En el futuro los austriacos trabajarán desde casa (más que ahora)

Si hay un aspecto que quedará de esta crisis en la vida de los austriacos será el teletrabajo. Hoy se han puesto los cimientos de un nuevo marco legal.

18 de Septiembre.- En Austria no hay lotería de navidad, pero si la hubiera (o hubiese) podrían los lectores de Viena Directo jugar al número de hoy: 808 nuevos positivos ha habido hoy en Austria.

Como siempre, la parte del león se la ha llevado Viena, con 341 nuevos infectados. La situación se hace cada vez más seria. En estos momentos hay en todo el país 7447 infectados, y si seguimos a este ritmo es probable que la semana que viene a estas horas estemos hablando de diezmil. Cada vez se hace más probable que, si no se toman medidas, lleguemos en los próximos días a los mil infectados diarios.

Es el momento de actuar, sin duda, al objeto de evitar un segundo confinamiento pero, sobre todo, al objeto de evitar que no alcancen los recursos sanitarios para todos (por ejemplo, el material para hacer tests). En otros países, de hecho, el segundo confinamiento ha dejado de ser un tabú (el Reino Unido e Israel, que cierra hoy, por ejemplo).

Cada vez hay más focos infecciosos de los que no se puede saber a ciencia cierta la procedencia.

Esto se muestra en el semáforo del corona que, aunque en la práctica no esté dando los resultados que todos pensábamos que daría (y en este todos, se incluye el panel de expertos que pergeñó el invento durante el verano) sí que muestra bien a las claras que la pandemia se expande por Austria. En estos momentos ya no hay ningún Bundesland de la Bundesrepública que se encuentre totalmente en verde. Hay grandes zonas del país en amarillo e incluso localidades como la misma Viena que se encuentra en naranja.

Las medidas que están a nuestro alcance son tan sencillas que no cuesta nada ponerlas en práctica. Vamos a resumirlas por enésima vez:

-Mascarilla: en lugares cerrados y en aquellos lugares en donde no se pueda mantener la distancia de seguridad.

-Distancia de seguridad de por lo menos un metro y medio. Si es dos, mucho mejor. El virus se transmite por las gotillas de saliva que lanzamos al hablar y que terminan aterrizando en las mucosas de nuestro interlocutor, así que hay que intentar que esas gotillas no lleguen ahí. Por supuesto, nada de besos y esas cosas.

-Lavado frecuente de manos.

Estas dos medidas se pueden resumir en una: precaución. Como digo siempre, hasta que no haya una vacuna o un medicamento eficaz, vamos a tener que aprender a convivir con el virus. Protegernos a nosotros mismos implica proteger a los que queremos (y al resto de la sociedad).

Pasando a otros temas, hoy la Bundesministra de Trabajo, Sra. Christine Aschbacher, se ha reunido con los agentes sociales para intentar buscarle un apaño al maltrecho mercado de trabajo austriaco.

Si la crisis del coronavirus va a tener un efecto duradero en la vida diaria de las personas humanas va a ser sobre todo que se va a normalizar el trabajar desde casa.

En la reunión mantenida hoy, se ha tratado especialmente del teletrabajo. El Bundescanciller le ha pedido a la Bundesministra y a los agentes sociales que se modernice el marco legal al respecto.

De todas maneras, como las cosas de palacio van despacio, la Ministra ha anunciado que los primeros resultados de esta modernización se conocerán en Marzo de 2021, aunque antes de que acabe el año se celebrará otra reunión para evaluar cómo va el asunto. Esta lentitud ha suscitado las críticas de la oposición, particularmente de los Neos, para los que este plazo de Marzo de 2021, o sea seis meses (!!!) les parece -y uno piensa que con toda la razón- un plazo demasiado largo.

Sin embargo, los agentes sociales se defienden diciendo que el teletrabajo es una cosa mucho más compleja de lo que parece, ya que toca muchos palos de la relación laboral, como el seguro de accidentes mientras uno está trabajando desde casa o la protección de datos y que para ello, se necesita el concurso de los expertos.

También hay otros aspectos. Que los empresarios vendan el teletrabajo como la panacea no deja de ser sospechoso y es que, según una encuesta, las personas que trabajan desde casa hacen menos pausas, por ejemplo, y lo de respetar los horarios tampoco se puede hacer (si tu jefe te tiene al otro lado del móvil y te llama, no le vas a decir que „oye, que ya no estoy trabajando“, situación que por supuesto se agrava en tiempos como estos en los que una relación laboral es cada vez más un artículo de lujo).

Por no hablar de que no todo el mundo tiene en su casa lo más esencial para teletrabajar ocho horas, como por ejemplo sillas ergonómicas que permitan largas jornadas.

De todos estos aspectos tendrá naturalmente que ocuparse el equipo que diseñe ese „marco legal sostenible“ del que se hablaba hoy.


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