Alemania declara a Viena zona de riesgo por coronavirus

La noticia bomba de hoy es que nuestros vecinos alemanes consideran que Viena es un lugar de riesgo. También la economía, claro.

16 de Septiembre.- Hoy miércoles la noticia bomba es que nuestros vecinos del norte, los alemanes, han declarado a la capital de nuestra pequeña República como zona de riesgo.

Ya lo habían hecho los suizos este fin de semana pasado pero, aquí entre nosotros ¿Es que a alguien le importa lo que puedan pensar los suizos ? Pero los alemanes, naturalmente, son otro cantar. No solo por la importancia simbólica de la relación que une a estos dos países de habla extraña, sino porque, qué duda cabe, los alemanes son también los turistas que más vienen y los que más dinerete se gastan.

Vale : Viena es un lugar de riesgo ¿Y eso, qué implica ?

Respondamos ahora a las preguntas de rigor :

-¿Quién ha declarado Viena zona de riesgo y por qué?

Ha sido el Instituto Robert Koch, de Berlín -recordarán mis lectores que el señor Koch fue famoso por su « bacilón », sé que es un chiste malérrimo, pero no me he podido resistir.

El Instituto Robert Koch declara zona de riesgo para los súbditos alemanes a todos los territorios que encadenen una semana seguida de altos contagios en relación a la población.

¿Qué implica esta declaración ?

Aquellas personas que quieran entrar en Alemania procedentes de la capital de los valses tendrán que presentar ante las autoridades alemanas una PCR negativa que no sea más antigua de 48 horas. Si, por lo que sea, no se está en condiciones de hacerlo (porque la PCR insista en dar positiva, por ejemplo) los viajeros deberán guardar cuarentena durante dos semanas.

¿Pueden el resto de los austriacos viajar a Alemania ?

Pues en principio sí, porque para los señores del Instituto « bacilón » solo Viena es un lugar peligroso. Ahora bien, si usted, por ejemplo, reside en el bonito pueblo de Stinkenbrunn (marco-incomparable-de-belleza-sin-igual) pero coge un avión en Viena con destino a Alemania, no está claro si tendrá que presentar la PCR porque se da la circunstancia de que el aeropuerto de Schwechat pertenece a Baja Austria. De cualquier manera, el Ministerio de Asuntos Exteriores austriaco está esperando que sus amigos alemanes se aclaren un poquito a este respecto.

¿Y si uno pasa por Viena solo en tránsito hacia otro destino ?

Entonces nada, ningún problema. En los puestos fronterizos entre las dos Repúblicas se hacen controles aleatorios.

(Podría haber sido peor. Las autoridades suizas, por ejemplo, exigen el test pero, independientemente de si es positivo o negativo, los viajeros procedentes de Viena tienen que guardar cuarentena durante diez días (se sugiere aprovisionarse de Sudokus). Cualquier infracción a esta regla puede ser económicamente muy dolorosa y costarle a usted diezmil eurazos).

¿Qué hago si voy a Alemania ?

Pues lo mismo que para entrar en Austria, en principio. Se puede hacer un test en el mismo aeropuerto o en la consulta médica que a uno le venga mejor, o solicitar una cita llamando al número 0049 116 117 en donde le indicarán a usted la consula más cercana a donde se encuentre.

¿Qué pasa si soy un negacionista y me parece que las PCR solo valen para limpiarse el trastévere ? (o, por mi catastrófica situación económica no puedo permitirme una prueba)

Pues ya sabe : dos semaníviris de cuarentena le esperan. Tiempo ideal para leerse La Regenta, de Leopoldo Alas o para hacer los Ejercicios Espirituales de San Agustín (y quedarse tan «  a gustín »).

En cualquier caso, conviene informarse : en algunos Bundesländer de Alemania con presentar un test negativo vale para terminar la cuarentena, en otros no, hay que chupársela entera.

¿Cómo se controla de dónde viene la gente ?

Pues se controa en la mejor tradición teutona. Aterriza usted en el aeropuerto de Berlín y le dan un papelito para que ponga sus datos. Los alemanes confían en que diga usted la verdad.

(Angelicos).

LA ECONOMÍA AUSTRIACA ENCOGE (Y PODRÍA ENCOGER TODAVÍA MÁS, DICEN LOS EXPERTOS)

Llevamos ya tres cuartos de 2020 y está llegando la hora de hacer balances.

Los economistas se han puesto con la calculadora y, teniendo en cuenta lo que llevamos vivido ( !Y cuánto llevamos vivido !) han hecho previsiones sobre cuánto se contraerá finalmente la economía en Austria a fecha 31 de Diciembre.

El panorama es dantesco : según las previsiones, la economía austriaca podría caer a final de 2020 un 6,8 % (datos del WiFo). En este dato, que es malo (aunque no tan horrible como el dato de España, por cierto) no estaría incluida ni una segunda ola de infecciones ni el peor escenario : un segundo confinamiento.

Si alguno de estos dos eventos llegara a producirse – !Bundespueblo, ponte la mascarilla de una p*ta vez !- la recesión en Austria podría ser todavía peor de lo pronosticado. Incluso podría ser peor de lo esperado si en Austria no hubiera ni segunda ola ni confinamiento pero los hubiera en los mercados en donde los laboriosos austriacos venden sus productos. Por ejemplo en Alemania o en Italia.

Hay que decir que la previsión ha mejorado (poquito, pero ha mejorado) desde que se hizo la primera previsión en junio, a mitad de 2020. En aquel momento, los economistas, echándose las manos a las cabezas amuebladas de números, dijeron que la recesión sería de un siete por ciento. Sin embargo, el Sr. Baumgartner, portavoz del WiFo (nada que ver con el tonto de la cápsula estratosférica, por cierto) se ha apresurado a decir que vale, que sí, que estamos un pelín mejor de lo que parecía, pero que solo un pelín.

La siguiente oleada de datos la proporcionará el WiFo en octubre, cuando esté un poco más clara la situación epidemiológica (o sea, qué influencia habrán tenido las escuelas, la vuelta de las vacaciones, etc). De cualquier manera Baumgartner, el experto del WiFo también ha puntualizado que hay razones para una cierta (solo una cierta) tranquilidad, ya que, a pesar del aumento de casos positivos las cifras de hospitalizaciones permanecen más o menos estables y en todo caso muy por debajo de lo que fueron en Marzo.

Los expertos del WiFo, en cualquier caso, no han contado con un segundo confinamiento, pero sí con determinados impedimentos que pudieran obstaculizar la actividad económica un tanto, como el uso masivo de las mascarillas que podría reducir las ganas de comprar de la gente o de acudir a los bares y restaurantes, lo cual podría tener un impacto en la economía.

Los economistas también han resaltado el impacto de la crisis en determinados ámbitos, como el consumo de moda o el turismo, el cual ha resultado especialmente afectado al ser Austria un país en el que el sector servicios (no solo el turismo vacacional, sino por ejemplo los congresos) tiene mucho peso.

 


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