Sebastian Kurz se dirige a los austriacos con muchas novedades

Como estaba previsto, Sebastian Kurz se ha dirigido a la Nación austriaca con un montón de novedades a propósito del curso  político 20/21

28 de Agosto.- Hace unos días, el Bundescanciller más mozo de la Unión celebró su trigésimo cuarto cumpleaños en un marco familiar. Fue una pausa en su duro quehacer, porque es bien sabido que el político ni siquiera en vacaciones deja de ocuparse de los asuntos que afectan a Esta Pequeña República. Se sabe (fue oportunamente « filtrado » a los medios) que el Bundescanciller ha pasado parte de su asueto estival conversando con diversos expertos en pandemias, virus y demás. Uno se lo imagina, colorado como un tomate, al borde de la piscina, colgado del teléfono móvil y a su bundesprometida (la pobre) sufriendo en silencio y pensando qué estaría ella pensando en el momento en el que puso sus ojos en este joven tan prometedor que ni siquiera ha necesitado someterse al tedio inclemente de la enseñanza reglada para lograr alcanzar una de las más altas magistraturas del Estado.

Hace unos días también, casi coincidiendo con esa celebración modesta de aniversario, se notificó a los medios que el Bundescanciller daría por terminado su periodo vacacional y lo haría dirigiéndose al Bundespueblo (como así ha sido) hoy viernes a las diez y media. Con bastante antelación, también se notificó a los medios un resumen general de lo que el Bundescanciller iba a contarle a la Bundesnación, porque a un caballero cristiano (y el Bundescanciller lo es) fiel lector de Chertoston, no le gustan las sorpresas. Ni darlas, ni mucho menos recibirlas.

Así pues, hoy a las diez y media, el Bundescanciller se ha aparecido a los medios, como siempre impecablemente maquillado. Extractamos aquí lo más interesante de sus declaraciones.

Con toda la libertad posible, con todas las restricciones necesarias

Uno de los mandamientos primeros de un político neoliberal es ser optimista. El optimismo es, de hecho, la fuerza que mantiene el capitalismo. Así pues, Sebastian Kurz, bien por neoliberal o bien por insuflar algo de esperanza al bundespueblo, ha empezado con una llamada al optimismo. Según Kurz, hay luz al final del túnel negro del coronavirus y es muy posible que la crisis dure menos de lo que se había sospechado al principio. Después de haberse pasado las vacaciones intercambiando impresiones con diversos expertos del ámbito de la industria farmacéutica y de la salud, Kurz ha sacado la conclusión de que el verano que viene podrá tomarse los daiquirís (con acento en la i) más tranquilamente que este, porque ya habremos vuelto a la vida normal (Dios le oiga).

Kurz ha expresado su confianza en la ciencia (la compartimos, aunque solo sea porque pocas cosas más nos quedan). Según la autorizada voz de los virólogos, el virus, sí, es cierto, muta, y muta mucho. En lo que todavía no se han puesto de acuerdo los científicos es en qué dirección. O sea, si se está haciendo más contagioso, menos virulento…Chi lo sa. A pesar de esto, Sebastian Kurz piensa que conocemos ahora el virus malandrín mucho mejor que en primavera. Y eso ya es un paso.

Sin embargo, no es momento de bajar la guardia porque según el canciller (y cualquiera que tenga dos Augen en la Gesicht) los últimos meses de 2020 se presentan moviditos, Vuelven los críos a las clases, vuelve la vida de interiores después del despendole del verano, vuelve la gripe anual, vuelven quizá las falsas alarmas a popósito de casos de coronavirus que luego no resulten serlo. La situación se puede complicar rápidamente.

La semana que viene, con todo el Gobierno de vuelta a sus puestos, se evaluará la situación y se verá si en Austria, como en otras partes del mundo, habrá que tomar medidas. Hecho un Churchil, Kurz ha dicho que habrá victorias y habrá derrotas, y habrá confinamientos y habrá relajación, y habrá olas que vayan y que se queden. Ahora, eso sí, el Bundespueblo podrá tener confianza en que el Bundescanciller y su Bundesgobierno van a estar ahí para reaccionar a cualquier eventualidad. Kurz ha repetido su mantra : con toda la libertad que sea posible, con todas las restricciones necesarias.

Asimismo, el canciller ha apelado a la responsabilidad de la población y a su respeto por las reglas, a fin de poder superar la crisis con bien.

Austria volverá en 2021 a la senda del crecimiento

Vuelta al optimismo. La economía va a encoger un 7% en 2020 pero en 2021 volveremos a la « senda del crecimiento ».

Para que esto suceda, Kurz ha anunciado una política de reasentamiento en Austria de sectores industriales claves.

En cualquier caso, ha rechazado cualquier tentación de intentar caer en la autarquía. Vivimos, ha dicho Kurz, en una economía conectada y globalizada y así va a seguir siendo, ya que es imposible que se fabriquen todas las partes de un motor o de un teléfono móvil en solo un país, dada la complejidad tecnológica que cualquier producto implica.

A pesar de eso, también ha dicho que hay ramas de actividad en las que es deseable la fabricación y el consumo regional, como por ejemplo la alimentación. Aquí podemos cambiar a productos austriacos, según Kurz. Lo cual no solo es sano, sino que beneficia al clima. Ha dado además cifras : si todos compramos un 20% de productos austriacos, creamos 46.000 nuevos puestos de trabajo.

Ha anunciado la creación de un ente público llamado Austrian Limited para que se creen empresas de una manera más rápida y con menos burocracia, ayuda y financiación para Start-ups y pequeñas y medianas empresas.

DIGITALIZACIÓN, DIGITALIZACIÓN Y MÁS DIGITALIZACIÓN

Aquí el Bundescanciller se ha permitido enviar un mensaje de amor a sus compañeros de coalición. Ha dicho que esta transformación de la economía se va a llevar a cabo convirtiendo la ecología en un motor de la acción económica. Ya que el paro sube, hay que crear puestos de trabajo con futuro para todos los parados.

(Así pues, camareros de toda Austria, si os cierran el restaurante, no os preocupéis, bonicos, porque por obra y gracia del Gobierno vais a transformaros en términos de Big Data o en cuidadores de personas dependientes).

Precisamente son estos los dos sectores que, según Kurz, harán que las cuentas de Austria estén limpias como una patena : la digitalización y el cuidado de personas dependientes. Solo en este último sector harán falta en 2030 70.000 trabajadores especializados más y la transformación digital creará 20.000 puestos de trabajo.

En este marco, Kurz ha anunciado la creación de una nueva universidad técnica, en Linz, al objeto de que se formen en ella investigadores y trabajadores especializados en el ámbito de la digitalización.

También a nivel europeo la economía debe volver a funcionar y, optimista como es, el Bundescanciller ha dicho que la Unión debe aprovechar esta crisis para ser independiente en sectores estratégicos, como la producción de energía o la tecnología. La lluvia de millardos acordada por la Unión solo será una gran oportunidad –según Kurz- si se utiliza bien.

También ha expresado su opinión de que los gigantes tecnológicos tienen que pagar impuestos y ha pedido que estas formas de creación de valor se traigan a Austria y a la Unión.

Kurz también ha hablado del ámbito educativo. Ha resaltado que la pandemia ha hecho que más de un millón de escolares « hayan tenido que ir a la educación a distancia (…) ha hecho de los padres profesores y de los profesores especialistas digitales ». Los tropezones en este proceso han demostrado, según Kurz, que Austria tiene que invertir en la digitalización de la escuela, especialmente le preocupan los chavales que proceden de los medios más desfavorecidos. Para que ningún crío se quede atrás, Kurz ha anunciado inversiones en personal.

Por último, el Bundescanciller, tras su larga charla, ha atacado el punto « lo que es importante para mí » y es : Qué ha hecho la crisis con el país, qué tendencias han salido a la luz, dónde se han vulnerado derechos fundamentales. Ha ofrecido la cancillería como plataforma para que diversos intelectuales se impliquen en la política diaria en los próximos meses.


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