” española
El Ministerio de Sanidad austriaco, a través de un comunicado difundido por la agencia APA anunciaba que había una advertencia de viaje referida a la España peninsular, advertencia que regía a partir de las cero horas del próximo lunes.
Esto significaba que aquellos viajeros procedentes de España (repetimos: peninsular, las islas están excluidas) debían presentar al llegar al aeropuerto un test negativo de coronavirus (en inglés y que tuviera menos de tres días de antigüedad) o cumplir la correspondiente cuarentena.
Esta noticia provocó entre la comunidad española todas las reacciones que el lector pueda imaginar.
Desde aquellos que se entregaron a la autoflagelación „si es que somos unos inútiles, nos lo tenemos merecido por ineptos“ hasta los que „se rascaron las vestiduras“ por el precio del test PCR en el aeropuerto de Schwechat (todos hemos aprendido que, la mayoría de las veces, viajar es más un lujo que una necesidad y que, por lo tanto, sarna con gusto no debería de picar) hasta los que, de manera muy española, se inclinaron por „la picarejca“. O sea ¿Si vengo, pongamos, en coche, también me tengo que hacer el test?
(La mera formulación de esta pregunta ya implica que los bípedos implumes no tienen dos dedos de frente: es como si alguien hubiera tenido prácticas de riesgo y no quisiera hacerse la prueba del SIDA para no saber y siguiera follisqueando a diestro y siniestro).
En fin: hoy, algo calmadas las aguas, hemos asistido a la presentación del largamente anunciado semáforo austriaco del coronavirus.
Ya está aquí, ya llegó, el semáforo de Anschober ya aterrizó
Quizá recuerden mis lectores que hace ya algunas semanas se anunció que el Gobierno iba a poner en marcha un semáforo (con los tres colores famosos) para que la población de EPR pudiera saber a qué atenerse con respecto bien a su lugar de residencia o bien al lugar al que iba a viajar.
Como sucede casi siempre en Austria (véase el asunto de los vales de comida de la ciudad de Viena) entre que se hizo el anuncio y la presentación del artilugio, han mediado varias semanas. Y lo que se ha presentado hoy es el famoso semáforo pero en su versión beta.
Durante las dos próximas semanas, se va a activar en modo de prueba y se difundirán los datos a la ciudadanía. Tras dos semanas, se evaluará qué tal ha funcionado el proyecto, y después se harán los cambios que, en su caso se estimen oportunos. Todo para que el semáforo famoso esté a tiempo para cuando empiece la vuelta al colegio, un tiempo que se prevé „lleno de retos“ (es curioso como el tontinglés de los negocios, con sus issues y sus challenges ha calado también en el gilipoalemán de las conferencias de prensa y en el imbecilespañol al uso de todos los portavoces que en el mundo han sido y serán).
En fin: ¿Cómo va a funcionar este semáforo? ¿Quién lo va a hacer? Nuestro querido Ministro Anschober (ya escribo como Carmen Sevilla) ha presentado a un gabinete de expertos (19 personas) en los que hay representantes de los länder confederados austriacos, la ciencia y las autoridades sanitarias. Estas personas humanas se reunirán por lo menos una vez a la semana para estudiar la expansión (o no) del coronavirus y asignarle a cada región del país (a cada Bezirk, más en concreto) un color.
Aunque hay una definición técnica para todo esto, voy a resumir lo que significará cada color.
Verde: hay que seguir manteniendo las precauciones estándar (mascarilla, distancia, lavado de manos).
Amarillo: ostras! Esto está subiendo más de la cuenta: más precauciones no nos vendrían mal.
Rojo: Alarma! A encerrarse todos en casa.
Más o menos, esto.
Naturalmente, el señor „Anchoas“ ha dicho que él, como la sangre de Ignacio Sanchez Mejías, „no quiere verlas“ (las zonas rojas, se entiende).
El Ministro ha indicado como ejemplos de evoluciones epidemiológicas negativas el caso español y otros y ha dicho que el objetivo principal del semáforo es que la gente „visualice“ el peligro y no se deje llevar por el sentimiento engañoso de que aquí no pasa nada.
De momento, hoy ha habido en Austria 141 casos. Si extrapolamos aproximadamente a la población española daría como unos 900 (1895 ha habido en España en las últimas veinticuatro horas, por lo menos de forma oficial aunque todo es tan lioso con el recuento en España que cualquiera se fía).
Por cierto, para tener a disposición los datos oficiales más actuales, puede el lector dirigirse a esta bonita „güeb“ del Gobierno austriaco, en donde le pondrán al día.
En cualquier caso, aprovecho para recordarles a los lectores de Viena Directo que me gustaría que llegasen todos sanos y salvos al final de la pandemia, para que podamos celebrarlo con un pic nic Viena Directo. De manera que, por favor, tomen las precauciones necesarias.
Quisiera terminar hoy con una buena noticia económica.
Buenas noticias para la economía austriaca
Según el Banco Nacional de Austria, si no tenemos que padecer una segunda ola de coronavirus, el PIB austriaco podría contraerse „solo“ un seis por ciento este año, en lugar del 7,2% que nos habían anunciado.
El Banco Nacional ha analizado diversos datos de las últimas dos semanas y los ha comparado con el mismo periodo de 2019. Los datos permiten ser moderadamente optimistas. El consumo de electricidad, por ejemplo, que es un fiel indicador de cómo va la producción de bienes y servicios, ha estado un cinco por ciento por debajo del consumo del año anterior y el tráfico de camiones (sobre todo el relevante con relación a la exportación) solo un 4,5% por debajo del año pasado.
Naturalmente, esta previsión depende muchísimo de la evolución de la CoVid-19 en los próximos meses.
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